El impacto del envejecimiento poblacional mundial no debe ser menospreciado. En las próximas cuatro décadas, los países más desarrollados duplicarán su población de 60 años y más, mientras que los menos desarrollados la triplicarán. Esta tendencia se debe, principalmente, a una disminución de la tasa de fertilidad y al aumento de la longevidad o esperanza de vida. Hacia 2050, el número de adultos mayores será mayor que la población menor a 15 años, llegando a duplicar esta cifra en 2100. Los adultos mayores podrían vivir en promedio 80 años, 8 años más que en la actualidad, según un estudio de Naciones Unidas.
Esta transición demográfica tendrá consecuencias inevitables, de gran relevancia social y económica, afectará no solo en las finanzas personales y familiares, también en las finanzas públicas de todos los países. Expertos internacionales sugieren que estamos en el momento justo para planear e implementar políticas de gobierno orientadas a aprovechar esta transición demográfica mundial. Por ello, el ahorro previsional de largo plazo toma importancia en todos los niveles de nuestras vidas, según subraya Principal Financial Group, que a lo largo de estas líneas hace un análisis busca evaluar la política fiscal mexicana rumbo al éxito de los fondos de pensión en México.
En este contexto, Principal Financial recuerda que distintos países han implementado programas exitosos de fomento al ahorro voluntario a través de incentivos fiscales, llamados planes de jubilación grupales o colectivos, en el que involucran a las empresas para contribuir en la formación del patrimonio y seguridad financiera para el retiro de sus empleados. Se genera un doble beneficio:
- Social, porque los gobiernos pueden enfrentar menores presiones presupuestales en el mediano y largo plazo;
- Económico por mayores recursos para financiar proyectos productivos en el corto plazo.
En esta tendencia internacional, Estados Unidos diseñó un esquema exitoso de ahorro voluntario grupal para el retiro denominado 401K, plan de contribución definida e impuestos diferidos. Chile también cuenta con un plan grupal con ventajas fiscales para empleadores y sus empleados, llamado Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC). Brasil creó el VGBL desde 2003, plan de pensión complementario con incentivos fiscales, similar al 401K que ofrece adicional un seguro de vida con cobertura por sobrevivencia.
En México, la situación de envejecimiento y financiamiento de pensiones de los adultos mayores es un asunto preocupante. Se estima que sólo las pensiones públicas representan 104.2% del PIB nacional. La semana pasada se publicó el Índice Global de Pensiones Mercer, que incluye por primera vez a México. Este índice compara sistemas de pensiones en el mundo, considerando tanto los fondos públicos como los privados en cada país. Evalúa su regulación, cobertura, protección, beneficios, crecimiento de los ahorros, monto de la pensión, contribución en el crecimiento del país, contribuciones voluntarias, incentivos fiscales, entre otros.
Los resultados para México no fueron satisfactorios: categoría «C» con 50.1 puntos de 100, ocupando el puesto número 15 de un total de 20 países. Según el índice, el sistema de pensiones mexicano, aunque reúne elementos positivos, presenta grandes riesgos y deficiencias que deben ser abordados con el fin de garantizar su eficacia y sustentabilidad a largo plazo. La mayor área de oportunidad para nuestro sistema de pensiones es que la regulación no promueve ni establece incentivos legales y fiscales para complementar las pensiones a través de planes privados y ahorro voluntario.
México cuenta con gran potencial para desarrollar estrategias complementarias de ahorro previsional de largo plazo. Las aportaciones obligatorias de un trabajador están muy por debajo de las aportaciones de países latinoamericanos, según Mercer. Resulta imperativo concretar reformas en el Sistema de Ahorro para el Retiro que incrementen la aportación actual del trabajador como porcentaje de su salario mediante el ahorro voluntario.
Aún y cuando la legislación fiscal vigente considera incentivos fiscales para quienes realicen aportaciones voluntarias de largo plazo, parte por la cultura y hábitos de ahorro de los mexicanos, parte por la poca difusión que contribuye al desinterés y la desinformación de la población en general, se han desaprovechado. El Congreso está revisando y discutiendo la Iniciativa de Reforma Hacendaria presentada por el Ejecutivo el pasado 8 de septiembre, la cual propone la disminución de las deducciones personales de 118.000 pesos anuales a 47.000 pesos, incluyendo deducciones por aportaciones voluntarias, complementarias y cuentas personales de ahorro así como los estímulos fiscales derivados de impuestos diferidos (hoy por un monto de 152.000 pesos). Derivado de esto, comparado con otros países, la iniciativa de reforma no incentiva el ahorro voluntario de largo plazo.
Queda claro que el sistema de pensiones mexicano requiere incentivar el ahorro voluntario de los mexicanos. Hoy, nuestro gobierno tiene la oportunidad de proponer políticas y programas con visión de largo plazo, que contribuyan a sentar bases sólidas, con menores presiones fiscales y presupuestarias.
Cada uno de nosotros también tiene un compromiso personal y social. No podemos depender de las decisiones de gobierno para construir nuestro patrimonio y el de nuestra familia. El éxito de los países también se basa en la participación ciudadana. Seamos responsables y contribuyamos activamente en vivir una vejez con calidad de vida. Está en nuestras manos.
El sistema de pensiones mexicano necesita incentivar el ahorro voluntario de los trabajadores