Los inversores institucionales recurren cada vez más a activos alternativos para diversificar sus carteras debido al entorno caracterizado por los bajos rendimientos, las preocupaciones geopolíticas y un creciente conjunto de riesgos de inversión. Esta es una de las principales conclusiones del estudio anual RiskMonitor de Allianz Global Investors. Globalmente, siete de cada diez encuestados dicen que ahora invierten en activos alternativos, y en la región que comprende Europa, Oriente Medio y Asia, el uso de alternativos es ligeramente menor (65%).
Hay diferencias por zonas geográficas en el uso de alternativos, con Australia (87%) y los EE.UU. (81%) que muestran el uso más extendido de la inversión en alternativos mientras que Italia (56%), Japón y los Países Bajos, se encuentran significativamente por debajo de la media mundial. Los beneficios generales de la diversificación son el factor más común que se tiene en cuenta a la hora de invertir en activos alternativos, con un 61% en total (un 31% menciona específicamente la diversificación, un 19% la baja correlación con otras estrategias y un 11% reduce la volatilidad general de la cartera). Solo el 17% mencionó los mayores retornos, comparados con los instrumentos convencionales de deuda o patrimonio, como motivo para su inversión en alternativos.
Sin embargo, parece existir una brecha entre la comprensión general de la inversión alternativa (66%) y la capacidad de medir efectivamente el riesgo que representan los activos alternativos (53%) entre los inversores institucionales. Entre los inversores europeos, esta brecha es menos acentuada (64% frente a 59%).
Potencial sin explotar
Tres de cada cinco inversores europeos (56%) creen que los alternativos líquidos pueden proporcionar rendimientos atractivos ajustados al riesgo en relación con las estrategias de inversión tradicionales. Y casi la mitad de los inversores (48%) en todo el mundo y el 51% en Europa invertirían más en alternativos si se sintieran más seguros acerca de la medición y gestión de los riesgos asociados con estas clases de activos. Marisa Aguilar, responsable de Allianz Global Investors en Iberia, explica que «la inversión alternativa es utilizada cada vez más por los inversores institucionales para resolver una variedad de necesidades de diversificación, de ingresos y de gestión de riesgos. A pesar de que puede parecer convencional para algunos inversores, sigue siendo una clase de activos infrautilizada que podría ayudarles a cumplir los objetivos de rentabilidad de sus carteras. Como gestores de activos, debemos ayudar a nuestros clientes a comprender mejor la inversión alternativa y proporcionar herramientas que les permitan evaluar los riesgos asociados a la hora de invertir. Las estrategias de inversiones alternativas líquidas ya juegan un papel beneficioso en las soluciones multiactivo más avanzadas para inversores minoristas».
El informe subraya los potenciales beneficios de invertir en alternativos. Por ejemplo, casi dos tercios (64%) de los que invierten en alternativos afirman sentirse preparados para enfrentarse a los riesgos de inversión, comparado con el 51% de los que no utilizan los alternativos en su asignación de activos y que se sienten preparados de forma similar. Dado que la diversificación de activos es la estrategia de gestión de riesgo más popular entre los encuestados, esta mayor preparación parece derivarse del papel que los activos alternativos pueden desempeñar dentro de estas estrategias.
Demanda creciente
Los inversores institucionales también proporcionaron una imagen de las asignaciones que esperan en los próximos 12 meses sobre las diferentes estrategias alternativas: infraestructuras (47%), capital privado corporativo (47%) y deuda corporativa privada (46%). Las tres clases de activos ilíquidos preferidos a escala mundial son los mismos que los favorecidos por los inversores de seguros que también planean aumentar sus asignaciones en infraestructuras (49%), capital de empresas privadas (49%) y deuda corporativa privada (48%).
Los inversores en pensiones invierten en infraestructuras (52%), capital corporativo privado (48%) y deuda corporativa privada (46%) para una mayor exposición. Los fondos soberanos difieren en sus preferencias ya que la deuda inmobiliaria (67%) gana el favor entre este tipo de inversor institucional.