Los submarinos se han convertido en el último capricho de los multimillonarios. Desde Sir Richard Branson hasta Roman Abranovich, cada vez más un mayor número de aventureros del segmento de los individuos ultra high net worth (UHNW) y con una pasión por la vida marina se decantan por ellos.
Las empresas que se especializan en vender submarinos privados han reportado el aumento de la popularidad de estas naves entre los mega ricos, de acuerdo a Wealth-X. Entre las empresas que hablan del auge de los submarinos se encuentra Triton Submarines, una compañía asentada en Vero Beach (Florida) y que se dedica a la fabricación de estos aparatos con cabinas transparentes, que además proporcionan una gran visibilidad a sus pasajeros.
En este sentido, el CEO de Triton Submarines, Bruce Jones, explicó que sus clientes son dueños de grandes yates “que buscan ofrecer a sus amigos y familia algo especial. Pueden enseñarles cosas que nunca antes habían visto”. Jones, consciente de que se trata de un mercado nicho, reconoce que los propietarios de estos juguetes se pueden contar con los dedos de las manos. Sin embargo, se muestra optimista y cree que a pesar de la crisis financiera global la demanda por estos juguetes para millonarios puede mantenerse. Éste esgrime que actualmente hay un total de 2.500 super yates en el mundo y que muchos de ellos cuentan con capacidad para albergar submarinos.
El tamaño de los submarinos a los que nos estamos refiriendo va desde el de un jet-ski hasta el de un jeep con capacidad para tres personas, mientras que el costo puede variar desde los 350.000 dólares hasta los 3,5 millones de dólares y el tiempo medio de entrega generalmente es de un año. Hay otro mercado mayor, submarinos que pueden llegar a costar 80 millones de dólares y que cuentan 5.000 pies de espacio interior.
Jones subraya la importancia del sentido de exclusividad que tienen sus clientes y del que disfrutan a la hora de lanzarse a la compra de un juguete tan exclusivo. También insiste en que la mayoría de sus clientes quiere mantenerse en el anonimato. Su última idea, construir un “complejo bajo el agua” en el que estos magnates puedan permanecer una semana, a un costo de 15.000 dólares.
De acuerdo a otra empresa del ramo, Hawkes Ocean Technologies, una firma con sede en Point Richmond, el negocio está en pleno auge, con magnates comprando submarinos valorados en 80 millones de dólares. El fundador y responsable de Tecnología del grupo, Graham Hawkes, cree que si la demanda es lo suficientemente alta se podrán construir submarinos por unos 250.000 dólares. “Hemos descubierto una nueva base de clientes a través de nuestros submarinos que nadie podía imaginarse”, subrayó.
Por su parte, el editor de Asia-Pacific Boating, Ryan Swift, comparte que el deseo por sumergibles es una moda en auge. “Los sumergibles en super yates es un mercado muy nicho, pero el interés está aumentando. Eso se debe en parte a que más y más ricos están comprando yates para explorar, bucear en lugares remotos e incluso para investigación científica.
Para muchos individuos de alto patrimonio, los conocidos en inglés como los ultra high networth (UHNW), este interés por los océanos lleva naturalmente a invertir en submarinos, y en este sentido, los diseñadores del sector están listos para esos potenciales clientes. Muchos de estos últimos aparatos pueden llegar hasta los 300 metros de profundidad con relativo confort.
Los submarinos preferidos de los magnates o tycoons
El Phoenix 1000, que cuesta 80 millones de dólares, se encuentra entre los submarinos privados más grandes y más exclusivos del mercado. Con 5.000 pies cuadrados de espacio interior, los tycoons pueden disponer de hasta 10 cuartos, un capricho que cuenta con gimnasio, bodega y jacuzzis.
El Triton 1000 es un aparato marino con excelente visibilidad y de fácil salida de yates; el confundador de Microsoft Allen es conocido por ser un fan de este submarino. Tras estos dos ejemplos, el Super Falcon, de Hawkes Ocean Technology, un modelo muy parecido a la cabina de un jet y que además muestra líneas similares.
Y por supuesto,cuando se trata de submarinos está el otro pequeño asunto de estado. «Tener su propio submarino privado a bordo de un yate es una manera segura de conseguir la atención cuando hay otros propietarios de superyates cerca”, dijo Swift.