El apalancamiento corporativo récord y los factores macroeconómicos desafiantes se combinan para crear un entorno de inversión complicado y a la vez atractivo para los gestores con capital flexible. Christian Stracke, director global de investigación de crédito de PIMCO, y Adam Gubner, director de situaciones especiales corporativas en EE.UU en PIMCO, analizan el potencial que tiene el mercado de crédito en el contexto actual.
¿Por qué el mercado crediticio es convincente en este momento?
Stracke: Hay tres razones fundamentales. En primer lugar, hay una oferta limitada de capital flexible. En segundo término, hay vientos en contra a nivel mundial. Y, por último, estamos viendo un aumento significativo del apalancamiento de las empresas. El mercado es cada vez más frágil en un contexto de subida de tipos, inflación más alta y ralentización del crecimiento, lo que favorece una mayor demanda de ese capital flexible.
¿Puede explicar la necesidad de capital flexible?
Gubner: La demanda de crédito privado está creciendo por diversos factores. Los activos gestionados en el ámbito de la deuda privada alcanzaron en 2021 un máximo de 20 años, con 1,2 billones de dólares, frente a los 50.000 millones de 2001. El gran crecimiento del mercado significa que los prestatarios a menudo tienen una mayor certeza de ejecución, mientras que el mercado privado es frecuentemente más flexible para las condiciones de financiación personalizadas requeridas para satisfacer ciertas necesidades únicas del prestatario.
Hasta la fecha, hemos tenido una enorme oferta de capital que sirve para conceder préstamos a empresas del mercado medio con buenos resultados. Esto ha servido para alimentar exponencialmente el mercado de crédito privado, pero pocos de estos gestores ofrecen capital flexible a los prestatarios, como los segundos derechos de crédito (también llamados deuda junior), el capital junior e incluso el capital preferente. Las empresas necesitarán cada vez más soluciones de capital flexibles en sus estructuras de capital y seguirán viéndose atraídas por aquellos gestores que puedan comprometer la totalidad de la financiación.
¿Por qué los vientos macroeconómicos mundiales están condicionando la demanda de capital privado?
Stracke: Hay varios vientos macroeconómicos que consideramos que aumentarán la demanda de capital privado en los próximos años. En primer lugar, el endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal y la reducción de su balance están restringiendo el suministro de crédito a la economía. Mientras tanto, la economía está luchando con una alta inflación impulsada por el aumento de los costes de los insumos y de la mano de obra, lo que en última instancia conduce a una presión sobre los márgenes, algo que aún no hemos visto, pero que esperamos ver durante los próximos años. Esto, a su vez, pondrá en tensión las cuentas de resultados de las empresas y hará más difícil que estas se financien con los flujos de caja, lo que significa que habrá una mayor necesidad de soluciones a medida en el espacio del crédito privado.
¿En qué medida influye el creciente apalancamiento de las empresas?
Stracke: Existe un alto nivel de apalancamiento en el sector empresarial, tanto en Estados Unidos como a nivel internacional. Las estadísticas de la Reserva Federal muestran que la deuda de las empresas como porcentaje del PIB se encuentra actualmente en su punto más alto en Estados Unidos, con la ligera excepción del primer y segundo trimestre de 2020. Estos ratios de apalancamiento y el stock de deuda en los balances empresariales dejan a las empresas mal preparadas para cualquier desaceleración de la economía y la presión sobre los márgenes.
Muchos de estos balances altamente apalancados están posicionados para el crecimiento y la continuidad de márgenes elevados. Si vemos decepciones en el crecimiento y disminuciones en los márgenes, eso ejercerá presión sobre el EBITDA. Mientras tanto, por supuesto, como la Fed está normalizando la política monetaria, los tipos de interés están subiendo, por lo que las empresas que pagan los costes de los tipos de interés flotantes de su deuda verán cómo estos costes suben. Además, si al mismo tiempo se viera que el EBITDA disminuye, puede inclinar la diferencia entre que una empresa experimente un flujo de caja libre positivo y que queme efectivo. Cuando una empresa empieza a quemar efectivo, puede toparse con un muro en cuanto a los fundamentos del crédito, y empezará a buscar nuevas soluciones en cuanto a sus necesidades de financiación.
Gubner: Vemos que se está desarrollando una demanda de apalancamiento sin precedentes que, en nuestra opinión, recompensará de forma desproporcionada a los gestores que puedan comprometer capital flexible y escala. Como hemos dicho, la demanda de financiación está influida por tres factores: el tamaño récord del mercado actual en los mercados públicos y privados, que ha alcanzado los 4 billones de dólares, tres veces el tamaño del mercado al principio de la crisis financiera. Las empresas cuentan ahora con un apalancamiento récord justo cuando entramos en un periodo cíclico de subida de tipos y posibles descensos de beneficios. Por último, creemos que hay una falta de capital privado para satisfacer la totalidad de las estructuras de capital de los prestatarios, en particular para las empresas más grandes.