Todas las miradas están puestas en la Reserva Federal de Estados Unidos y en la posibilidad de que hoy comience el proceso de retirada de estímulos cuantitativos, ralentizando las compras de deuda pública que viene aplicando en los últimos meses. Los mercados de todo el mundo llevan tiempo reaccionando a las expectativas del tapering pero los expertos de banca privada de algunas entidades, españolas o que operan en España y consultados por Funds Society, vislumbran una continuidad de la volatilidad. Con todo, preparan sus carteras con un protagonista indiscutible: las bolsas. Y también con perspectivas de mayores plazos de inversión.
”En esta situación, en vez de dejarnos llevar por el corto plazo, preferimos anticiparnos y buscar un retorno absoluto y estructurar las carteras a tres años vista. Eso sí, siempre atentos por si hubiera que hacer alguna cobertura en momentos puntuales”, explica Juan CoceroFraile, banquero señor de Credit Agricole Private Banking. El experto afirma que pide paciencia a sus clientes para que no se dejen llevar por los acontecimientos cortoplacistas que siempre hacen errar pese a tener una buena estructura de la asignación de activos.
Diversificación y apuesta por las bolsas
Las carteras tienen dos consignas: la diversificación (en las carteras conservadoras con activos o productos de retorno absoluto y en las más atrevidas con activos alternativos) y el peso en acciones. Así, por activos, la mayoría sobrepondera renta variable, sobre todo europea, y abandona progresivamente la renta fija pública, especialmente la estadounidense, como hace Credit Agricole.
Ramón Forcada , director de análisis de Bankinter, explica que para los perfiles agresivos, tanto doméstico como global, recomiendan hasta un 80% de exposición a riesgo, básicamente bolsas, mientras que para los más defensivos ese porcentaje se sitúa en el 10%. “Nos sentimos cómodos con el nivel superior y es muy probable que elevemos el inferior”, dice.
En la entidad han estado recomendando una alta exposición a las bolsas desde el segundo trimestre del año pasado, que se ha ido incrementando. Por regiones retiraron Japón en agosto para tomar beneficios y al echar en falta la segunda parte del plan de reformas del Gobierno, dando más prioridad a España y a la eurozona, por este orden. “Hace ya dos trimestres que recomendamos expresamente no estar en emergentes”, explica. Por sectores, su apuesta para las carteras post-QE se dirige a consumo discrecional o no básico e industriales, y coyunturalmente empresas de telecomunicaciones europeas debido a la actitud compradora de Verizon.
Pero eso no significa non estar en renta fija, sino ser más selectivos. “No hay que estar en soberanos core, pero sí en periféricos, sobre todo España (y en menor medida Italia)”, dice Forcada. Aunque en Bankinter creen que es pronto para bonos corporativos, dicen el momento llegará cuando el ciclo esté más asentado y las compañías emitan más papel con tires superiores. “Nuestra estrategia es rotundamente pro-bolsas”, apostilla.
En la misma línea se muestra Mª José Martinez Blázquez, responsable de Gestión de Ibercaja Patrimonios, aunque aconseja una rotación con cautela. La experta también apunta la oportunidad que puede suponer tener liquidez en las carteras. “Estaríamos favoreciendo la renta variable y animando a no infravalorar la liquidez como un activo en el que no se gana nada ya que es el único en el que, cuando todo se correlaciona (momentos de tormenta perfecta), se puede disponer para invertir en aquellas oportunidades que se ponen a la vista”. Por sectores, es positiva de cara al sector petróleo y también al financiero, aunque este último más de cara a largo plazo ante los beneficios de la subida de tipos, pero el buen comportamiento que ha tenido en el corto plazo hace que para los próximos meses sean más cautos. Geográficamente apuestan sobre todo por Europa y en menor medida Japón. En renta fija apuesta por deuda de alta rentabilidad de corta duración y alguna comunidad autónoma española. Por el lado de divisas, aconseja tomar posiciones en dólares en niveles próximos a 1,36.
Diversificar las carteras es la otra gran consigna. “Vemos en las posiciones más conservadoras oportunidades en renta fija corporativa a corto plazo debido a la brusquedad de las últimas caídas y un posicionamiento importante en productos de retorno absoluto. También pequeñas entradas en materias primas relacionadas con la energía y metales preciosos”, recomienda Cocero. También, y dependiendo del perfil del cliente, deja una parte abierta a productos como activos inmobiliarios y de capital riesgo.
Revulsivos de la gran rotación
Pero para los expertos, el fin del QE no bastará para impulsar la gran rotación, aunque sí habría un factor capaz de hacerlo: la crisis emergente. “El detonante de la rotación de activos a partir de ahora, más que la retirada del QE americano que está ya descontada en precios, debería ser la salida de fondos de los emergentes, parte de la cual aún está pendiente”, dice Forcada. “El mercado está mostrando su lado más dócil, o lo que es lo mismo, risk-on, lo que dirían los franceses «la vie en rose». Creemos que existen razones para creer que esta situación puede truncarse en algún momento del año, si bien esto no supondrá un cambio de tendencia para la renta variable sino más bien una consolidación de la misma y la posibilidad de adquirir mayor peso en esos momentos de incertidumbre”, añade Martínez.
Volatilidad al alza
En lo que todos están de acuerdo es en el próximo aumento de la volatilidad, por varios factores. ”Además de todo esto, las próximas elecciones alemanas, las dudas sobre el techo de deuda de EEUU, el conflicto que asola a los países árabes en especial Siria, las conversaciones sobre la sucesión de Bernanke y la reunión de la Fed, traerán consigo más volatilidad a todos los activos financieros que no se libran del miedo de los inversionistas”, explica Cocero. Pero otros expertos matizan esos movimientos: “Salvo en caso del evento relacionado con Siria, los mercados no deberían enfrentar una erraticidad brusca”, dicen en Bankinter.