“2013 dista mucho de ser 1997”. En su carta de septiembre escrita por Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversiones de Carmignac Gestion, la gestora niega que la crisis vivida por los mercados emergentes en los últimos meses sea equiparable o vaya a desembocar en una crisis similar a la de hace 15 años.
“En aquel momento, el milagro industrial emergente de la década pasada estaba considerado como algo espectacular, pero pecaba de fragilidad”, dice. “Hoy en día, la situación financiera del mundo emergente es radicalmente distinta debido a una razón fundamental: el universo emergente, durísimamente penalizado por esta crisis de la década de 1990, adoptó la determinación de basar su crecimiento entre 2002 y 2011 en un modelo distinto. Esta vez, los países asiáticos y latinoamericanos velaron por limitar su nivel de deuda externa». El experto incide en la importancia de que el tipo de cambio de las principales divisas emergentes hoy en día es flexible y afirma que esta combinación de tipo de cambio flexible y escasa dependencia del exterior les aporta ahora «algo más que solidez: una suerte de antifragilidad”.
Como otra diferenciación, dice que la mayoría de los países emergentes cuentan con unas reservas de divisas considerables y explica que la debilidad de los precios de las materias primas y el débil crecimiento mundial evitan en gran medida que la depreciación de las divisas tenga un efecto inflacionista. «Aunque existen motivos de sobra para que los inversores sigan mostrándose inquietos a corto plazo, el mundo emergente se muestra, desde un prisma fundamental, mucho más sólido y diversificado que hace quince años», apostilla.
Y por eso se muestra confiado en su historia. “A medio plazo, un contexto económico internacional ávido de crecimiento sabrá recordar a los inversores las virtudes del universo emergente, que habrá demostrado su resistencia en este convulso periodo”. Y es que los fundamentales con clave: “Cuando el miedo y la perspectiva de que disminuya la abundancia de liquidez flotan en el horizonte, los mercados suelen atacar a los fundamentales a largo plazo. Por tanto, existen motivos para desconfiar del exceso de correcciones que aún podrían sobrevenir”.
El experto considera que, salvo que se produzca un empeoramiento incontrolado de las condiciones de la liquidez a escala mundial, la cuestión principal en el mundo emergente no es su situación financiera, sino el crecimiento. Algo que le hace ser selectivo y apostar por mercados como México, “que se beneficiará de lleno de la recuperación estadounidense”, del mismo modo que varios países asiáticos gozarán de una situación ideal para aprovechar el renacimiento de la economía japonesa.
México y Colombia
Carmignac ve también un factor de éxito determinante: la capacidad de acometer reformas. “Desde este punto de vista, cabe afirmar que la India y Brasil han sido dos grandes decepciones, atrapados en las garras del electoralismo. Por el contrario, países como México o Colombia han hecho verdaderos progresos”, dice.
Doble castigo
Esa confianza se mantiene a pesar de los retos que supone el anuncio de la próxima reducción de la liquidez aportada por la Reserva Federal estadounidense. La gestora francesa habla de un doble castigo: el del tapering y el de la repercusión de la ralentización económica de China.