La financiación del comercio es posiblemente la rama más antigua de las finanzas. A lo largo de los siglos ha facilitado el intercambio reduciendo el riesgo, aumentando la seguridad y proporcionando capital de trabajo a los compradores y vendedores de mercancías de todo el mundo. Aunque este segmento del ámbito de la deuda privada ha estado históricamente dominado por los bancos, los recientes cambios estructurales y normativos han afectado a su capacidad de proporcionar suficiente financiación para satisfacer la demanda, señalan en un análisis desde NN Investment Partners (NN IP).
Hoy en día, esta clase de activos, que apoya los flujos esenciales de productos básicos y mercancías a nivel mundial, constituye un mercado de 15 billones de dólares. Actualmente se estima que tiene un déficit de financiación de aproximadamente el 10%, y este déficit va en aumento. Desde la gestora examinan por tanto cómo se puede adaptar la financiación tradicional del comercio para que se ajuste al apetito de riesgo de los inversores institucionales y se convierta en una clase de activos principal que apoye el desarrollo mundial responsable, según escribe en un artículo Suresh Hegde, director de Deuda Privada Estructurada en NN IP.
Menos atractiva para los bancos…
La última década ha sido testigo de una progresiva reorganización de los marcos reguladores del capital, tanto para los inversores bancarios como para los no bancarios. Los bancos se han visto especialmente afectados. En cuanto a la financiación del comercio, por ejemplo, las estimaciones muestran que se ha producido un aumento de las ponderaciones de riesgo para los préstamos en este segmento de alrededor del 15% desde la aplicación de Basilea III.
Además, los cambios propuestos en el marco de Basilea IV podrían imponer efectivamente ponderaciones de riesgo del 100% en ámbitos como la financiación de productos básicos agrícolas. Esto se debe en gran medida a que la normativa no reconoce adecuadamente las características de protección en las estructuras de préstamo, como las garantías, mientras que penaliza en exceso las facilidades rotativas y las cartas de crédito. La consiguiente reducción de la capacidad de préstamo de los bancos se produce en un momento en el que se prevé que la demanda de producción agrícola, y en concreto de producción de alimentos, aumente de forma significativa en las próximas décadas para apoyar el crecimiento de la población y los niveles de prosperidad.
…Y más para los inversores institucionales
Mientras que la regulación ha mermado la capacidad de los bancos para apoyar el comercio mundial, la historia para los inversores institucionales ha sido bastante diferente. Solvencia II, por ejemplo, hace que los préstamos para la financiación del comercio sean una oportunidad muy eficiente desde el punto de vista del capital para las aseguradoras europeas, que pueden trabajar más fácilmente con las cortas duraciones y las mejoras estructurales asociadas a los activos de la financiación del comercio al calcular sus requisitos de capital, escribe Hegde. Con grandes cantidades de dinero en efectivo para poner a trabajar, y durante períodos prolongados de bajos tipos de interés y márgenes de crédito comprimidos en los mercados líquidos, la perspectiva de entrar donde los bancos están saliendo se ha vuelto cada vez más atractiva.
La financiación del comercio abarca un amplio espectro de diferentes estructuras de préstamo que apoyan la producción, el transporte y las condiciones de pago del comercio mundial. En términos generales, los préstamos son a corto plazo y autoliquidables, a menudo garantizados, y ofrecen un buen rendimiento en comparación con otros créditos líquidos de calificación similar. La clase de activos en su conjunto se caracteriza por sus bajas tasas de impago con altas (y rápidas) recuperaciones, y un rendimiento que tiene una correlación muy limitada con los mercados líquidos.
Hay dos razones principales por las que los activos de financiación comercial deberían ser de gran interés para los grandes inversores, señalan desde NN IP: existe una oferta considerable y sus características los hacen muy eficientes desde el punto de vista del capital de solvencia. Sin embargo, hasta ahora la escala de inversión no bancaria en este espacio ha sido limitada. Se estima que actualmente están activos entre 40 y 50 fondos que gestionan entre 10.000 y 15.000 millones de dólares en total, lo que supone una proporción ínfima de este mercado multimillonario.
En opinión de la gestora, la razón de la limitada participación institucional actual es que los fondos se han centrado en el nicho de los préstamos directos, relativamente más rentables y de mayor riesgo, y aún no han sido capaces de adaptar suficientemente sus estrategias a los requisitos e intereses de los grandes inversores. “Los elevados diferenciales que ofrecen muchos fondos parecen contradecir las bajas estadísticas de pérdidas esperadas del mercado, y los inversores se han preguntado, con razón, si el hecho de que algunos bancos abandonen el mercado es una señal de que el nivel de riesgo asociado a este segmento es demasiado alto”, comenta Hegde.
Hoja de ruta en cuatro pasos
Desde NN IP proponen una hoja de ruta de cuatro pasos para abordar estos desafíos:
1. Financiar transacciones y no entidades
Esto significa que solo se presta en transacciones que están vinculadas a un flujo físico específico de bienes. Éstas suelen estar garantizadas; suelen recurrir a contratos de precio fijo, garantías, seguros o pignoraciones sobre valores líquidos, u otros mecanismos. Esta forma tradicional de financiación del comercio ha demostrado ser mucho más fiable que otras variantes en las que los préstamos se conceden sobre la base de una línea de crédito sin un intercambio físico subyacente de mercancías.
2. Diversificar y compartir el riesgo
La diversificación y la flexibilidad son criterios clave que pueden ayudar a los inversores a gestionar el actual entorno de mercado. La financiación del comercio es una actividad en la que se toman garantías, por lo que tener una presencia local para supervisar la transacción es vital. Creemos que los bancos y los operadores están mejor posicionados para supervisar estos aspectos operativos, y en los raros casos en los que algo va mal, los inversores estarán en mejor posición para maximizar la recuperación junto a un banco de lo que estarían en una situación de préstamo directo.
3. Controlar el proceso
El blanqueo de dinero y el fraude son riesgos inherentes al comercio internacional. Trabajar con partes respetadas y establecer relaciones a largo plazo entre compradores y vendedores son los primeros pasos eficaces para reducir estos riesgos. Sin embargo, los inversores no pueden confiar únicamente en sus contrapartes para ello. Los gestores de fondos también deben desarrollar procesos de diligencia debida mejorados para controlar el riesgo relacionado con las entidades y las transacciones que se están financiando.
4. Invertir con responsabilidad
Muchos bancos y fondos de financiación comercial tienen una exposición sustancial al petróleo y otras materias primas contaminantes. Desde la gestora creen que es necesario llevar a cabo una evaluación crítica en materia de ASG no sólo de los prestatarios, sino también de los países y las materias primas subyacentes. Los gestores de fondos tienen que ayudar a los inversores a ver el panorama completo de ASG puntuando no solo el impacto de la producción de una materia prima, sino también su utilización. El comercio está estrechamente relacionado con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, como la reducción de la pobreza, el hambre cero, la igualdad de género y la transición a las energías renovables.
Dentro de su gama de crédito alternativo, NN IP ofrece exposición a al sector con el fondo NN (L) Flex Trade Finance, que se gestiona de forma conservadora para una relación riesgo/beneficio defensiva. La construcción de la cartera se centra en diversificar adecuadamente el riesgo, al tiempo que permite un sólido análisis de cada transacción en función de criterios de inversión responsable y de diligencia debida. El proceso de contratación se realiza a través de la financiación sindicada por bancos o en colaboración con otras instituciones (“club deal”) y con un objetivo de tener una cartera altamente diversificada en términos de geografía, industria y contrapartes, algo fundamental en tiempos de incertidumbre geopolítica.
Desde NN IP consideran que los inversores pueden generar rendimientos atractivos que se ajusten a sus requisitos de riesgo/rendimiento y tengan una baja correlación con los mercados públicos, al tiempo que financian la economía real mundial de forma responsable. La financiación del comercio puede pasar de estar al margen del segmento de inversiones alternativas a convertirse en una clase de activo institucional junto a los productos de crédito más tradicionales.