El entusiasmo general por las técnicas de machine learning no va a ser uno de los casos de tendencia de moda efímera. Además de las ingentes inversiones de las gigantes tecnológicas que contribuirán a mantener esta tendencia, está demostrando ser, en numerosos campos de aplicación, la herramienta más eficaz para extraer información y construir modelos predictivos a partir de grandes conjuntos de datos. Los algoritmos -en constante evolución- en la gestión de activos no son nuevos y se han desarrollado desde la década de 1950 basándose en la idea de que el proceso evolutivo podría usarse como una herramienta de optimización de retornos financieros.
En un mundo globalmente interconectado, en el que los datos económicos son omnipresentes y accesibles para todo el mundo en cualquier momento, lo que marca la diferencia ya no es la capacidad de recopilar datos, sino la forma de utilizarlos. Es precisamente aquí donde entra en juego la gestora sistemática RAM AI, creada en 2007 y basada en Ginebra (Suiza) en unas nuevas y flamantes oficinas, rigiéndose bajo la convicción de que aprovechar los datos, la tecnología (machine learning) y la experiencia humana es fundamental para generar rendimientos sostenibles.
En 2018, RAM AI se convirtió en filial de Mediobanca Group, pero sigue siendo operativamente independiente.
Premiada recientemente por su fondo de RAM (Lux) Systematic Emerging Markets Equities Fund en los premios Expansión-AllFunds, esta gestora destaca en todos los modelos cuantitativos por el buen rendimiento de sus fondos.
El equipo de análisis de RAM AI explora nuevas formas de extraer información de los datos para descubrir nuevas fuentes de retorno, aumentar la diversificación y mejorar la liquidez. Aprovecha los avances tecnológicos para revelar el poder predictivo del volumen de información que crece exponencialmente a nuestra disposición.
Entre sus fondos destaca una pequeña perla, RAM (Lux) Global Sustainable Income Equities Fund, con un patrimonio actual de 44 millones euros. Es un fondo de renta variable global lanzado en 2014 (artículo 8 según normativa SFDR) y combina los pilares de ingresos, crecimiento y riesgo para crear una cartera diversificada y líquida en los mercados de renta variable de América del Norte, Europa y Asia. Con su enfoque diferencial, la estrategia pretende identificar empresas que puedan ser captadas centrándose en tres aspectos fundamentales:
Sostenibilidad de ingresos: Para analizar el rendimiento de los accionistas, consideran óptimo combinar los factores de dividendos y de recompras de acciones para obtener una imagen completa de los verdaderos valores de los ingresos. Identifican empresas que pagan altos dividendos en relación con sus competidores, que muestren un sólido historial de distribución de dividendos sostenible y a largo plazo con una fuerte previsibilidad de dividendos futuros. Las recompras de acciones se interpretan a menudo como una señal de que el precio de las acciones está mal valorado en relación con su valor intrínseco.
Crecimiento sostenible: Una combinación de crecimiento de los beneficios y reinversión de dividendos impulsa la rentabilidad de los accionistas, que emana de una única fuente: el flujo de caja.
Los inversores europeos disfrutaron de importantes repartos de dividendos para compensar las pérdidas tanto entre 2000-2003 como en 2008 y 2017:
Filosofía de bajo riesgo: En un universo de elevadas y bajas betas, podemos encontrar potenciales rentabilidades muy atractivas, pero una fuerte selección de baja beta dentro de un universo global puede ayudar a mejorar el ratio de Sharpe de una cartera. Por lo general, los inversores tienen preferencia por escenarios de baja probabilidad y altos retornos, por lo que pagan en exceso por la beta alta. A día de hoy hay demasiados fondos de inversión que se ven obligados a buscar activos más arriesgados invirtiendo en nombres de alta beta mientras que las carteras de activos de baja beta son las más estables y ofrecen los mejores rendimientos en el tiempo a los accionistas.
Ante el entorno de mercado en el que nos encontramos inmersos, cabe destacar que el fondo goza de un fuerte sesgo hacia el estilo value que puede resultar muy atractivo dada la brecha que se puede observar en el mercado entre los diferentes estilos value y growth y la venta indiscriminada que está sufriendo este segundo estilo en los últimos meses.
A menudo, los fondos que tienen un fuerte componente de factores ASG tienen un sesgo más de crecimiento y los puros generadores de income suelen tener mayores dificultades para identificar empresas con estos criterios ambientales, de sostenibilidad y gobernanza atractivos. Desde este punto de vista, esta estrategia ofrece un interesante ángulo diferenciador en cuanto a la integración de factores ASG dentro de un universo de nombres de elevado income. Asimismo, el fondo proporciona una gran diversificación en una asignación de renta variable global desarrollada, sin sufrir el sesgo sectorial y por países que ofrecen los players de income puro.
La estrategia tiene como objetivo devolver un fuerte valor a los accionistas a través de dividendos y recompras de acciones, buscando empresas con una atractiva generación de flujos de caja y perspectivas de crecimiento positivas que generen un valor sustancial para accionistas en el futuro, sin olvidarse evaluar el espectro de impacto climático, transparencia, gobernanza y diversidad, lo cual proporciona una visión a largo plazo de la sostenibilidad de los ingresos.
Columna de Nicholas Burdett, Head of Products & Research en Capital Strategies Partners