En los mercados no hay lugar donde esconderse. Está siendo un año duro y de cambios en el que mandan tres íes: inflación, tipos de interés e incertidumbre. Con esta vocal resume el panorama Álvaro Antón, jefe para Iberia de abrdn, en un evento organizado por Susana Criado con Funds Society, en el que recomienda buscar calidad, esconderse en buenos terrenos y apostar por la gestión activa.
Entre estas íes asoma la palabra recesión, una temida fase del ciclo que muchos descartan, pero otros empiezan a meter en sus perspectivas. Antón le da a la recesión una probabilidad en EE.UU. del 30%, que podría estar motivada porque la Fed se pasase de frenada con las subidas de tipos.
Almudena Cansado, analista senior de renta fija en Santander Banca Privada, prefiere hablar antes de desaceleración y cambio de escenario, destacando la encrucijada que viven los bancos centrales, que identifica como el principal punto de incertidumbre. Respecto a la inflación, considera que estamos llegando a un punto de inflexión por efecto base, algo que podría dar margen a los bancos centrales para reducir su agresividad.
César Martínez, especialista en estrategias de inversión de CaixaBank Banca Privada, cree que aún perduran factores que pueden seguir presionando la inflación. “Veremos si el pico se produce o si sigue subiendo, algo que será decisivo para los bancos centrales, porque ya se les pasó el arroz diciendo que era una inflación temporal”, recuerda. Martínez también espera que el escenario sea de desaceleración y no recesión. Roberto Hernanz, responsable de Mercados en BBVA Banca Privada, considera que “estamos teniendo un baño de realidad”, consecuencia de la actividad de los bancos centrales y aunque piensa que las tasas de inflación no subirán con la misma velocidad sí que espera que sigan altas.
La gobernanza de las empresas, un factor clave
Convivir con la incertidumbre se ha convertido en algo usual para las empresas. Para Toni Conde, responsable de selección de fondos en Renta 4 Banco, los bancos centrales “tienen las manos atadas” y harán lo que puedan, por lo que cree que está en manos de las compañías autogestionarse y controlar los riesgos. “La gobernanza de muchas empresas nos anima porque hace que estén mejor preparadas para el shock y el día a día las está capacitando para adaptarse a cualquier tipo de escenario”.
Antón complementa esta afirmación señalando que sobre todo les interesan empresas que sean capaces de trasladar la inflación al cliente final. “La marea, por muy fuerte que sea, no sacará a flote a todos, y veremos algunos caer”, apunta. Pero matiza que no será como en otras crisis y que el ritmo será menor.
En renta variable, Cansado y Martínez también coinciden en la importancia de la gestión activa y una selección en la que prime la calidad. Cansado explica, además, que están positivos en renovables y, a nivel regiones, están apostando por todo lo que se pueda ver beneficiado por la subida de precios de las commodities, por lo que Latinoamérica es una de sus elegidas.
Martínez, por su parte, indica que en términos de riesgo están moderados, debido a que las perspectivas no son del todo claras. “Habrá que ver cómo evolucionan los BPAs, lo que nos dará las claves de los mercados bursátiles”. Hernanz admite que empezaron el año muy positivos en bolsa para ir balanceándose, pasando por neutrales hasta su situación actual de infrapesados. El experto de BBVA coincide con Martínez y cree reconoce que tiene dudas sobre si los BPAs aguantarán.
El gigante asiático en el punto de mira
Uno de los temas sobre los que se debatió fue la situación de China, una región en la que reinan las posiciones cautas. La política cero COVID, la opacidad de los datos y las fuertes regulaciones que hemos visto en sectores clave como la educación o el sector inmobiliario son los principales factores que preocupan a los profesionales.
Sin embargo, Cansado también apunta que China aún tiene capacidad para tomar medidas y que, aunque no vaya a cumplir el objetivo de un crecimiento superior al 5% sí estará en torno al 4%, un dato considerable. “Frente a otras economías, podría dar sorpresas positivas”, apunta. “China siempre tiene capacidad de sorprender y en positivo. Aunque la cautela es necesaria, con China nunca sabes qué esperar”, añade Conde.
Por su parte, Martínez localiza dos riesgos principales: la calidad de las vacunas y las tasas de vacunación, que pueden crear nuevos confinamientos, y la inseguridad jurídica. “A nivel bursátil es difícil de gestionar. No hemos dado el semáforo verde para China”, explica.
Sin embargo, Hernanz saca un punto positivo y, aunque lo califica de demasiado optimista, señala la posibilidad de que si seguimos viendo inflación alta en EE.UU. podría haber una marcha atrás en el plano arancelario. “Es una posibilidad que le sentaría bien al mercado, contrarrestaría la situación de los bancos centrales y aliviaría la situación”, apunta.
Estados Unidos para la renta fija
En cuanto a la renta fija, Martínez apuesta por la deuda pública americana e invita a empezar a mirar corporativos de investment grade, aunque advierte de la volatilidad. Por su parte, Cansado explica que llevan unas semanas analizando las carteras de los fondos que tienen recomendados y han visto que hay yields atractivas, comparado con donde veníamos, gracias a la ampliación de spread y subida de tipos.
En BBVA Banca Privada llevaban años infrapesando la renta fija, y Hernanz admite que en las curvas europeas mantienen esta posición al tiempo que miran “con más mimo” a la curva americana manteniéndose más neutrales, donde están más positivos es en la parte de crédito.
Antón señala también que modestamente están positivos en crédito investment grade, con “un pelín” de high yield, así como en compañías estadounidenses pero que emiten en euros. En Europa prefieren los los bancos, los híbridos corporativos y algo de deuda subordinada, pero siempre de calidad, insiste.
Los alternativos tienen que estar
El encuentro también reservó un espacio para hablar de los alternativos, un activo cuya popularidad ha crecido, pasando de ser algo exótico que tener en cartera a casi un activo esencial. La diversificación, la descorrelación y la protección que puede ofrecer contra la inflación son tres características que los expertos no han dudado en destacar.
“No te harás rico con ello, pero te da certidumbre y merece la pena tenerlo en cartera”, opina Antón. “Lo vemos como necesidad porque la descorrelación entre la renta fija y variable ya no funciona y los alternativos lo compensan”, argumenta Cansado.