La guerra en Ucrania y su impacto a nivel global han dominado el Foro Económico Mundial de Davos, que se ha celebrado a lo largo de esta semana tras el parón de dos años debido a la pandemia. La crisis alimentaria y energética, así como el actual contexto económico, fueron los otros temas que estuvieron sobre la mesa durante estos últimos cinco días.
Es cierto que el objetivo de esta edición era dar respuesta a problemas mundiales como el cambio climático, la educación, la gobernanza tecnológica, la inteligencia artificial, la desigualdad o el futuro del trabajo, factores de gran influencia en la elaboración de políticas y estrategias empresariales en los próximos años. Sin embargo, la guerra en Europa copó toda la atención, dejando en evidencia que la geopolítica ha ganado peso entre las preocupaciones de los principales líderes mundiales.
“La pandemia y la guerra de Rusia contra Ucrania amenazan con revertir los avances en el desarrollo de las últimas décadas, algo especialmente dramático en la lucha contra el hambre y la pobreza. Si no actuamos con rapidez y decisión, nos enfrentaremos a la mayor hambruna mundial en décadas. Por eso, en nuestra presidencia del G7 hemos lanzado una alianza para la seguridad alimentaria global con el Banco Mundial. Alemania contribuirá con 500 millones de euros”, destacaba Olaf Scholz, canciller alemán, durante el cierre del Foro.
Economía: camino o no de una recesión
¿Qué mensajes clave deja para los inversores? Uno de los más relevantes fue el dado por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, quien apuntó que no espera que las principales economías del mundo caigan en una recesión, pero reconoció que tampoco se puede descartar una. “No, en este momento no. Eso no significa que esté descartada. El panorama económico mundial se ha oscurecido en el mes transcurrido desde que el FMI rebajó sus perspectivas de crecimiento para 2022 debido a la guerra en Ucrania, la desaceleración de China y las crisis de precios mundiales, en particular de los alimentos… En poco tiempo, el horizonte se ha oscurecido”, comentó durante una de las preguntas del panel en el que participó el primer día del Foro.
No todas las visiones compartidas fueron negativas. En una entrevista para la cadena de televisión CNBC, el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, destacaba el impulso con el que están saliendo las economías de la COVID, como ha demostrado la última temporada de resultados empresariales. “Todavía pronosticamos un buen crecimiento global, más del 3,5% para 2022. Es medio punto porcentual menos que lo que teníamos hace unos meses, pero sigue siendo un crecimiento robusto”, explicaba. “Es cierto que en Europa el impacto de la guerra está siendo más intenso, así que hemos reducido nuestras previsiones en un par de puntos porcentuales. Pero esperamos que la economía europea aún crezca un 2% este año”, explicó.
La guerra en Ucrania: geopolítica
El segundo mensaje más relevante lo dio el propio organizador del evento, el profesor Klaus Schwab, quien señaló que el mundo se encuentra en un “punto de inflexión”, en el que el sistema de cooperación internacional se enfrenta a los mayores riesgos desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra de Ucrania estuvo presente desde el primer momento en el foro, ya que Volodímir Zelenski, presidente del país, realizó el discurso inaugural del Foro, en el que reclamó que se requisen todos los activos rusos en el exterior como una herramienta más para frenar a Rusia.
“Ahora se decide si la fuerza bruta reinará en el mundo. Si gobierna, entonces nuestros pensamientos ni siquiera son interesantes. Y en Davos, ya no tendrá sentido reunirse. ¿Por qué? La fuerza bruta no busca más que el sometimiento de aquellos a los que quiere subyugar. Y no discute, sino que mata inmediatamente. Cómo lo está haciendo Rusia en Ucrania ahora mismo, mientras hablamos», señaló Zelenski durante su intervención.
A raíz de su intervención y de las reflexiones realizadas durante estos días, los líderes europeos fueron unánimes en la necesidad de reforzar todavía más su posición ante Rusia, fortaleciendo su propia defensa, profundizando las sanciones, apoyando a Ucrania con armas y diplomacia y desligándose por completo del gas y petróleo rusos, según resumen desde la agencia EFE.
En este sentido, George Soros, reputado inversor y filántropo, sugirió que la invasión rusa de Ucrania «puede haber sido el comienzo de la Tercera Guerra Mundial», durante su intervención en el Foro. Soros sostuvo en su discurso que el auge de la inteligencia artificial, las redes sociales y las plataformas tecnológicas hacen que Rusia y China representen hoy la mayor amenaza. “Por lo tanto, debemos movilizar todos nuestros recursos para poner fin pronto a la guerra. La mejor y quizá única manera de preservar nuestra civilización es derrotar a Putin. Esa es la conclusión”, afirmaba en el cierre de su discurso.
Crisis alimentaria
El tercer mensaje relevante, o más bien advertencia, la lanzó Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio, quien anticipó que si no se logran abrir corredores seguros para sacar los cereales de Ucrania al resto del mundo, la crisis alimentaria -una realidad para cientos de millones de personas en el mundo- puede prolongarse hasta 2024. Según recogen desde la agencia EFE, el director ejecutivo de Yara International (un grupo que produce fertilizantes), Svein Tore Holsether, afirmó que 276 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en fase grave y aguda, el doble que hace tan solo dos años, aunque recordó que también han influido en esto las olas de calor en la India, Pakistán y Estados Unidos.
Según reflejó el análisis de los expertos en Davos, el mundo podría experimentar un mayor aumento en el precio de los alimentos en los próximos diez o doce meses si no resuelven algunos problemas como la caída de la producción, la limitada oferta de fertilizantes y el bloqueo de la salida marítima de granos de Ucrania.
David Beasley, jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), reconoció que estaremos “ante un problema complejo” si no hay barcos que transporten los alimentos alrededor del mundo. “Se puede imaginar lo que sucede cuando el país que es el proveedor de pan del mundo, que es capaz de alimentar a 400 millones de personas, está en guerra. Es una crisis absoluta”, afirmó Beasley en una discusión en el Foro de Davos dedicada a plantear ideas para revertir la crisis alimentaria.
Así pues, el Foro de Davos dejó un sentimiento negativo y una larga lista de preocupaciones a las que ahora cada país y cada líder político y empresarial tendrán que dar sus propias respuestas.