Según la experiencia de la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama, por sus siglas en inglés), cada vez más, los gestores usan los vehículos UCITS de bonos sostenibles para satisfacer la creciente demanda de los inversores de productos que ayuden a financiar proyectos respetuosos con el medio ambiente y la sociedad, aplicando algún tipo de criterio ESG en su proceso de selección de carteras. En su opinión, esto augura un futuro prometedor a este tipo de fondos.
Aunque numerosos estudios académicos y profesionales han analizado el mercado de los bonos sostenibles, desde esta organización profesional se considera que aún queda mucho por analizar y explorar en este universo. Según su último informe, titulado Sustainable UCITS Bond Funds for a Better Future, concluyen que los números demuestra que ese aumento de demanda por parte de los inversores es real: estos vehículos atrajeron 102.000 millones de euros de dinero nuevo neto en 2021, frente a los 69.000 millones de euros de los fondos UCITS de bonos tradicionales.
“Los fondos de bonos sostenibles parecen muy adecuados para satisfacer las necesidades de los inversores que buscan un perfil de riesgo-rentabilidad favorable y soluciones de inversión sostenibles y rentables. De cara al futuro, esperamos poder analizar la composición de la cartera de este tipo de fondos y, en particular, la medida en que invierten en bonos verdes”, señala Vera Jotanovic, economista senior de Efama.
Entre finales de 2011 y 2021, los activos netos de los fondos de bonos sostenibles han crecido un 291%, pasando de 159.000 millones de euros a 621.000 millones de euros. Según señalan desde Efama, “la proporción de los activos netos de los fondos de bonos sostenibles en el total de los activos netos de los fondos de bonos también ha aumentado, lo que confirma el cambio en la preferencia de los inversores hacia soluciones de inversión sostenibles”.
Mientras que a finales de 2011 la proporción de activos netos de los fondos de bonos sostenibles en el total de los fondos de bonos UCITS ascendía al 16,5%, esta proporción era del 20% en septiembre de 2021. Según la organización, igualmente revelador es el hecho de que el número de fondos de bonos sostenibles ascendía a 1.411 a finales de 2020, en comparación con 4.548 fondos de bonos tradicionales en la base de datos Morningstar Direct.
“Las ventas netas de los fondos de bonos sostenibles alcanzaron un récord de 102.000 millones de euros en 2021, lo que superó por primera vez las ventas netas de los fondos de bonos tradicionales. Este resultado pone de manifiesto el creciente interés por las soluciones de inversión sostenible. Del mismo modo, la proporción de las ventas netas en los activos netos de los fondos de bonos sostenibles ha visto su récord en 2021, ascendiendo al 20%”, indican desde Efama.
Para Efama uno de las conclusiones clave que explican el éxito de estos fondos entre los inversores tiene que ver con que verdaderamente pueden demostrar que son sostenibles. Así, según las conclusiones de su informe, es relevante que los fondos de bonos sostenibles también pueden clasificarse como fondos del artículo 8 y 9 del SFDR. “Entre el grupo de fondos de este estudio, el 84% son fondos del artículo 8, mientras que el 11% representan fondos del artículo 9, y el 5% restante no están clasificados”, señalan.
En opinión de Tanguy van de Werve, director general de Efama, “la adopción de la norma europea de bonos verdes y las iniciativas pertinentes impulsadas por el mercado impulsen la oferta y la demanda de bonos sostenibles y tengan un impacto positivo en el desarrollo de los fondos de bonos del artículo 9 en el futuro. Esto reforzaría el liderazgo de la UE en el espacio de las finanzas sostenibles».
¿Cómo son estos vehículos de inversión?
Según las conclusiones de Efama, estos fondos han demostrado una mayor rentabilidad ajustada al riesgo. “Los fondos UCITS de bonos sostenibles han registrado sistemáticamente una mayor rentabilidad ajustada al riesgo que los fondos de bonos tradicionales durante los últimos 5 años, gracias a un mejor perfil de riesgo-rentabilidad”, apuntan.
Los fondos de bonos sostenibles mostraron, por término medio, una rentabilidad anual ligeramente inferior a la de los fondos de bonos tradicionales (4,0%, frente al 4,7%). “Curiosamente, los fondos de bonos sostenibles superaron a los fondos de bonos tradicionales en 2020, cuando la pandemia del COVID-19 provocó la angustia del mercado. Puede haber varias razones posibles por las que los fondos de bonos sostenibles obtuvieron un rendimiento superior durante el periodo de riesgo reducido provocado por la pandemia. Una de las razones, probablemente la más importante, es que los fondos de bonos sostenibles están menos expuestos a los sectores energéticos tradicionales, que fueron los que más sufrieron la desaceleración económica inducida por la pandemia”, argumenta el informe en sus conclusiones.
Por último, el estudio desvela que estos vehículos soportan comisiones más bajas. En concreto, el coste medio de los fondos UCITS de bonos sostenibles ha disminuido constantemente desde 2017 hasta alcanzar el 0,59% en 2021, frente al 0,76% de los fondos de bonos OICVM tradicionales.
Según explican, “la diferencia en las comisiones de los fondos de bonos sostenibles y tradicionales puede explicarse por la creciente competencia en el mercado de fondos en los últimos años, durante los cuales se han lanzado la mayoría de los fondos de bonos sostenibles, así como por el hecho de que los gestores de fondos ofrecen comisiones más competitivas para popularizar los fondos sostenibles entre sus clientes tradicionales”.
Por último, las conclusiones indican que otro factor que explica las menores comisiones de los fondos de bonos sostenibles podría estar relacionado con la necesidad de compensar a los inversores por el hecho de que estos fondos suelen ofrecer menores rendimientos a los inversores debido a su menor exposición al riesgo de crédito.