Las compañías que reparten dividendos llevan desde principios de año superando a las compañías de crecimiento por un amplio margen, ya que el temor a la próxima subida de tipos de interés y la inquietud en torno al ritmo de crecimiento económico en Estados Unidos y China ha suscitado cierta preocupación por las elevadas valoraciones de muchas compañías de crecimiento.
En el primer trimestre de 2021 se produjo una rotación similar en los mercados, que desapareció cuando los valores de crecimiento repuntaron con fuerza. Pero el entorno macroeconómico de este año es diferente. La inflación se sitúa en el nivel más alto de las últimas décadas, y la Reserva Federal ha anunciado su intención de subir los tipos de interés y reducir su programa de expansión cuantitativa. Las cifras de beneficios de algunas de las mayores compañías de crecimiento, como Netflix y Meta, han sido inferiores a las expectativas. Y el valor de los flujos de caja de las empresas de crecimiento, más lejanos del momento presente, las hacen más vulnerables a las subidas de tipos de interés.
En un entorno de aumento de los rendimientos de los bonos y de incremento de la inflación, la rotación del mercado hacia las compañías de dividendos podría encontrarse aún en sus primeras etapas. En este sentido, la inversión en dividendos podría desempeñar un papel más importante en la rentabilidad total de una cartera. A continuación, los gestores de Capital Group Hilda Applbaum y Alfonso Barroso y Marc Nabi, director de inversiones de la entidad, analizan cuatro nuevas tendencias en el universo de los dividendos.
1. Correlación positiva entre la rentabilidad por dividendo y el rendimiento de los bonos
Durante la mayor parte de los últimos 30 años, la rentabilidad relativa de las compañías con una elevada rentabilidad por dividendo y los cambios en el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense tuvieron una relación negativa. Dicha relación ha cambiado en los últimos dos años, y ambos elementos han pasado a tener una correlación positiva. Si esta tendencia continúa, la subida de los tipos de interés podría no afectar a las perspectivas de las compañías de dividendos, como sí ocurría en el pasado.
En parte, ello se debe a que los tipos están subiendo desde una base muy baja. Aunque la Fed comience a subirlos, nuestro equipo de tipos de interés apunta a que el rendimiento de los títulos del Tesoro a diez años podría mantenerse entre el 2% y el 3%, con una reducción de la pendiente de la curva gracias a la subida de los tipos a corto plazo. En un entorno así, las compañías que reparten dividendos ofrecen una combinación de generación de rentas y de revalorización potencial del capital, sobre todo porque las valoraciones de muchas de estas compañías parecen razonables tras el largo mercado alcista que han registrado las empresas de crecimiento.
2. El regreso de los dividendos, aunque a un ritmo moderado
Esperamos un aumento constante de los dividendos en todo el mundo, aunque a un ritmo moderado. Muchas compañías han optado por la prudencia al respecto, después de verse obligadas a eliminar o reducir notablemente sus dividendos durante la pandemia. Ahora, en un entorno de desaceleración del crecimiento de la economía mundial, algunas compañías desean preservar el efectivo por si la ralentización fuera más acusada de lo esperado.
Aunque algunos sectores, como el de los viajes, continúan teniendo que hacer frente a una gran incertidumbre en términos generales, sin embargo, los dividendos siguen recuperándose. Según los datos publicados el pasado 15 de febrero por Wolfe Research, de las 242 compañías que suspendieron o redujeron sus dividendos en 2020, 98 han reanudado los pagos y solo tres recortaron sus dividendos en 2021.
Es probable que las compañías con capacidad de fijación de precios estén mejor posicionadas para aumentar sus dividendos. Las compañías del sector de bienes de consumo básico suelen verse afectadas cuando la inflación comienza a subir y los costes de los insumos aumentan. Sin embargo, tras un periodo de entre tres y seis meses, estas empresas suelen tratar de reajustar sus contratos con los minoristas, lo que las sitúa en mejor posición para recuperar los costes de las materias primas, aumentar sus beneficios y poder ir aumentando sus dividendos a un ritmo moderado.
3. Las compañías muy cíclicas adoptan un enfoque innovador con dividendos variables
Algunas compañías, especialmente las pertenecientes a sectores cíclicos, están adoptando enfoques innovadores para equilibrar sus necesidades empresariales y su compromiso con el pago de dividendos. Observemos, por ejemplo, el sector de la minería, que en 2021 registró un gran auge en el reparto de dividendos. En los últimos años, muchas de las grandes compañías del sector, como Rio Tinto y Vale, han pasado de aplicar políticas de dividendos progresivos a establecer una ratio de reparto de dividendos, que se determina a partir de una fórmula vinculada a ciertos indicadores operativos. Este cambio da lugar a una rentabilidad por dividendo variable a lo largo del tiempo. Pero también ofrece a estas compañías una mayor capacidad para gestionar sus balances y flujos de caja de forma sostenible a lo largo de múltiples ciclos de materias primas.
Las compañías de prospección y producción de petróleo y gas también están cambiando sus estrategias de dividendos. Históricamente, estas compañías no han repartido dividendos, ya que han optado por reinvertir en el negocio para aumentar el crecimiento de su producción. Sin embargo, dicho crecimiento ha sido contraproducente en aquellos periodos en los que la fluctuación de los precios de la energía ha deteriorado la rentabilidad de los proyectos y han provocado problemas financieros.
Esta situación está comenzando a cambiar, ya que las compañías son cada vez más disciplinadas en este sentido y han comenzado a pagar dividendos ordinarios desde una base reducida, complementándolos con dividendos variables o extraordinarios en función de los precios de las materias primas y la solidez de los flujos de caja.
4. Los sectores financiero, energético y sanitario ofrecen oportunidades de dividendos
Los sectores de las finanzas, la sanidad y la energía representan una parte importante del universo de compañías que reparten dividendos. Observamos una confluencia de factores que podrían favorecer el aumento de los dividendos en cada una de las áreas.
Finanzas: La subida de tipos de interés podría favorecer que los bancos estadounidenses y europeos aumentaran sus márgenes netos de interés, que se han visto reducidos durante muchos años por el bajo nivel de los tipos. Dicha subida podría traducirse en un incremento de los beneficios, una mejora de los flujos de dividendos y un aumento de los múltiplos de valoración.
Energía: Durante mucho tiempo, las grandes compañías petroleras integradas han sido una buena fuente de dividendos constantes para los inversores orientados a la generación de rentas. También se han vuelto más disciplinadas en lo que se refiere a la oferta, ya que han reducido la inversión en las reservas existentes y han buscado nuevas fuentes de petróleo.
Sanidad: En el actual entorno inflacionista, las compañías sanitarias podrían convertirse en una fuente de crecimiento de beneficios y dividendos. Históricamente, las compañías farmacéuticas han mostrado una relativa capacidad de fijación de precios. Aunque el sector se ha tenido que enfrentar a presiones políticas en materia de precios, las farmacéuticas más innovadoras podrían estar bien posicionadas para ir subiendo sus precios a un ritmo moderado.
Al igual que las compañías del sector de la energía, las principales farmacéuticas asumen que el reparto de dividendos constituye una parte importante de su propuesta de valor para los inversores. Esta característica, combinada con la solidez que podrían tener en los próximos años las carteras de productos de varias importantes compañías farmacéuticas de todo el mundo, nos hace pensar que esta área podría convertirse en una fuente diversificada de generación de rentas.