Una de las consecuencias indirectas de la pandemia fue que los políticos aprovecharon para abrir las compuertas del ahorro previsional y fomentar salidas importantes de activos administrados de los fondos de pensiones, tanto en Chile como en Perú. En este último, se sumaron los cambios en el aspecto regulatorio, con cambios en las edades para retirar fondos y las razones para hacerlo, incluyendo la compra de la primera propiedad y situaciones de desempleo. Estos cambios regulatorios también contribuyeron significativamente a la reducción de la masa administrada por las AFPs.
En el caso de Chile, el efecto total de lo anterior fue una contracción de los activos administrados de aproximadamente 25%, que equivale a un monto de 50.000 millones de dólares. En el caso peruano, los fondos administrados por las AFPs cayeron aproximadamente en 25%, lo que equivale a 11.000 millones de dólares.
Producto de esta contracción de activos administrados, las AFPS han puesto freno de mano a las inversiones alternativas y en específico a las inversiones en mercados privados, sobre todo en el Perú. La liquidez ha bajado mucho y no se están comprometiendo inversiones en activos sin liquidez. La consecuencia de esta falta de demanda se percibe en dos frentes, primero con una situación sumamente crítica para muchas casas de manejo de activos ilíquidos locales que ya no tienen un comprador natural para sus fondos y segundo en que los proveedores de los mejores fondos globales de mercados privados tienen menores posibilidades de hacer negocios de este tipo.
Dada esta coyuntura desfavorable en ambos países, la esperanza para cubrir este vacío ahora recae en el segmento de family offices (Single Family Offices y Multi Family Offices). En este frente la asignación de activos en mercados viene subiendo de manera considerable, sobre todo en productos fuera de estos países. Es importante destacar que esta demanda viene explicada por la incertidumbre política que atravesamos y por la coyuntura de retornos bajos en los activos líquidos disponibles.
Por esta situación, los jugadores locales han reinventado su oferta de valor. Dentro las iniciativas más destacadas está la creación de fondos “feeders” locales, donde se da acceso a los fondos globales de mercados privados a un costo muy competitivo y por montos mínimos bastantes manejables. En el caso de los vehículos ilíquidos de bienes raíces, los estructuradores locales están haciendo alianzas o comprando a gestores en Estados Unidos para poder relanzar su oferta de valor. Todo esto se está dando a la vez en Chile y en Perú, con Chile unos pasos más adelante.
Por el lado de la oferta de productos de mercados privados internacionales, los principales fondos o sus respectivos representantes en la región están bastante activos visitando a los family office. En este frente, el mercado más grande es el de los Single Family Office versus el de los Multi Family Office. Muchos grupos empresariales organizados como Single Family Office han optado por diversificar sus negocios reales, haciendo compromisos importantes en fondos en mercados privados.
Donde sí existe una diferencia importante en la oferta de productos que demandan los family office versus las AFPs es en el de las co-inversiones. Los family office tienen interés en operaciones puntuales de bienes raíces en Estados Unidos o Europa, donde entran con un grupo de inversionistas a comprar una propiedad específica. El atractivo de estas operaciones es que se pueden evaluar antes de entrar a la inversión con completo conocimiento de sus características, versus los fondos donde se suele dar un cheque en blanco confiando en el criterio del gestor para concretar las inversiones en el futuro.
En Chile, las AFPs siguen medianamente activas en mercados privados, habiendo reducido el tamaño de sus compromisos. En el caso peruano, las AFPs han parado en gran medida sus compromisos dado que han quedado excedidas en sus límites regulatorios. En este último caso, el negocio para los proveedores locales o internacionales se ha reducido sustancialmente.
Los family office son una fuerza importante en la región y las esperanzas están puestas en ellos. Sin embargo, la magnitud del dinero administrado por las AFPs es más grande que el dinero disponible de los family office. Si bien el mercado de los family office es bastante activo en estos momentos, no llegaría a cubrir el volumen de compromisos anuales de las AFPs.
La estrategia será la de trabajar muy de cerca de los family office, adaptando la oferta de productos mientras el mercado de AFPs se estabiliza. Esperemos que las reformas que se vienen en ambos países no terminen de descarrilar al sistema privado de pensiones. Hay toda una industria detrás de ellos que sufrirá las consecuencias, además de la pérdida de un capital de largo plazo muy útil para el desarrollo de ambos países.