Los expertos en China Andy Rothman y Winnie Chwang, de Mathews Asia, creen que el país superará la incertidumbre del periodo regulatorio y recuperará su senda de crecimiento y creación de oportunidades económicas durante el año 2022, a pesar del actual contexto de crisis inflacionaria y política por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Funds Society organizó el pasado 16 de marzo junto a los gestores un nuevo encuentro virtual bajo su popular formato Virtual Investment Summit, en el que ambos invitados arrojaron luz sobre las incertidumbres que los inversores en China pueden albergar sobre su mercado de valores. Se puede volver a visualizar el evento a través de este enlace (contraseña: VIS_Matthews_03)
Andy Rothman, estratega de Inversiones en Matthews Asia, comenzó su disertación abordando la situación general del país, que ha sido más resiliente tanto ante la COVID como ante la actual crisis inflacionaria, manteniendo un crecimiento del PIB algo mayor al 5% durante 2021, y situándose de manera indiscutible como líder en el crecimiento económico a nivel mundial hasta el punto de que por sí solo el país es responsable de un tercio del crecimiento económico mundial, más que Estados Unidos, Europa y Japón juntos.
Quizás parte de las claves de esta resiliencia fue el menor impacto relativo de la COVID en China, cuyas políticas de tolerancia cero ante los contagios consiguieron devolver la normalidad en menos tiempo. A pesar de que la pandemia perjudicó el gasto, el consumo permaneció alto y se consolidó como la base de la economía siendo responsable de un 46% del crecimiento del producto interior bruto en 2021, más que las inversión (31%) y la exportación de bienes y servicios (23%) en una tasa de crecimiento anual compuesto.
Enmienda parcial de la nueva política económica china
Pero de cara al exterior, la política regulatoria emprendido por el Partido Comunista Chino ha generado inquietud ante el temor a que la nueva Prosperidad Común suponga un giro en la senda de liberalización económica emprendida por el país hace décadas. Rothman niega la mayor, asegurando que hacer eso supondría un suicidio político para el Gobierno. “En los últimos 30 años, la economía china a pasado de ser una economía controlada por el estado a una controlada por las empresas y el Gobierno chino no va a dar marcha atrás en ese camino, porque destruiría la economía china y debilitaría su apoyo político entre la población”, estimó el estratega.
El hecho de que el consumo se haya mantenido alto, es otra prueba de que la nueva política económica no supone un retroceso, sino que la economía china sigue el mismo curso que comenzó hace 10 años, a lo largo de los cuales el consumo interno ha sido el mayor impulsor de la economía en paralelo a su liberalización. Si bien la Prosperidad Común no supone dar un paso hacia una economía socialista, el Gobierno chino ha admitido ya que se han cometido errores en su implementación y en su comunicación que han conllevado un daño en la confianza de los inversores tanto en casa como en el extranjero, y se ha propuesto resolverlos.
Así lo prometió recientemente el viceprimer ministro y máximo consejero económico del país, Liu He, a lo largo de unas declaraciones en las que anunció que la presión en las compañías de plataformas digitales se reduciría y que se apoyaría a las compañías listadas en el extranjero. Básicamente las palabras de He supusieron una confirmación de las declaraciones del primer ministro Li Keqiang, que hace escasas semanas afirmó la voluntad del Gobierno de primar el crecimiento económico frente a la política de reducción de riesgos del año pasado.
Liu He, se refirió también al conflicto regulatorio con Estados Unidos, asegurando que se habían hecho avances para resolverlo. Tras sus declaraciones, el regulador bancario chino emitió un comunicado en el que, entre otras coas, animaba a los bancos comerciales del país a apoyar al mercado, incluyendo la provisión de financiación para promotores.
Impacto de la pandemia y la guerra en Ucrania
En lo relativo a la gestión de la pandemia, Roth calificó la política de “cero covid” del Gobierno chino como un éxito y afirmó que el miedo actual por los nuevos rebrotes se debe a “exageraciones de la prensa”, afirmando que no ha habido muertes derivadas del virus desde hace alrededor de un año. De hecho, el Gobierno chino está planeando una relajación en sus políticas de restricciones ante la pandemia, según afirmó. “La Covid no interferirá en las cadenas de suministro globales”, añadió.
No se mostró tan positivo, en cambio, en lo referente a la geopolítica. Al menos en el corto plazo. La mala relación con Estados Unidos, espoleada por el apoyo tácito de China a la invasión rusa de Ucrania, no tiene visos de mejorar en los próximos meses: Biden está centrado en ganar las elecciones de medio término mientras que Xi Jinping se está ocupando de su economía doméstica con las elecciones presidenciales en el horizonte. Con este contexto el fuerte sentimiento antichino en EE.UU., tanto entre republicanos como demócratas, impide un acercamiento político al país del este, opina Roth.
No obstante, el experto no cree que la situación pueda empeorar. China no permitirá que sus bancos centrales o sus compañías más importantes se salten las sanciones impuestas a Rusia por Estados Unidos y Europa, ya que es consciente de que habría represalias contra China que serían desastrosas. Es más, el Gobierno chino “se ha dado cuenta” de que ha cometido un error apoyando a Putin y “está buscando como salir” de esa situación incómoda, asegura Rothman.
Hay analistas que opinan que para China la invasión rusa de Ucrania es una especie de ensayo sobre lo que podría hacer el país asiático con su vecino Taiwán, algo que el estratega no cree verosímil. “El presidente Xi no está considerando usar la fuerza contra Taiwán. Es un hombre mucho más práctico que Putin”, sostuvo aduciendo que la invasión, además de suponer un enorme riesgo militar lo expondría al mismo tipo de sanciones que a Rusia, resultando en un desastre económico.
Un año de crecimiento y estabilidad
Considerando este contexto económico, los representantes de la gestora se muestran optimistas con respecto a la evolución de los mercados de renta variable china, en línea con los rebotes que los principales índices han experimentado tras las declaraciones de Liu He. “Creo que la palabra clave para este año es ‘estabilidad’, frente a una política que el año pasado estuvo centrada en reducir los riesgos”, explicó Winnie Chwang, gestora del fondo China Small Strategy.
La también codirectora de las estrategias China y Pacific Tiger, sostuvo que las nuevas regulaciones no cambiarán el sistema de beneficios de las empresas. Las compañías digitales, después de un innegable retroceso, se adaptarán y estarán bien posicionadas para volver a una senda de crecimiento, mientras que las empresas inmobiliarias están ya consolidándose tras la crisis que ha sufrido el sector, añadió.
Aunque el 2022 será todavía un año de volatilidad, la volatilidad también conlleva oportunidades. Estas vendrán de la mano de tendencias “potencialmente imparables”, que para Chang son principalmente cuatro:
- Crecimiento del consumo: Aaumento de la demanda de productos y servicios de calidad.
- Hiperconectividad e innovación tecnológica autóctona en el ámbito de los datos, los semiconductores, las herramientas de productividad y el software
- Invertir en longevidad: la próxima generación de fabricación de medicamentos, robótica y automatización
- Una China más verde: neutralidad de carbono para 2060 y planes de autosuficiencia energética
Según explicó, la apuesta de Mathews Asia para la renta variable China se basa en una aproximación “all share” combinando en sus portfolios acciones China A Shares, U.S. ADRs y Hong Kong Shares.
La firma también se apoya en el segmento small caps como un complemento a las mid y large caps, ya que tienen un mayor peso en sectores concretos y ayudan a aumentar la exposición. Es el caso de tendencias como las renovables, la computación y la salud, cuya capitalización de mercado en el Índice MSCI small caps duplica a la general.
Para la gestora, el impacto negativo en la confianza que ha tenido el nuevo marco regulatorio ha creado un desajuste entre los precios de las acciones y su valor real de mercado, algo que se solucionará con un mayor apoyo por parte de las políticas gubernamentales. En cuanto a los principales retos a tener en cuenta para la economía China en el futuro próximo, conviene no perder de vista el bienestar del mercado inmobiliario y la situación de la pandemia, que según opina será más estable.