La guerra entre Rusia y Ucrania estalló el pasado 24 de febrero y desde entonces, las consecuencias en los mercados han sido notables: volatilidad en renta variable y renta fija, subidas en los precios de algunas materias primas, activación de los refugios tradicionales en las carteras… El mundo se ha complicado, y la inversión también.
En este contexto tan cambiante, desde Funds Society queremos destacar los artículos más significativos publicados en la última semana. Son nuestras lecturas imprescindibles para entender las claves de este conflicto bélico y sus consecuencias financieras.
El impacto en la industria y la posición de las gestoras
En un escenario complejo, ¿qué han hecho las gestoras de fondos? Algunos de los caminos elegidos han sido la suspensión de los NAV de sus fondos de renta variable rusa y europea emergente, ventas y coberturas de las posiciones en la región, valoraciones a cero de sus posiciones o parálisis de la inversión en Rusia. Artículo completo aquí.
Por su parte, los proveedores de ETFs también se encuentran ante un futuro incierto para sus fondos cotizados que siguen a índices de renta variable rusa. En Europa, la mayoría de las bolsas han suspendido la negociación de los ETFs con exposición al mercado ruso desde el viernes 4 de marzo hasta nuevo aviso. Mientras que en Estados Unidos la dinámica es la misma, y la Bolsa de Nueva York suspendió la cotización de tres ETFs citando «preocupación regulatoria». Artículo completo aquí.
Todo en un momento en el que los proveedores de índices siguen declarando la guerra financiera a Moscú, retirando valores rusos de sus benchmarcks, y restringiendo la inclusión de nuevos emisores. Por ejemplo,FTSE Russell y MSCI han anunciado la retirada de las acciones rusas de todos sus índices, mientras Stoxx eliminará a 61 empresas. Artículo completo aquí.
Algo que también sucede en los mercados de renta fija. JP Morgan ha anunciado que Rusia quedará excluida de sus índices de renta fija a partir del 31 de marzo. Además, los bonos rusos denominados en moneda local se excluirán de los índices GBI-EM y los intereses devengados por dichos bonos se pusieron a cero y se suspendieron desde el pasado 7 de marzo. Artículo completo aquí.
La respuesta de los inversores, bancos centrales y activos
Ante este escenario, los inversores buscan refugios, que están encontrando en activos tradicionales como el oro. Tras un 2021 negativo, con un descenso de alrededor del 5% en su precio a lo largo del ejercicio motivado por la divergencia entre los tipos de interés reales y el precio del activo, la volatilidad e incertidumbre del mercado ha dado la vuelta y ahora los expertos estiman que podría alcanzar el entorno de los 2.100 dólares/onza en doce meses. Artículo completo aquí.
Además, observan cómo, mientras las bolsas mundiales retroceden, algunas materias primas, en particular el petróleo, continúan su particular rally. El factor que está detrás de estos movimientos es la guerra en territorio ucraniano, así como las sanciones económicas impuestas por los principales países occidentales a Rusia, promotora de este conflicto bélico. Artículo completo aquí.
Por su parte, los bancos centrales analizan la situación hasta que les toque pronunciarse. En Europa, la evolución de la inflación y el impacto del principal evento del mercado (la guerra) en las economías, sitúa al BCE frente a un dilema: estanflación, normalización monetaria y control de la inflación. Artículo completo aquí.
A la espera de lo que la haga la Fed la próxima semana, el BCE se ha mostrado dispuesto a acelerar su retiro de estímulos o tapering ante los riesgos de una inflación al alza, pero mantiene abierta la puerta de la “flexibilidad y opcionalidad”, porque su prioridad sigue siendo la estabilidad de precios y del sistema financiero. Artículo completo aquí.
Los mercados de Europa y Estados Unidos son dos focos relevantes de análisis durante esta guerra, pero no los únicos. La escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania sin duda tendrá impactos económicos y financieros a nivel global, y los activos latinoamericanos no serán la excepción, navegando entre el aumento de las hostilidades, la volatilidad, el alza del petróleo y la aversión al riesgo. Artículo completo aquí.
En este sentido, todo lo relacionado con las materias primas tiene una importancia mayor. América Latina, y en particular América del Sur, es una región netamente productora y exportadora de materias primas, así que mayores precios pueden contribuir a mejorar sus términos de intercambio. Estas mejoras alientan las perspectivas aún algo pesimistas para la región, caracterizadas por un bajo crecimiento económico proveniente. Artículo completo aquí.
El ejemplo más claro es el mercado del cobre. Cuyo precio se mantuvo estable cuando las tensiones se empezaron a cristalizar en Ucrania, pero ahora, con los inversores viendo una potencial prolongación del conflicto armado, la cotización del commodity muestra un comportamiento más volátil. Artículo completo aquí.
Perspectivas de las consecuencias económicas
Al igual que sus activos, las economías de la región latinoamericana no estarán exentas de sufrir las consecuencias de esta guerra. El menor crecimiento global, el impacto en los precios de la energía, los productos agrícolas y los activos financieros moldearán las economías. En el caso de Argentina, a favor del país juega el aumento global de los precios de los alimentos. Artículo completo aquí.
Dejando países concretos a un lado, la guerra en Ucrania provoca un cambio radical en las perspectivas económicas y energéticas. Las estimaciones más conservadoras señalan que el impacto de la guerra en la energía, las sanciones impuestas a Rusia y la menor confianza de los inversores podrían recortar el crecimiento mundial en torno al -0,4% en 2022, hasta situarlo entre el 3% y el 3,5%. Artículo completo aquí.
Una de las principales advertencias que hacen los expertos es que los riesgos de estanflación se intensifican a medida que los mercados energéticos adquieren protagonismo. Algunas gestoras creen que la subida de los precios de las materias primas ha llegado para quedarse y que provocará tanto un aumento de la inflación como un menor crecimiento. Artículo completo aquí.
Entre las consecuencias más dramáticas de la invasión de Ucrania a largo plazo, además de las vidas perdidas, sería la posibilidad de la creación de una “frontera militarizada” al estilo del telón de acero durante la guerra fría. Es decir, el inicio de la quiebra de la globalización comercial. Artículo completo aquí.