Edmond de Rothschild Asset Management amplía su gama de soluciones de inversión con el fondo Edmond de Rothschild SICAV Corporate Hybrid Bonds, una estrategia gestionada por Alexander Eventon y asesorada por Marc Lacraz, y que invierte principalmente en deuda corporativa híbrida de empresas no financieras de cualquier zona geográfica. Según indica, el fondo acaba de alcanzar los 100 millones de euros en activos bajo gestión.
La gestora considera que en un contexto de tipos bajos y elevada duración de los bonos corporativos de grado de inversión, el fondo Edmond de Rothschild SICAV Corporate Hybrid Bonds trata de aprovechar una clase de activos en rápido crecimiento. Según explica, su objetivo es superar la rentabilidad del índice ICE BofA Global Hybrid Non-Financial Corporate 5% Constrained Index, a lo largo de 3 años, invirtiendo principalmente en deuda subordinada de empresas no financieras.
Desde la firma explican que “este tipo de deuda ofrece un perfil de duración más corto que los bonos corporativos soberanos y no subordinados, con una TIR más atractiva debido principalmente a la prima de crédito adicional”. Consideran que esta prima adicional vinculada a la complejidad de la estructura de los bonos híbridos ha permitido que la clase de activos ofrezca una rentabilidad comparable al de los bonos con calificación BB durante los últimos cinco años, para un perfil de riesgo como es el de grado de inversión. “En nuestra opinión, se trata por tanto de una alternativa interesante a la deuda tradicional y a más largo plazo en un contexto de subida de los tipos de interés. Además, el fondo está registrado como artículo 8 en la normativa SFDR”, añaden.
El equipo de gestión del fondo emplea una combinación de enfoques discrecionales y cuantitativos con el objetivo de identificar las emisiones híbridas más atractivas, con el apoyo de un enfoque macro descendente para abarcar perspectivas macro sectoriales, regionales y globales con el objetivo de reducir los riesgos para la rentabilidad del fondo.
«Nuestro enfoque flexible puede, por tanto, dar lugar a diferencias significativas con respecto al índice de referencia, siempre con el objetivo de producir unas rentabilidades superiores. En consonancia con los aspectos activos y oportunistas de nuestro enfoque, podemos tener exposición a bonos en múltiples regiones/divisas y a una amplia gama de emisores con calificación tanto de grado de inversión como de high yield”, apunta Alex Eventon, gestor principal del fondo.
El equipo de inversión se adhiere a un enfoque disciplinado para la construcción y supervisión de la cartera, con el objetivo de amortiguar las crisis de mercado. La mayoría de la deuda la venden emisores de grado de inversión, por lo que la gestora considera que se reduce el riesgo de una pérdida de capital cuando el mercado baja. El proceso integra la optimización del binomio rentabilidad/riesgo en la construcción de la cartera y el dimensionamiento de las posiciones en términos absolutos y en términos de sobreponderación/subponderación frente al índice de referencia. Por último, el fondo aplica estrategias de cobertura activa, para limitar la exposición al riesgo, en consonancia con nuestras visiones macro. La flexibilidad del fondo también se refleja en la posibilidad de mantener hasta un 10% de emisores de high yield.
«Este nuevo fondo es otro ejemplo de la fortaleza de nuestro Grupo en el mercado de crédito y de la atención que presta nuestro equipo de renta fija a la búsqueda de soluciones innovadoras para el entorno de tipos bajos. El equipo de inversión del fondo está integrado en una división de renta fija compuesta por una veintena de gestores que cubren los principales segmentos del mercado de renta fija. Todos ellos son especialistas con amplia trayectoria en el sector», añade Alain Krief, responsable de renta fija.
La gestora defiende que esta clase de activos de la deuda corporativa híbrida no financiera sigue evolucionando y creciendo, con una capitalización de mercado que supera ahora los 200.000 millones de euros, desde casi cero hace 10 años. De hecho, destaca que el segmento es ahora tan grande como el espacio corporativo de high yield europeo, y en 2021 hubo más de 40.000 millones de euros de nuevas emisiones.
“Los perfiles de los emisores suelen ser empresas de alta calidad con flujos de caja estables y perfiles crediticios sólidos (normalmente de grado de inversión). Sin embargo, el perfil de rentabilidad sigue siendo equivalente al de las empresas de high yield, cercano a un riesgo de impago de grado de inversión”, explican desde Edmond de Rothschild AM.
Por último, señalan que existe una creciente diversificación en el universo, ya que los nuevos emisores amplían el alcance geográfico y sectorial. “Los híbridos corporativos se sitúan en el punto óptimo entre los segmentos de grado de inversión de yields ultrabajo y alta duración, y el high yield, que es más volátil y presenta una mayor probabilidad de pérdida de capital”, concluyen desde la gestora.