Una verdadera revolución en la actual transformación digital han protagonizado las fintech1, aquellas empresas tecnológicas que compiten con la banca y las finanzas tradicionales mediante la oferta de nuevos servicios financieros.
Tal ha sido la innovación de las fintech que no esperaron a la crisis de la COVID-19 para exhibir un más que robusto crecimiento. Cabe esperar que esta tendencia continúe en los próximos años, impulsada por la deriva digital que han adoptado los consumidores.
Apuntaladas por la crisis sanitaria, las ofertas desarrolladas por el sector de las fintech, que va desde los pagos online hasta el crédito, han aprovechado al máximo la búsqueda de soluciones sin contacto y de operaciones que puedan realizarse a distancia. Aunque estas ofertas ya existían antes de la pandemia, las fintech han logrado acelerar la adopción de nuevos hábitos y modificado profundamente las conductas de los consumidores.
Como resultado de ello, se espera que el mercado mundial de este tipo de empresas crezca a una tasa anual media de casi el 27 % entre 2020 y 2026, según un reciente estudio al respecto, The Global FinTech Market Report 2021.
Estas perspectivas no han dejado de atraer a los inversores. Según la consultora de estrategia Boston Consulting Group, la inversión en fintechs se disparó un 173% en el tercer trimestre de 2021, en comparación con el mismo periodo de 2020. Además, las empresas del sector han experimentado una elevada demanda en el mercado de valores en los últimos tres años.
Con todo, las fintech pueden seguir teniendo recorrido, ya que algunos actores del sector consiguen hacerse con una importante cuota de mercado gracias a su gran agilidad y a las tecnologías de vanguardia que utilizan.
Las cinco razones por las que pensamos que hay que seguir de cerca a las fintech
- El mercado de crédito
Las herramientas tecnológicas de las fintech, su capacidad natural para recopilar, procesar datos y satisfacer así las expectativas de los clientes, les permiten ofrecer mejores tipos de interés que los bancos tradicionales. Estas empresas también son más transparentes en cuanto a sus precios, lo que les ayuda a ganarse la confianza y la fidelidad de los usuarios.
Además, ofrecen servicios cada vez más populares, como la opción de “compre ahora y pague después”2. Las fintech viven, por tanto, de cobrar a los vendedores comisiones vinculadas a las compras realizadas a través de ellas, y a los clientes, gastos en caso de demora en el reembolso.
- El pago
Desde la pandemia, las soluciones de pago online o sin contacto no han dejado de crecer, por lo que la tradicional tarjeta de pago de plástico podría estar a punto de desaparecer. En Estados Unidos, esperamos que 2 de cada 5 compras en tiendas se abonen con el móvil en los próximos 5 años, cuatro veces más que el ritmo actual.
Se prevé un crecimiento similar en otros países desarrollados, y esta tendencia puede darse incluso antes en los denominados «mercados emergentes», donde muchas personas están pasando directamente del pago en efectivo al pago con el teléfono móvil.
Además de las compras realizadas por los hogares, algunas fintech también están desarrollando soluciones que pueden hacer que las transacciones entre empresas sean mucho más fluidas al racionalizar los procesos internos que provocan la morosidad. Estas ofertas digitales pueden interesar también a las empresas que actualmente esperan una media de 70 días para recibir el pago de sus clientes profesionales.
- Las criptomonedas
En pleno auge desde hace algo más de una década, las criptomonedas3 son, quizás, el fenómeno que más ha revolucionado el sector financiero, antes acostumbrado a monedas gestionadas por los bancos centrales. El aumento del gasto público, que se incrementó considerablemente sobre todo durante la crisis sanitaria, alimentó el temor a que los bancos centrales financiaran a los Gobiernos.
Estas preocupaciones han llevado cada vez a más empresas a invertir su tesorería en criptomonedas; la más conocida es el bitcoin. Además, algunas empresas están dispuestas a utilizar estas monedas virtuales como medio de pago.
Sin embargo, estas soluciones no están exentas de riesgos. En primer lugar, las autoridades prestan cada vez más atención a esta cuestión, mientras que los inversores aficionados especulan mucho con estos activos.
Por otra parte, es prácticamente imposible calcular el valor de estas monedas, que no están vinculadas a ninguna economía. Por último, a diferencia del oro, estos activos virtuales son todavía demasiado recientes como para ser considerados una reserva de valor alternativa.
Sin embargo, se espera que el crecimiento en este ámbito siga su curso, aunque con un enfoque más amplio. Por un lado, a un número cada vez mayor de inversores profesionales y por otra parte, a todo el ecosistema criptográfico —la encriptación garantiza la invulnerabilidad de los datos—, desde las criptomonedas hasta la negociación de activos financieros alternativos.
- La ciberseguridad
Con el desarrollo de las soluciones digitales, las instituciones financieras se enfrentan a nuevos retos de seguridad. El aumento del número de operaciones, la creciente demanda de procesos de autentificación menos complejos y el aumento de los ciberataques, han hecho de las soluciones de ciberseguridad un elemento fundamental en el sector financiero.
La demanda de software de seguridad de nueva generación nunca ha sido tan alta. Según la firma de estudios de mercado y consultora Gartner, se espera que el gasto mundial en TI (Tecnologías de Información) en el sector financiero crezca a una tasa media anual de cinco años del 6,5 % de aquí a 2025.
- Los factores ESG
Los factores medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ESG) están ahora muy presentes entre los inversores y precisamente son las fintech, las que pueden resolver algunos problemas sociales.
Los servicios que ofrecen permiten hacer accesibles soluciones que antes eran demasiado caras o imposibles de implantar en determinadas zonas geográficas. En los denominados países emergentes, donde pocas personas tienen una cuenta bancaria, las fintech ya han ayudado a algunas poblaciones locales a salir de la pobreza. Hoy en día, ya no es necesario tener una cuenta bancaria para contratar un préstamo o un seguro; basta con un simple teléfono.
1Fintech: neologismo derivado de la contracción de los términos «finanzas» y «tecnología» surgido hace unos años.
2Se trata de una oferta que permite a los clientes realizar sus compras pagando a plazos, por ejemplo, en un periodo de seis semanas. Estos préstamos suelen contratarse a un tipo de interés del 0 %.
3Se trata de un medio de pago virtual que puede utilizarse principalmente en Internet, que se basa en la criptografía —encriptación que garantiza la inviolabilidad de los datos— para asegurar las transacciones y la creación de unidades, y que está al margen de todo control de los reguladores y los bancos centrales.
Fuente: Carmignac, enero 2022. Material promocional para su uso fuera de EE. UU. Este documento no puede reproducirse ni total ni parcialmente sin la autorización previa de la sociedad gestora. No constituye una oferta de suscripción ni un consejo de inversión. Las rentabilidades históricas no garantizan rentabilidades futuras. La rentabilidad es neta de comisiones (excluyendo las eventuales comisiones de entrada aplicadas por el distribuidor). El acceso a los Fondos puede ser objeto de restricciones para determinadas personas o en determinados países. El Fondo no está registrado en Norteamérica ni en Sudamérica. El Fondo no ha sido registrado de conformidad con la US Securities Act of 1933 (ley estadounidense sobre valores). No puede ofrecerse o venderse ni directa ni indirectamente a beneficio o por cuenta de una «persona estadounidense» (U.S. person) según la definición contenida en la normativa estadounidense «Regulation S» y/o FATCA. El fondo tiene un riesgo de pérdida de capital. Los riesgos y los gastos se describen en el documento de datos fundamentales para el inversor (DFI). El folleto, el DFI, los estatutos de la sociedad o el reglamento de gestión y los informes anuales del Fondo se pueden obtener a través de la página web www.carmignac.com, mediante solicitud a la sociedad. Antes de la suscripción, se debe hacer entrega al suscriptor del DFI.