Me da algo de susto empezar a escribir estas líneas, pues hay dos temas que se empiezan a juntar y que son muy peligrosos para los mercados financieros si no se manejan con cuidado por parte de las autoridades, especialmente la monetaria: uno es la volatilidad, el otro el apalancamiento. Me referiré inicialmente a este último, sobre el que ya he hablado en otras ocasiones, y que creo es el indicador más importante para los mercados financieros en la actualidad. La razón es sencilla: la gente se endeuda a tasas bajas, esperando que la rentabilidad de la inversión sea mayor, mucho mayor; y cuando eso deja de ocurrir —los altos retornos, respecto al costo del crédito—, viene una reacción en cadena que se torna muy peligrosa.
Sin ir muy lejos, ya vimos el resultado del apalancamiento excesivo sobre inmuebles en 2007 y 2008. Y hoy la situación es bien particular y que toca tomar con mucho cuidado: el apalancamiento en el mercado es de 918.000 millones de dólares (datos a noviembre de 2021), de lejos el más alto de la historia, y que ha crecido a un ritmo vertiginoso, pasando de cerca de 600.000 millones de dólares a inicio de 2020 a los niveles citados anteriormente. No solo es el monto, es también la forma como ha subido, puesto que eso refleja que personas del común y corriente se han venido apalancando y eso es extremadamente peligroso, puesto que genera mayor volatilidad potencial en el mercado (ya entraré a explicar ese tema) y esos elementos pueden terminar poco bien, si no se toman con cuidado si además del apalancamiento entendido como crédito puro y duro, el inversionista está en instrumentos que tienen apalancamiento por detrás —como un ETF 3X, que replica tres veces el nivel de lo que pasa en un índice, por poner un ejemplo—, todo se magnifica y el efecto es mucho mayor.
La siguiente gráfica de Jeff Weniger, nos muestra cómo se ha ido presentando el tema de apalancamiento hasta llegar a los niveles actuales:
Un incremento de intereses de 1%, supone que los inversionistas deben «ganar» 9.180 millones de dólares por año solo para pagar el costo de la deuda, sin contar el capital. En la medida que los mercados no reaccionen positivamente, y que los inversionistas empiecen a hacer cálculos y las cosas no resulten, eso crea un círculo vicioso muy complejo: se liquidan posiciones para cubrir el apalancamiento, lo que lleva a mayores desvalorizaciones del mercado, lo cual da lugar a seguir vendiendo, y así hasta que el mercado “se limpia”. El problema es saber esa espiral cuando termina y cuando realmente quedan los inversionistas que deben estar, sacando (temporalmente) a estos jugadores – especuladores del mercado.
Por si eso no fuera suficiente, hemos entrado en un incremento de la volatilidad del mercado financiero pocas veces vista. Al momento de escribir estas líneas se presentó el tercer día más cambiante de la historia de la bolsa norteamericana (24 de enero de 2022), solo superado por dos días de octubre de 2008, justo en medio de la tormenta de la crisis financiera de dicho año. Cuando nos referimos a cambio, es esa manera en que la bolsa norteamericana terminó positiva luego de ir cayendo un 3% o mas a lo largo de la jornada.
Que termine en terreno positivo puede ser bueno para muchos inversionistas de largo plazo, pero en el intermedio pasó de todo: cuando alguien cae 3% en medio de la jornada, se activan muchas órdenes de venta, por temas de Stop Loss, tanto las órdenes dadas por los humanos como por los robots. Esto sencillamente lo que alimenta es que la volatilidad siga aumentando y retroalimentando una reacción en cadena que no es nada divertida, cuando sucede.
Sí, todavía tenemos un indicador VIX en niveles de 30, relativamente lejos de los 50 puntos que hemos visto en momentos realmente de volatilidad, pero hay elementos de mercado que, repito, si no se manejan bien, puede llevarnos muy pronto a niveles de VIX mucho más altos que los actuales. Y nuevamente, a veces no es solo en número, es la manera en que las cosas se presentan de un momento a otro.
La FED está “atrapada” en un momento muy complicado y complejo. Su margen de maniobra no es muy alto, y cualquier mala señal que le den a los mercados, puede desencadenar situaciones muy feas. Personalmente creo que si bien deben controlar la inflación, su incremento de tasas será muy moderado, demasiado gradual, y que no va a poder ahogar el mercado financiero; pues no creo que el mundo se permita una nueva caída de acciones, precios de vivienda, entre otros; y que después de un par de semanas complejas a este inicio de año, veremos unos meses positivos para los activos de inversión…eso sí, ¡siguen teniendo muy buena pinta las acciones de valor, con sectores como energía y financiero a la cabeza!
Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia Colombia
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Skandia sobre los temas tratados.