Cualquier inversor que aborde el tema de los ETFs no puede ignorar el índice MSCI World. No es sólo por su alto perfil que este índice se abre paso en muchas carteras que buscan una amplia diversificación. Pero, ¿qué grado de diversificación ofrece realmente el MSCI World?
Presentado como una inversión distribuida globalmente con unas 1.600 empresas, alrededor del 65% de su peso corresponde a EE.UU., seguido de Europa, con cerca del 30%. El resto, obviamente pequeño, replica empresas asiáticas. Sin embargo, el equilibrio de poder mundial ha cambiado significativamente en los últimos años.
Un estudio de Global Fortune revela que un total de 203 de las 500 empresas con mayor volumen de negocio tienen su sede en Asia. Sólo China y Japón representan 188 de estas empresas. Teniendo en cuenta la velocidad de la innovación en Asia, ignorar el continente sería un grave error. En los últimos ocho años, la empresa media del MSCI World ha aumentado sus ingresos sólo un 4% al año. Las principales economías desarrolladas incluidas en el índice, encabezadas por Estados Unidos, deberían enfrentarse a una década de menor crecimiento. En cambio, vemos que países como Corea del Sur y China están invirtiendo mucho en investigación y desarrollo para desafiar con éxito la pretensión de liderazgo del mundo occidental, como ya se ha puesto de manifiesto en los últimos años.
Es por ello que, para poder beneficiarse de las tendencias del sector tecnológico en los próximos 10 años, no se puede ignorar el continente asiático en la asignación de activos. Por lo tanto, es lógico que desde MainFirst, hayamos lanzado recientemente el fondo MainFirst Megatrends Asia, con un volumen de inversión inicial de casi 90 millones de dólares, para ofrecer a nuestros inversores un acceso sin restricciones a este mercado en crecimiento.
Vemos aquí el Silicon Valley del futuro, al menos en parte. Al mismo tiempo, la velocidad con la que avanzan los nuevos modelos de negocio en Asia, promovidos por el Estado, sigue aumentando. Por ejemplo, China superó a EE.UU. en términos de gasto en investigación y desarrollo en 2020 y se espera que en 2025 la República Popular ya invierta aquí alrededor de 900.000 millones de dólares anuales.
Las mayores oportunidades en Asia se concentran en áreas tecnológicas básicas como los semiconductores, los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial, la robótica y la automatización. Los epicentros tecnológicos son los países de Corea del Sur, Japón, China y Taiwán.
El impacto del avance económico y la creciente prosperidad se reflejará inevitablemente en los mercados de bienes de consumo. Aunque no se puede descartar que los grupos de marcas europeos también se beneficien de la dinámica asiática, el gobierno chino se está centrando cada vez más en la promoción de los fabricantes de marcas locales.
Tribuna de Frank Schwarz, gestor del MainFirst Global Equities Fund.