Las entradas de noviembre en fondos cotizados (ETFs) globales fueron de 77.500 millones de euros, alrededor de un 25% menos que el mes anterior. Según explican desde Amundi, esto refleja quizás el temor de los inversores a las repercusiones de la variante ómicron en las perspectivas de crecimiento económico mundial.
Los datos de la gestora indican que la renta variable norteamericana siguió siendo la clase de activo más rentable, atrayendo 43.500 millones de euros, mientras que los inversores asignaron un total de 61.800 millones de euros a la clase de activo de renta variable. En cambio, la renta fija recibió 13.600 millones de euros, con 10.900 millones en estrategias de bonos soberanos y 2.700 millones en deuda corporativa.
Aunque los flujos de los ETFs de renta variable registrados en Europa y EE.UU. destinados a la renta variable japonesa se mantuvieron estables, los inversores asiáticos retiraron 3.800 millones de euros de esta clase de activo. También se produjeron salidas de 3.600 millones de euros de la renta fija de la región.
Flujos europeos
Aunque las entradas netas en los ETFs de renta variable registrados en Europa fueron positivas, con 8.000 millones de euros, la última semana de noviembre, cuando se anunció el descubrimiento de la variante ómicron, fue muy diferente a las anteriores. En los últimos siete días del mes, se produjeron salidas de 2.200 millones de euros de los ETFs de renta variable registrados en Europa, mientras que la semana anterior se produjeron entradas de 3.600 millones de euros. “En otras palabras, la variante ómicron actuó como una fuerte señal de venta”, afirman desde Amundi.
La renta variable norteamericana siguió siendo la estrategia más popular, sumando 3.600 millones de euros, mientras que los índices globales captaron 3.200 millones de euros. Se produjeron salidas de 537 millones de euros en la renta variable de la zona euro. La gestora destaca que China fue el país más popular, sumando 636 millones de euros.
Además, la cumbre de la COP26 celebrada a principios de mes pareció reforzar la popularidad de las estrategias sostenibles, ya que los índices climáticos captaron 1.100 millones de euros. Los fondos ESG sumaron 7.500 millones de euros, con 2.500 millones asignados a índices globales y 1.700 millones a estrategias norteamericanas. En otras palabras, casi el 80% de las asignaciones de los índices globales se destinaron a estrategias ESG y alrededor del 50% de los flujos norteamericanos se invirtieron en productos sostenibles.
Aunque los inversores retiraron 2.200 millones de euros de las estrategias de renta variable a finales de noviembre, siguieron asignando a los fondos ESG, que ganaron 873 millones de euros en el mismo periodo. Se produjeron salidas netas de smart beta de 222 millones de euros, y las estrategias value perdieron 1.100 millones de euros, “lo que es comprensible dada la preocupación por la variante de ómicron en relación con el crecimiento mundial”, matizan desde la gestora.
Respecto a la renta fija, al igual que las tendencias observadas a nivel mundial, la deuda pública registrada en Europa fue la clase de activo de renta fija más popular, captando 2.100 millones de euros. Por su parte, la renta fija corporativa sumó 1.700 millones de euros.
Según explican desde la gestora, las estrategias de bonos ligados a la inflación de EE.UU. fue la clase de activo de deuda pública más popular, con 544 millones de euros. Esto reflejó el cambio de lenguaje de la Fed, que afirmó que la inflación debería considerarse «no tan transitoria».
Los datos de Amundi reflejan que la renta fija corporativa europea ganó 1.700 millones de euros, con las estrategias corporativas de la zona euro sumando 620 millones de euros en el mes, mientras que los fondos financieros globales fueron los segundos más importantes, con 370 millones de euros.
“Estas cifras ocultan un comportamiento diferente entre la deuda investment grade y high yield. En la primera semana de noviembre, ambos tipos de deuda corporativa obtuvieron importantes flujos de entrada. En la segunda semana, el high yield siguió teniendo un buen comportamiento, mientras que el investment grade se estancó. En la tercera semana, esta tendencia se invirtió y los títulos de deuda investment grade obtuvieron buenos resultados, mientras que los títulos de deuda high yield experimentaron pequeñas salidas. En la última semana, cuando se anunció la variante ómicron, la deuda high yield experimentó salidas de 500 millones de euros, mientras que la de investment grade ganó 400 millones de euros”, explica la gestora.
Por último, su informe mensual destaca que las estrategias de renta fija sostenible se comportaron bien, sumando 1.500 millones de euros, con los fondos financieros globales ganando 370 millones de euros, mientras que los corporativos de la zona euro ganaron 325 millones de euros.