La percepción de baja rentabilidad que se ha asentado sobre la inversión value en el contexto financiero actual es totalmente infundada, según Andreas Wosol, gestor del Amundi Funds European Equity Value, quien en una entrevista con Funds Society ofrece argumentos para desmentir esta idea. Según el experto, la capacidad de la gestora de seleccionar modelos de negocio viables aprovechando las rotaciones de mercado y los episodios de volatilidad a su favor permiten al fondo trascender las tendencias más inmediatas del mercado para centrarse en una proyección a largo plazo. Asimismo, la experiencia desde la creación del fondo en 2008 lleva al gestor a la conclusión de que el actual contexto económico ofrece la mejor oportunidad de entrada en la inversión value en varios años, ya que esta debería experimentar una auge con la reactivación post COVID gracias a su menor duración y sus características procíclicas.
¿Cuáles son los principales puntos fuertes de la estrategia que la diferencian de sus homólogos?
La inversión value se remonta a la década de 1930, lo que la convierte en la filosofía de inversión más antigua en renta variable. A pesar de su larga existencia, es una de las filosofías de inversión más debatidas e incomprendidas; y tras sobrevivir a diversas crisis y ciclos económicos, en los últimos años algunos la han tildado de «muerta». En muchas ocasiones, la gente considera la inversión value como un juego cuantitativo a corto plazo sobre indicadores macroeconómicos y, desde la pandemia, se ha movido al alza y a la baja con el flujo de noticias derivadas de la COVID. En nuestra opinión, esto es un error, ya que esta visión cuantitativa y a corto plazo sobre el value viola la naturaleza fundamental de una filosofía que se basa en la creencia de que el Value Investing es una «operación de inversión que, tras un análisis exhaustivo, ofrece seguridad y un rendimiento adecuado». (Benjamin Graham: “El Inversor Inteligente”.
Llevo gestionando la estrategia de Amundi Funds European Equity Value dentro de un marco de inversión fundamental disciplinado desde su creación en mayo de 2008. Durante este tiempo, hemos experimentado una variedad de ciclos de mercado; algunos donde el value estaba de moda, y otros cuando no contaba con el favor de los inversores. Reconocemos que no podemos predecir el sentimiento del mercado, los ciclos y la dirección de la beta; así que nos centramos únicamente en aquello que podemos controlar: nuestro proceso de inversión.
Nuestro proceso se centra en los siguientes pilares: sólo invertimos en modelos de negocio viables, nos centramos en identificar el valor intrínseco de ese negocio viable y sólo invertimos cuando hay un margen de seguridad adecuado. Este enfoque en el valor intrínseco nos permite encontrar oportunidades de valor en todas las áreas del mercado. La belleza de este proceso es que proporciona la disciplina necesaria para ignorar el sentimiento del mercado y centrarse en lo que importa a largo plazo: los fundamentales del modelo de negocio y la valoración. Aprovechamos las rotaciones de mercado y los episodios de volatilidad a nuestro favor, buscando oportunidades cada vez que vemos irracionalidad en el mercado. Es esta irracionalidad y el cortoplacismo nos da la oportunidad de comprar buenos modelos de negocio con fuertes descuentos sobre el valor intrínseco, y nos aseguramos de que este enfoque es atemporal e independiente de la dirección del mercado a corto plazo.
Con los recientes buenos resultados del fondo, ¿todavía hay oportunidades en renta variable europea ?
En los últimos meses, los inversores se han visto atrapados en una «batalla de narrativas». Por un lado, el pesimismo en torno a las tasas de infección de la COVID-19, unido a la preocupación por la retirada de los estímulos de la política monetaria, provocó ansiedad en el mercado. Cuando esta narrativa acaparaba los titulares, hemos visto que los valores growth más defensivos y de mayor calidad obtenían mejores resultados. La otra narrativa de mercado era más optimista: la aceleración de la distribución de las vacunas en todo el mundo ha dado lugar a una fuerte recuperación económica, lo que a su vez ha provocado un aumento de la demanda y un repunte de la inflación. En este contexto, una retirada de los estímulos monetarios podría verse de forma más constructiva, mostrando que la economía está en una posición más saludable. Independientemente de cuál sea la visión, estas narrativas han estado provocando rotaciones de mercado a muy corto plazo entre el growth y el value, e impactando en los precios del mercado.
Es fácil dejar que los acontecimientos se pierdan en medio del bullicio. Si dejamos de lado los mercados financieros por un momento y nos centramos en la vida personal, la reapertura es real. En toda Europa, muchos de nosotros hemos disfrutado este año de unas vacaciones que no pudimos tener en 2020, las oficinas han vuelto a abrir, los niños han regresado a las aulas, el hecho de tomar algo los viernes con los amigos vuelve a ser una realidad; y trasladar esto a la economía arroja algo de luz sobre nuestra visión del mundo. Este repunte de la actividad económica puede da lugar a una recuperación cíclica continuada de los mercados de renta variable, y esto, junto con un repunte de la inflación, sugeriría que el camino lógico es una subida de los tipos de interés. Fundamentalmente, todo esto debería ser favorable para el estilo value, dada su menor duración y sus características procíclicas.
En base a nuestras interacciones recientes, la creencia en una recuperación cíclica es claramente evidente. La pregunta principal de nuestros clientes no es si la recuperación se mantendrá, sino si han perdido el tren del value dado el repunte del mercado este año. Siendo el mercado una medida de descuento futuro, la pregunta clave es si es demasiado tarde para invertir en acciones value. Para nosotros la inversión value es una filosofía de inversión atemporal, pero algunos inversores necesitan puntos de entrada específicos.
En primer lugar, desde una perspectiva a largo plazo, la dispersión de las valoraciones entre growth y value sigue estando en niveles históricos. Si se cree en la reversión a la media y en que, con el tiempo, los soportes clave del value permitirán que esta dispersión de las valoraciones se normalice, en la actualidad nos encontramos ante el mejor punto de entrada para participar en una oportunidad value durante varios años.
En segundo lugar, centrándonos en el aquí y ahora, creemos que es importante diferenciar entre beta y alfa. A muy corto plazo, las narrativas del mercado pueden impulsar la dirección de la beta. Invertir para obtener dinero rápidamente puede ocasionar daños. En este punto, nos gustaría centrar la atención en el alfa.
No podemos predecir el futuro, pero lo que sí sabemos es que nuestra cartera tiene una exposición bien diversificada y procíclica que se adapta bien al entorno económico actual. La normalización posterior a la COVID-19, la inflación y el aumento de los rendimientos de los bonos deberían favorecer la «beta value». Nuestro disciplinado proceso de compra de buenas compañías por menos de su valor intrínseco ha proporcionado una capa adicional de generación de alfa que creemos que formará una parte aún mayor de los rendimientos totales en el futuro.
Sobre el posicionamiento actual de la cartera y actualizaciones recientes, ¿qué ha funcionado mejor?
Nuestra estrategia value tiene estructuralmente un sesgo procíclico -la mayoría de estrategias value también la tendrían-, lo que ha beneficiado nuestra rentabilidad absoluta y relativa a lo largo de los últimos 12 meses. Estamos encontrando valor sobre todo en sectores como el industrial, consumo discrecional, financiero y, de forma selectiva, en energía, materiales, tecnologías de la información y bienes de consumo.
A lo largo del año, la mayor contribución a la rentabilidad ha procedido de nuestras inversiones en bancos, compañías industriales, materiales y tecnologías de la información.