«Estados Unidos podría impulsar el crecimiento adoptando un ritmo de consolidación fiscal más equilibrado y gradual, sobre todo en un momento en que la política monetaria dispone de escaso margen para seguir apoyando la recuperación», señaló este viernes el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras concluir su examen anual de la mayor economía del mundo.
“Hay señales de que la recuperación de Estados Unidos está ganando terreno y tornándose más duradera. Sin embargo, aún falta algo de recorrido para que la economía recupere toda su fuerza. La recomendación del FMI es embragar pero acelerar la marcha: esto significa desacelerar el ajuste fiscal este año —lo cual ayudaría a sustentar el crecimiento y la creación de empleo— pero acelerar la adopción de una hoja de ruta a mediano plazo para restablecer la sostenibilidad fiscal a largo plazo”, dijo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en rueda de prensa.
Asimismo, y aunque el FMI defiende los «beneficios» del prolongado y potente programa de estímulo monetario de la Fed, considera el banco central «debe continuar su preparación para una retirada gradual» de dicha iniciativa, que supone principalmente la compra de bonos por 85.000 millones de dólares al mes.
Pese a ciertas mejoras de los indicadores económicos, sobre todo en el mercado inmobiliario, el ritmo sumamente rápido de reducción del déficit (incluidos los recortes automáticos del gasto, o “secuestro”) está frenando significativamente el crecimiento, declaró el FMI.
El FMI prevé que el crecimiento de Estados Unidos se desacelerará de 2,2% en 2012 a 1,9% en 2013. Esta proyección tiene en cuenta tanto el impacto del secuestro del gasto como la expiración del recorte del impuesto sobre la nómina y el aumento de las tasas impositivas para los contribuyentes de altos ingresos.
El crecimiento podría repuntar a 2,7% el próximo año si se aplica un ajuste fiscal más moderado y si el mercado inmobiliario continúa afianzándose, indicó el FMI.
Afianzar la recuperación
Según el FMI, el principal desafío en materia de política consiste en apoyar la recuperación y al mismo tiempo abordar los factores de vulnerabilidad que amenazan el crecimiento, las finanzas públicas y la estabilidad financiera a mediano plazo.
En su evaluación, el FMI hizo hincapié en una estrategia de política fiscal para hacer frente a este desafío, incluida la adopción de las siguientes medidas necesarias:
• Revocar el secuestro del gasto y adoptar un ritmo más equilibrado y gradual de consolidación fiscal. Los recortes del gasto no solo reducen el crecimiento a corto plazo; las reducciones arbitrarias del gasto en educación, ciencia e infraestructura también podrían perjudicar el crecimiento potencial a mediano plazo.
• Elevar el tope de la deuda para evitar un shock grave a las economías de Estados Unidos y el mundo.
• Adoptar un conjunto de medidas integrales y que entren en vigor más adelante con el fin restablecer la sostenibilidad fiscal a largo plazo. Se prevé que el gasto en los principales programas de atención de la salud y en seguridad social aumentará 2 puntos porcentuales del PIB en la próxima década. Se proyecta asimismo que los desembolsos por concepto de intereses aumentarán 2 puntos porcentuales del PIB en el mismo período, a medida que las tasas de interés retornen gradualmente a niveles normales. Estos factores una vez más agrandarían el déficit presupuestario y elevarían la deuda pública. Podrían recaudarse nuevos ingresos reduciendo las exenciones y deducciones tributarias e introduciendo impuestos al carbono y al valor agregado. Las medidas relativas al gasto tendrían que limitar el aumento de los desembolsos en atención de la salud pública y pensiones.
El FMI también destacó la importancia crucial de la política monetaria. “Las épocas inusuales exigen políticas inusuales y precauciones inusuales para gestionar los riesgos”, puntualizó Lagarde.
Dado que la brecha del producto sigue siendo significativa, no es necesario apresurarse a retirar las medidas monetarias acomodaticias. Pero el FMI subrayó la necesidad de planificar y gestionar una normalización gradual y ordenada de las condiciones de la política monetaria, sin dejar de vigilar los riesgos para la estabilidad financiera. Si bien la Reserva Federal de Estados Unidos cuenta con una gama de herramientas para ayudar a gestionar el retiro de las medidas de política monetaria, la comunicación eficaz de la estrategia de salida y una sincronización cuidadosa serán cruciales para evitar la volatilidad excesiva de las tasas de interés a largo plazo a medida que se aproxime la salida.
El FMI asimismo señaló la necesidad de incrementar la capacidad de resistencia del sistema financiero estadounidense y mundial y reducir al mismo tiempo los riesgos de fragmentación del marco regulatorio financiero internacional. Los temas clave de la agenda son concluir la designación de instituciones financieras no bancarias de importancia sistémica, seguir fortaleciendo la regulación de los fondos del mercado monetario, poner en práctica el conjunto de normas regulación bancaria de Basilea III y aplicar la regla de Volcker.
En términos más generales, el fortalecimiento de las políticas regulatorias con miras a apuntalar la estabilidad financiera debería coordinarse con el programa de reforma financiera mundial, ya que esto reduciría la fragmentación del panorama regulatorio y limitaría la incertidumbre y el margen para el arbitraje regulatorio.
Margen para políticas más activas
Pese a las mejoras registradas en los últimos 12 meses, aún existe margen para adoptar políticas de apoyo al mercado inmobiliario, señaló el FMI. Dado que un mercado inmobiliario más sólido sigue siendo un componente esencial de la recuperación económica de Estados Unidos, sería importante mantener activos los programas respaldados por el gobierno que facilitaron el refinanciamiento y la modificación de préstamos en dificultades.
El FMI asimismo indicó que existe margen para adoptar políticas laborales activas que complementen los esfuerzos para estimular la demanda interna y ayudar a reducir el riesgo de pérdidas duraderas de capital humano. Estas políticas pueden incluir capacitación y apoyo para la búsqueda de empleo, así como esfuerzos para estrechar el vínculo entre el sistema educativo —en particular las instituciones de enseñanza superior de primer ciclo— y los empleadores, como por ejemplo mediante pasantías
Se dará a conocer el informe definitivo una vez que sea debatido por los 24 miembros del Directorio Ejecutivo del FMI a finales de julio.