Durante la pandemia, muchas empresas se han visto obligadas a proteger sus balances restringiendo sus repartos de dividendos y programas de compras. Sin embargo, las empresas de calidad, con una naturaleza más defensiva y menor sensibilidad al ciclo económico, se enfrentaron a unos menores recortes y obtuvieron mejores resultados. En este contexto, una estrategia de renta variable que busca generar ingresos y crecimiento de capital en el largo plazo invirtiendo en empresas de alta calidad sería equiparable a una prenda que por sus características de excelencia resiste el paso del tiempo sin desgaste y sigue cumpliendo su propósito. Continuando con nuestra sección de fondos de armario, que se realiza de forma independiente por parte del equipo de Funds Society -utilizando información pública y datos de rentabilidad y riesgo proporcionados por VDOS-, hemos seleccionado la estrategia Ninety One GSF Global Quality Equity Income.
Su equipo gestor está integrado a nivel global y diversificado geográficamente, con distintas sedes en Ciudad del Cabo, Londres y Nueva York
El equipo gestor de la estrategia Global Quality Equity Income de Ninety One, liderado por Clyde Rossouw y Abrie Pretorius, cree firmemente que los dividendos son el motor material consistente y resiliente de la rentabilidad total. En su opinión, las empresas con un historial probado de crecimiento sostenible en sus dividendos poseen un modelo de negocio sólido con un enfoque en la disciplina de capital. Esta filosofía de inversión se materializa en la estrategia Global Quality Equity Income de Ninety One, una cartera de renta variable global concentrada que carece de cualquier tipo de restricción en cuanto a tamaño, sector o localización geográfica y tiene por objetivo generar ingresos y crecimiento de capital en el largo plazo. En la actualidad, tiene 32 acciones en cartera y cuenta con un active share superior al 90%, con respecto a su índice de referencia, el MSCI All Country World Net Return.
Carece de cualquier tipo de restricción en cuanto a tamaño, sector o localización geográfica y tiene por objetivo generar ingresos y crecimiento de capital en el largo plazo
El enfoque de inversión del equipo gestor ha hecho que la estrategia tenga un perfil de rendimientos asimétricos desde su lanzamiento, participando de forma significativa en los mercados alcistas y experimentando recortes menores en los periodos más desafiantes, con un nivel de volatilidad inferior al promedio del mercado en su conjunto. Para ello, se centra en acciones de calidad, es decir, en acciones de empresas que han generado de forma sostenible un nivel elevado de rentabilidad del capital invertido y de flujo de efectivo disponible –los beneficios en efectivo después de tener en cuenta los gastos de capital-. La estrategia sigue un enfoque de gestión activo, seleccionando empresas de calidad que estén respaldadas por unos sólidos fundamentales. Las empresas que son capaces de incrementar de forma constante sus distribuciones de efectivo obtienen unos mejores resultados con el tiempo y están en mejor posición para aumentar el valor para sus accionistas en el largo plazo, al tiempo que reducen el riesgo de incurrir en una pérdida permanente de capital.
La disciplina de compra y venta
Dentro de la cartera existe una competencia constante por la asignación del capital, por lo que la disciplina de venta está directamente relacionada con la de compra. Debido a la naturaleza concentrada de la estrategia, con un posicionamiento promedio que oscila entre 30 y 50 acciones, se realiza una consideración cuidadosa por cada nueva entrada y salida. Estas operaciones sólo se ejecutan si se cree que una transacción mejorará la calidad general de la cartera, su crecimiento o su valoración. En consecuencia, la rotación no suele ser frecuente. Existen principalmente tres casos en los que se podría desencadenar una venta: que la acción haya alcanzado una valoración completa, que haya surgido una idea con una mejor rentabilidad ajustada al riesgo, o que el caso de inversión ya no sea aplicable.
Además, los gestores de Ninety One están profundamente comprometidos con la sostenibilidad, integrando los criterios de inversión ESG en su filosofía y su proceso de inversión, a través de un marco de inclusión de todos los grupos de interés involucrados -sus stakeholders- que garantiza que las empresas en cartera tengan una conciencia real sobre el impacto de su negocio tanto en sus empleados y proveedores como en las comunidades locales en las que operan.
Su comportamiento en los últimos 12 meses
Durante las primeras etapas de la pandemia, muchas empresas buscaron proteger sus balances restringiendo los desembolsos de capital. Los repartos de dividendos y los programas de recompras se pausaron. Los sectores que tradicionalmente representan fuentes de pago de ingresos como, por ejemplo, la energía, se vieron sometidos a una gran presión. Como resultado, los inversores con exposición a estos sectores por sus dividendos se enfrentaron a unas importantes reducciones en sus flujos de ingresos. Sin embargo, los sectores más defensivos -que suelen formar parte de la estrategia Global Quality Equity Income y que son menos sensibles al ciclo económico- experimentaron unos menores recortes y, por lo tanto, obtuvieron unos resultados superiores al…
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