La gran incertidumbre en torno a la pandemia mundial del COVID-19 y sus efectos en la economía desde 2020 han dado paso a una nueva preocupación entre los family offices: la inflación. Según la encuesta realizada por Citi a casi 200 firmas de todo el mundo, el 30% de los encuestados indicaron que “las preocupaciones inflacionistas” ocupan el primer lugar de su lista.
En 2020, en el momento en que se realizó esta encuesta, existía una gran incertidumbre sobre el desarrollo y el despliegue de la vacuna. Ahora, esas dudas se han despejado y pese a que los inversores saben que existen múltiples vacunas contra el coronavirus, todavía el 23% de los encuestados está preocupado. Este porcentaje es ligeramente menor al registrado en la edición anterior, que fue del 25%, pero aún persiste en gran medida por los riesgos que implican las diferentes variantes del virus.
“Desde un punto de vista más positivo, los encuestados reconocen que las medidas tomadas por los gobiernos de todo el mundo han atenuado el impacto de esta situación, especialmente al impulsar el poder adquisitivo a través del desempleo y otros programas sociales. La preocupación por el malestar social generalizado es ligeramente menor y mejora la voluntad de cooperación mundial”, apunta la encuesta en sus conclusiones.
Visión sobre los activos
Dejando a un lado el sentimiento de los inversores, la encuesta a los family offices tiene una clara conclusión en materia de asignación de activos: los inversores quieren tener una buena situación de liquidez. Esto se traduce en dos tendencias. En primer lugar, un alto nivel de efectivo en las carteras y, en segundo lugar, la búsqueda de activos de gran liquidez.
“Basándose en las respuestas, está claro que los family offices siguen manteniendo una cantidad importante de dinero en efectivo, algunos tal vez con la esperanza de cronometrar los mercados, y otros buscan seguridad y liquidez. Sea cual sea el motivo, lo vemos como un potencial detractor del rendimiento general de la cartera dado el entorno de bajo rendimiento. Sería prudente revisar las principales razones para tener una asignación de efectivo tan importante”, apunta la entidad en sus conclusiones. En concreto, el 32% de los family offices tiene más del 20% en efectivo y activos de gran liquidez.
Para hacer frente a su “preocupación” por la inflación, los family offices están apostando por las materias primas para cubrirse. Según los encuestados, se ha producido un cambio de sentimiento sobre esta clase de activo, ya que dos tercios afirman estar sobreponderados o neutrales. En cambio, en 2020 la mitad mantenía esta posición y tan solo un tercio estaba sobreponderado en 2019.
Otro de los elementos que más relevancia sigue teniendo en las carteras de los family offices son los activos alternativos, en concreto, el private equity. Según explican el informe posterior a la encuesta, este sentimiento favorable hacia el private equity es un tema constante. “Parece probable que se produzca un cambio hacia un sentimiento más neutral, dada la preocupación de un mercado sobrecalentado con demasiado dinero persiguiendo muy pocos objetivos y el reloj que corre para desplegar los fondos SPAC. En los periodos históricos de turbulencia económica, los gestores de inversiones alternativas han estado a la vanguardia a la hora de abordar y explotar los periodos de dislocación y cambio, como se observa en este sentimiento”, apuntan.
Por último, la encuesta pone de relevancia el interés por la inversión directa. Según las conclusiones, alrededor del 44% de todas los family offices señalaron que más del 25% de su cartera se asignaba a inversiones directas. En concreto, Citi detecta que los family offices que gestionan un menor volumen de activos están asignando una parte aún mayor de su cartera, al menos queda registrado en el 48%. A nivel geográfico, “los family offices con sede en Asia-Pacífico parecen invertir una gran parte de su cartera en inversión directa: el 62% afirma tener más del 25% de su cartera en esta clase de asignación. En contraste, este porcentaje disminuye en el resto de las regiones. En el caso de Latam el 45% de las firmas asigna el 25% de su cartera a inversión directa, mientras que en Europa es el 42% de los family offices y en Norteamérica el 39%.
Por último, la encuesta identifica que las tecnologías de la información, la sanidad, el sector inmobiliario, el financiero y la energía siguen siendo los cinco principales sectores para la inversión directa.
Valor de mercado
La encuesta arroja una notable recuperación del valor de las carteras, pese a estar en un momento de gran incertidumbre. Según explican desde Citi, esta mejora en el valor de las carteras se debe a que los family offices supieron ver las oportunidades e invertir en sectores que han creado valor, beneficiándose así durante estos últimos 12 meses.
Hay que tener en cuenta que en 2020 el 79% de las respuestas tuvieron una rentabilidad negativa o plana desde el inicio de la pandemia. Ahora bien, en comparación, en 2021, el 87% de los encuestados afirmó haber tenido una rentabilidad positiva o plana en los últimos 12 meses. Este año, el 52% de los family offices ha declarado una rentabilidad superior al 10%, frente a sólo el 2% del año anterior.
“Estos datos muestran que los family offices han reaccionado al COVID-19 con eficacia y han recuperado las pérdidas sufridas al principio de la pandemia. Sin embargo, las ganancias varían significativamente en función de los activos gestionados y parecen tener una relación directa con la escala: a mayor volumen de activos, mayor rentabilidad. Los family offices que gestionan un patrimonio superior a los 500 millones de dólares parecen haber obtenido mejores resultados, ya que el 64% de ellas ha registrado un aumento superior al 10%, mientras que el 13% de las family offices que gestionan un patrimonio inferior a los 500 millones de dólares ha registrado un aumento superior al 10%, y el 47% ha registrado un aumento de entre el 0% y el 10%”, concluye el informe de Citi.