El Tesoro español acaba de lanzar su primer programa de bonos verdes, que se centra en el transporte limpio y de manera singular en la adaptación al cambio climático. Esta primera emisión sindicada ascendió a 5.000 millones de euros con un vencimiento a 20 años y en opinión de NN Investment Partners pone de relieve la calidad del mercado español de bonos verdes.
Ya a principios de 2020 España presentó su Marco Estratégico de Energía y Clima en respuesta al Acuerdo de París y a la política energética y climática de la Unión Europea (UE). Uno de los elementos clave del marco es el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el periodo 2021-2030, que establece una hoja de ruta de descarbonización para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 23% en 2030 respecto a los niveles de 1990 y lograr la neutralidad de las emisiones GEI en 2050.
Al igual que Alemania, España también pretende construir una curva de rendimiento verde. Antes de emitir un segundo bono verde con un vencimiento diferente, el Tesoro español aprovechará este bono verde inaugural -con el que pretende orientar a otras entidades públicas y privadas nacionales para que participen en este mercado- hasta que alcance unos 12.000-15.000 millones de euros, de modo que sea comparable a las emisiones soberanas regulares no verdes de España y pueda proporcionar a los inversores suficiente liquidez.
Además de la categoría de adaptación al cambio climático, España también incorporó componentes de adaptación en sus categorías relacionadas con el agua, la biodiversidad y la contaminación. Por ejemplo el programa de recuperación tras los incendios forestales está destinado a financiar actividades que luchen contra las consecuencias de los grandes incendios forestales. En los últimos 20 años se han producido en España una media de seis grandes incendios forestales al año. Este programa contribuye a reducir la erosión y a fomentar la recuperación de la vegetación natural.
Kaili Mao, analista de bonos verdes en NN IP, señaló que «es de esperar que la emisión inaugural de bonos verdes de España inspire a otros emisores soberanos a incluir proyectos de adaptación. Aparte de demostrar que estos proyectos pueden reducir materialmente los riesgos climáticos físicos que pueden recaer sobre un activo o actividad, también esperamos que los emisores evalúen la huella de carbono de los proyectos, de modo que los inversores cuenten con una evaluación del costo-beneficio de la mitigación».
Idealmente, esta evaluación mostraría que los beneficios de adaptación y resiliencia de los proyectos superan considerablemente la huella de carbono asociada. «El Tesoro español nos ha indicado que ha incluido esta evaluación en la selección de proyectos para la adaptación, lo que nos parece bien», añadió.
Bram Bos, gestor principal de bonos verdes en NN Investment Partners, recordó por su parte que el mercado de estos bonos de España ya representaba el 3% del mercado mundial y que esta emisión soberana demuestra que el país «está en el buen camino para ser neutral en cuanto al clima en 2050, según su plan».
También destacó la calidad del mercado español de bonos verdes sobre la base de la metodología de evaluación de NN IP. «Solo el 9% de los bonos verdes emitidos por entidades españolas fueron rechazados para una posible inversión, en comparación con alrededor del 24% para el universo global de bonos verdes. Esto ilustra la alta calidad comparativa del mercado español».
El marco de bonos verdes de España incluye siete categorías: energías renovables; transporte limpio; gestión sostenible del agua y las aguas residuales; eficiencia energética; protección y restauración de la biodiversidad y gestión sostenible de los recursos naturales; prevención y control de la contaminación y economía circular; así como adaptación al cambio climático.
En base a estas categorías, el Tesoro Público español ha identificado un importe de 13.600 millones de euros de gasto verde del Gobierno central en el periodo 2018-2021 para respaldar esta emisión de bonos.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 propone medidas de eficiencia energética en el sector del transporte para promover el traslado de mercancías y pasajeros de la carretera al ferrocarril y electrificar la red ferroviaria. El programa de bonos verdes está bien posicionado para facilitar esta transición y ayudar a abordar el mayor sector emisor del país, con la mayor asignación (71%) hacia el transporte limpio y, más concretamente, el 62% hacia el sector ferroviario.
España es la primera entidad soberana que emite un bono verde en el segundo semestre de 2021 y el undécimo Estado miembro de la Unión Europea que se incorpora al mercado de bonos verdes.