Los inversores concienciados con el medio ambiente quieren cada vez más carteras que aborden el cambio climático. En este sentido, la evaluación de las carbon handprints (impronta positiva de carbono o huella de carbono inversa), es decir, la forma en que un producto o servicio afecta al medio ambiente, representa una buena manera de encontrar empresas que aporten soluciones eficaces a los problemas climáticos del mundo y que, al mismo tiempo, ofrezcan un atractivo potencial de crecimiento.
Las carteras centradas en el clima están disfrutando de una gran entrada de inversores. A nivel mundial, más de 400 fondos que incluían el cambio climático como tema clave triplicaron el total de activos gestionados hasta los 177.000 millones de dólares, a fecha de diciembre de 2020, según Morningstar. Muchos gestores de carteras tratan de abordar el cambio climático identificando a los «buenos actores», es decir, a las empresas con una baja huella de carbono (carbon footprints). Este enfoque tiene sus méritos y es especialmente popular entre las carteras pasivas.
Sin embargo, creemos que hay otra dimensión dentro de la inversión respetuosa con el clima que puede ser muy eficaz. En lugar de fijarse en la huella de carbono (carbon footprints), creemos que los inversores deberían fijarse en la impronta positiva de carbono o huella de carbono inversa (carbon handprints). A diferencia de las footprints, que miden el impacto negativo de las empresas en el medio ambiente, las empresas con handprints están creando soluciones positivas para los desafíos climáticos globales.
¿Por qué centrarse en las soluciones climáticas?
Las empresas con una formidable huella de carbono inversa (carbon handprints) estarán a la vanguardia de los esfuerzos para reducir la intensidad de carbono en el mundo. Muchas ofrecen productos y servicios que facilitarán la transición a una economía baja en carbono o ayudarán a que las comunidades a sean más resistentes contra los efectos físicos del cambio climático. Los ejemplos incluyen empresas que ofrecen soluciones de descarbonización en materia de energía limpia, eficiencia de recursos, transporte y agricultura sostenible, así como soluciones de resiliencia relacionadas con el agua y las infraestructuras.
La identificación de soluciones climáticas requiere un profundo conocimiento de los grandes retos climáticos del mundo. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU son un buen punto de partida para los inversores. Los 17 objetivos y las 169 metas específicas de la ONU abordan áreas de importancia crítica para la humanidad, como el acceso a la energía sostenible, la eliminación de la pobreza y el hambre, y la mejora del acceso a la educación y la atención sanitaria. De ellos, los objetivos y metas relacionados con la lucha contra los efectos negativos del cambio climático pueden servir de hoja de ruta para aquellos inversores que buscan empresas que ofrezcan soluciones climáticas atractivas.
Según nuestro estudio, 57 de las 169 metas de los ODS están relacionadas específicamente con soluciones climáticas. Hemos identificado más de 45 productos y servicios que están alineados con estos objetivos a partir de un estudio propio de varios años relativo a los ODS. Por ejemplo, la meta 7.2 consiste en «aumentar sustancialmente la proporción de energía renovable en la combinación energética mundial para 2030», así como los productos que permitirán alcanzarla, entre los que se encuentran las turbinas eólicas, los paneles solares, las baterías para el almacenamiento de energía y los sistemas de redes inteligentes. El siguiente paso para los inversores de capital es buscar empresas que coticen en bolsa y que generen ingresos con estos productos. Nuestra investigación sugiere que unas 750 empresas de todo el mundo están encaminando el mundo hacia un futuro más verde, lo que crea un amplio universo de inversión en numerosos sectores e industrias.
En las próximas décadas, se destinarán grandes cantidades de capital en la lucha contra el cambio climático. Según UBS, la inversión de capital necesaria para descarbonizar la economía mundial se estima en 140 billones de dólares – o unos 4,7 billones anuales – hasta 2050. Las empresas que faciliten la descarbonización deberían disfrutar de un viento de cola de varios años gracias a los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones impulsados por los gobiernos, las empresas y los particulares. Esto ayuda a explicar por qué muchas empresas que ofrecen soluciones climáticas disfrutan de potentes motores de crecimiento a largo plazo.
Tres criterios de inversión
¿Cómo pueden los inversores aprovechar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono? En primer lugar, hay que buscar soluciones climáticas en todas las regiones y sectores. A menudo, los fondos centrados en el clima son unidimensionales y se centran en sectores populares como las energías renovables. Con un enfoque diversificado, los inversores pueden aprovechar el cambio que supone el impulso de las energías limpias, así como áreas como la eficiencia de los recursos, el transporte, la agricultura, el agua y las infraestructuras.
Por ejemplo, Neste, empresa finlandesa de refinado de petróleo, produce gasóleo renovable a partir de grasas residuales, residuos y aceites vegetales. En el sector de los materiales, la holandesa DSM produce piensos mejorados que ayudan a las vacas a eructar menos, lo que reduce la emisión de metano entérico, la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en las explotaciones ganaderas. Waste Management Inc., con sede en Houston (Texas), genera emisiones de carbono por el procesamiento de residuos, los camiones de recogida y el metano de los vertederos. Pero el impacto positivo de su huella de carbono inversa (carbon handprint) procedente de los servicios de reducción de carbono asociados a su actividad es 3,3 veces mayor que el impacto negativo de su huella de carbono (carbon footprint).
En muchos casos, las emisiones de carbono de alcance 4 son una buena guía para encontrar empresas que ofrezcan soluciones climáticas. El alcance 4 representa las emisiones de dióxido de carbono evitadas por el uso de un producto o servicio. Vestas Wind Systems es un buen ejemplo de la importancia de las emisiones de alcance 4. Las emisiones de alcance 1 y alcance 2 de la empresa – emisiones directas e indirectas generadas durante la fase de fabricación de sus aerogeneradores – quedan eclipsadas por las emisiones evitadas gracias al uso de sus productos. De hecho, la empresa calcula que cada aerogenerador contribuye a evitar 40 veces más emisiones que las generadas durante la fase de fabricación.
En segundo lugar, hay que asegurarse de que las empresas objetivo tengan unos fundamentales sólidos; no todas las empresas centradas en solucionar el cambio climático son una buena inversión con un fuerte potencial de rentabilidad a largo plazo y una valoración atractiva. Con un proceso disciplinado de selección de valores, los inversores pueden encontrar empresas bien gestionadas con productos diferenciados, ventajas competitivas sostenibles, altos rendimientos del capital y balances sólidos.
En tercer lugar, invertir en portafolios que muestren un engagement activo con las empresas en cartera. Los gestores que se involucran con la dirección pueden hacerse una mejor idea del impacto y la estrategia de las soluciones climáticas de una empresa, así como de los riesgos potenciales. El compromiso también aporta una visión interna que es más completa que las calificaciones de terceros. Y al animar a las empresas a convertirse en actores corporativos más responsables en sus prácticas empresariales, los inversores pueden ayudar a crear valor adicional para los accionistas con el tiempo.
No hay una solución milagrosa para abordar el cambio climático. Por ello, muchas tecnologías diferentes – que evolucionan a distintas velocidades – contribuirán de forma importante a resolver el problema de las emisiones de carbono en el mundo. Para los inversores en renta variable, creemos que captar un conjunto diverso de empresas con carbon handprints duraderas puede fomentar un cambio medioambiental positivo y un sólido potencial de rentabilidad a largo plazo en una cartera climática.
Tribuna de Daniel Roarty, director de inversión del equipo de renta variable temática y sostenible, y David Wheeler, gestor de carteras y analista senior de renta variable temática sostenible, en AllianceBernstein.