España ha experimentado un incremento del 0,3% en el número de grandes fortunas con respecto a las cifras de 2019. En cifras absolutas, España contó a cierre de 2020 con 236.100 titulares de grandes fortunas, cuando en 2019 se contabilizaron 235.400, según los datos de la edición anual del Informe Mundial de la Riqueza de Capgemini.
Sin embargo, España es uno de los cinco países que pierden posición en el ránking, concretamente un puesto respecto a 2019 y se sitúa en el número 15 del ránking mundial. El patrimonio de las grandes fortunas a nivel global creció cerca del 7,6% en 2020 hasta alcanzar casi los 80 billones de dólares. En España, este incremento ha sido del 2% (683.400 millones).
El drástico descenso de un 10,8% del PIB en 2020, el peor dato desde 1970, y la desaceleración de la economía con la consiguiente disminución del gasto y las inversiones de los consumidores son factores condicionantes de esta evolución. Además, hay que tener en cuenta que España fue uno de los mercados más afectados de Europa durante la pandemia.
En términos de ahorro, el nacional como porcentaje del PIB disminuyó al 21,3% en 2020 en comparación con el 22,9% en 2019. El consumo privado nominal se situó en 717 mil millones de dólares, lo que representa una disminución del 10,3% en 2020. Mientras que el consumo gubernamental nominal se situó en 282.000 millones de dólares, lo que representa un aumento del 7,2% en 2020.
El impacto de la pandemia en Europa
El crecimiento de la riqueza de las personas con un elevado patrimonio neto (HNWI) ha superado al crecimiento de la población con un elevado patrimonio neto, un 4,5% frente a un 2,8%, pero ambas han caído por debajo de las medias mundiales.
Los mayores mercados, como Alemania (4,7%), Francia (1,7%) y Rusia (1,2%), han demostrado un crecimiento de la población con altos patrimonios muy lento. Mientras que la del Reino Unido cayó un 3%, coincidiendo con su mayor contracción económica desde 1709, ya que el PIB cayó un 9,9%.
Por otro lado, Dinamarca, Luxemburgo, Suecia y Finlandia han experimentado un crecimiento por encima de la media global, tanto en el aumento de la riqueza como de población. Unas cuantas excepciones teniendo en cuenta que en 2020 los mercados de renta fija experimentaron pérdidas. El índice Stoxx 600 cerró el año con un descenso del 3,8%, mientras que el CAC 40 descendió un 7,1%, el FTSE un 14%, y el IBEX cerró con una caída cera del 15%, alzándose como los mercados que sufrieron un mayor impacto en Europa.
El crecimiento apagado de la región se puede atribuir al impacto más severo que tuvo la pandemia en los mercados europeos y su alta exposición a sectores que salieron muy dañados, tales como la moda, el turismo y retail, frente a sectores afectados de manera más positiva como la tecnología. A pesar de las asignaciones internacionales estratégicas de los gestores europeos, estas industrias que sufrieron un mayor impacto influyeron más en la riqueza de los altos patrimonios que, por ejemplo en Norteamérica, donde la tecnología fue más clave.