El mundo está cambiando, y no solo a causa del cambio climático. La forma en que compañías y gobiernos respondan al cambio tendrá grandes implicaciones, económicas y competitivas, también para el empleo. Como firma de inversión basada en análisis, identificar, evaluar y comprender las tendencias y los cambios que inciden o incidirán en las inversiones es uno de los pilares del enfoque de análisis “temático” de Columbia Threadneedle Investments.
Fue en ese contexto en el que un reciente informe publicado en el Reino Unido y titulado “Getting to Zero”1 captó la atención de la gestora. Aparece mencionado en artículos de prensa que sugieren que hasta 10 millones de empleos podrían estar en riesgo en el Reino Unido a causa de la transición del país hacia la neutralidad de carbono durante las tres próximas décadas. ¿De verdad es esa la consecuencia potencial del plan de descarbonización del Reino Unido? En Columbia Threadneedle Investments creen que no.
¿La neutralidad de carbono impulsará el crecimiento del empleo?
En este caso, un buen punto de partida es un comentario sobre el informe publicado por Alex Brown del Grantham Institute de la London School of Economics que planteó importantes preguntas en ese sentido2.
Reviste relevancia la necesidad de ser prudentes en cuanto a la metodología empleada, así como la falta de capacidad para comprender los cambios más amplios que están teniendo lugar o el potencial de creación de empleo que tienen las respuestas políticas al cambio climático.
Hay que considerar los actuales problemas del empleo a largo plazo en el contexto de una revolución “industrial” que ya se está produciendo y que probablemente se acelerará a causa de los efectos de la pandemia del coronavirus.
La digitalización y la automatización constituyen ejemplos de esto, y más del 80% de los consejeros delegados (CEO) encuestados por WEF33respondieron que están acelerando la automatización de sus procesos laborales y ampliando su uso del teletrabajo. Esto tiene implicaciones para el empleo, pero no del modo en que creen algunas personas. Para comenzar, la gestora destaca varios aspectos sobre el contexto al cambio climático:
Definición de la magnitud del desafío económico4
Los científicos han calculado que, si el aumento de la temperatura alcanzara los tres grados Celsius, el PIB mundial retrocedería un 25%. Si la subida fuera de cuatro grados, el descenso superaría el 30% en comparación con los niveles de 2010. Son unas cifras equivalentes a las de la Gran Depresión, pero la diferencia radica en que el impacto sería permanente.
Definición de la alternativa alcista5
Para esto adoptaré una perspectiva más regional, puesto que queda de manifiesto que existen diferencias. Se ha calculado que el PIB de la UE se beneficiaría en torno al 1,1% en 2030 si lograra implementar el Acuerdo de París y la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
Se trata meramente del resultado de una mayor actividad de inversión y de la reducción de las importaciones de combustibles fósiles, antes de tener en cuenta otros beneficios.
Por lo que respecta al empleo, el crecimiento alcista asociado en el empleo de la UE sería, desde una óptica más conservadora, de alrededor del 0,5%. Esto se acercaría al millón de empleos adicionales en comparación con el funcionamiento de la economía hasta ahora. No obstante, las consecuencias en materia de empleo varían de un país a otro, y también entre sectores6: Por ejemplo, el sector de servicios se beneficiaría tanto de una mayor actividad de los consumidores como del hecho de formar parte de la cadena de suministro de procesos de instalación y equipos de energías renovables y eficiencia energética.
Esto refleja una sólida tendencia que ya observábamos en Estados Unidos antes de que el país se retirara del Acuerdo de París.
- Por el contrario, el sector minero se enfrenta a un retroceso sustancial del empleo derivada de una menor producción en el sector de la extracción de energía.
- Huelga decir que las consecuencias no afectan solo al empleo, sino también a la competitividad económica de los países.
Sin embargo, con este mismo análisis, las perspectivas para Estados Unidos durante la administración de Trump, que rechazó el Acuerdo de París, no parecían tan halagüeñas. La situación contrastaba enormemente con lo que habíamos observado antes de que el entonces presidente anunciara la retirada del Acuerdo de París. En comparación con el impulso del 1,1% al PIB de la UE, Estados Unidos se enfrentaba a una contracción estimada del 3,4% en el PIB en 2030 y a un aumento del desempleo del 1,6%7.
El avance que se observaba en la actividad económica estadounidense antes de la retirada del Acuerdo de París y el correspondiente crecimiento del empleo asociado al liderazgo ejercido por Estados Unidos en cuanto al clima eran evidentes.
Puesto que la creación de empleo se observó en ámbitos como la eficiencia energética, el transporte, las energías renovables, la reducción de residuos, la conservación de los recursos naturales y la educación, el efecto era considerable, ya antes de explorar la innovación y la creación de empleo vistas en otros sectores. En aquel momento, se calculaba que en Estados Unidos esos empleos representaban en conjunto alrededor de 4-4,5 millones de puestos de trabajo8; y, en comparación con los empleos del sector de la minería del carbón9, muchos de ellos eran locales por naturaleza, lo que contribuía al crecimiento de sus economías locales. En comparación con la tendencia observada en los trabajos asociados directamente a la generación de energía eléctrica en Estados Unidos, la importancia de la transición energética para el empleo estadounidense era evidente10:
Volviendo a la transición hacia la neutralidad de carbono en el Reino Unido, es evidente que existen implicaciones para el empleo que estaban muy en consonancia con las cifras de la UE. En lugar de revelarse como un desastre inminente para el mercado laboral, de hecho, existen oportunidades muy reales para el Reino Unido y será importante aprovecharlas en el mundo que nos tocará vivir después del coronavirus y del brexit.
La adopción por parte del Reino Unido de enfoques relevantes para el clima como parte de un planteamiento estratégico para impulsar los estímulos y la recuperación económicos11 tendrá consecuencias importantes y positivas tanto para la creación de empleo como para la competitividad a largo plazo. Como parte de ello, no hay que subestimar la necesidad de que los responsables políticos apuesten por el “crecimiento inclusivo” teniendo en cuenta las tendencias que están en pleno desarrollo.
El reajuste que prevemos ver en el mercado laboral hará que las políticas activas de empleo (PAE)12 cobren protagonismo entre los responsables políticos. Han quedado patentes tanto la necesidad como las virtudes de iniciativas como la Agenda de Capacidades Europea13. Al establecer los cimientos para sustentar la futura competitividad y abordar los desafíos clave, el trabajo del Foro Económico Mundial destaca algunos de los desafíos que los responsables políticos deben tener en cuenta (gráfico 4)14 .
WEF calcula que para 2025 podrían desaparecer 85 millones de puestos de trabajo, mientras que podrían surgir 97 millones de nuevos empleos en los 15 sectores y las 26 economías que se analizaron, lo que supone un aumento neto de 12 millones de empleos.
La educación, la formación y la recapacitación de la mano de obra resultarán esenciales en este contexto.
En consecuencia, la planificación corporativa en cuanto a las inversiones y las operaciones futuras se verá influenciada por la disponibilidad de las capacidades y el talento adecuados. Las compañías que acepten el cambio no son las que perderán.
Como se desprende de datos históricos recientes, las compañías que automaticen sobrevivirán, prosperarán y contratarán más trabajadores. Las que no lo hagan acabarán recortando puestos de trabajo (gráfico 5)15.
Por tanto, los responsables políticos deben otorgar prioridad a facilitar los cambios necesarios para respaldar a aquellas empresas que se adaptarán y se alzarán ganadoras en el futuro, lo que refleja el desafío al que se enfrentan las economías de la OCDE y otras economías que no pertenecen a la organización. Si bien los resultados económicos durante los últimos 20 años han presentado grandes disparidades y el empleo ha aumentado, no solo los salarios se han estancado para muchos trabajadores, sino que los costes de la vivienda, la atención sanitaria y, en especial en este contexto, los costes en educación se han incrementado y han contrarrestado con creces los ingresos16.
Conclusión
Para los inversores, resultará importante conocer los problemas y los desafíos a los que se enfrentarán las compañías para asegurarse las competencias, la experiencia y el talento adecuados necesarios para responder a estos cambios. El énfasis que pongan los responsables políticos en educación y formación y el planteamiento que adopten al respecto desempeñarán un papel importante en ello a escala nacional.
Los enfoques políticos adecuados a largo plazo que impulsen programas con proyección de futuro adoptados por las compañías y se combinen con ellos contribuirán a sembrar ahora para cosechar éxitos en el futuro. Iniciativas corporativas como Supporting a Just Transition de SSE17o Future Program de AT&T18 (son claros ejemplos de enfoques estratégicos para la adaptación y la inversión en el futuro por parte de las empresas. Dicho esto, es posible que para muchas compañías las soluciones unilaterales (sin el entorno y el contexto políticos adecuados) no sean viables.
Con todos estos factores sobre la mesa, queda claro que el Acuerdo de París no debe considerarse una amenaza para el empleo, sino más bien todo lo contrario.
Representa una oportunidad, tanto para atenuar los impactos del cambio climático como para impulsar la recuperación poscoronavirus y beneficiarse de oportunidades alcistas reales. El mundo y las economías ya están experimentando cambios; los cambios económicos, tecnológicos y sociales son una realidad y los efectos de la COVID-19 acelerarán los cambios de los que estamos siendo testigos. Las compañías y los gobiernos o bien están a la altura del desafío o fallarán a sus partes interesadas.
En el caso de los países como el Reino Unido, reconocer estas dinámicas y sacar partido de ellas será esencial para elegir las opciones políticas acertadas y garantizar su prosperidad y su competitividad de cara al futuro.
Artículo de Iain Richards, director de política de inversión y responsable global en Columbia Threadneedle Investments
Fuente:
(1) Onward, “Getting to zero: A practical policy commission to deliver decarbonisation in the UK”, enero de 2021.
(2) “Net-zero: bad for UK jobs?”, 15 de enero de 2021.
(3) WEF, “The Future of Jobs Report 2020”.
(4) Nature, “Large Potential Reduction in Economic Damages Under UN Mitigation Targets”, 2 de noviembre de 2020.
(5) Eurofound, “Energy scenario: Employment implications of the Paris Climate Agreement”, 12 de febrero de 2019.
(6) Proyecciones de escenarios energéticos del proyecto FOME, 2020.
(7) Eurofound, “Energy scenario: Employment implications of the Paris Climate Agreement”, 12 de febrero de 2019.
(8) EDF Climate Corps y Meister Consultants Group, diciembre de 2017.
(9) La industria del carbón, que ha ido perdiendo puestos de trabajo desde 2012 a causa de la competencia del gas natural barato, empleaba a tan solo 160.000 trabajadores en todo el país, de los cuales alrededor de 53.000 se enmarcaban en la minería, según un Informe de energía y empleo en EE. UU. de enero de 2017 elaborado por el Departamento de Energía estadounidense.
(10) Departamento de Energía estadounidense, Informe de energía y empleo en EE. UU., enero de 2017.
(11) Joseph Stiglitz, et al. “Will COVID-19 fiscal recovery packages accelerate or retard progress on climate change?”, mayo de 2020.
(12) Luca Sartorio, et al., “What works for Active Labor Market Policies?”, julio de 2019.
(13) https://ec.europa.eu/social/main.jsp?catId=1223 14 WEF, “The Future of Jobs Report 2020”, octubre de 2020.
(15) Michael Koch, et al., “Robots and firms”, julio de 2019. 16 McKinsey Global Institute, “The social contract in the 21st century”.
(17) SSE, https://www.sse.com/media/xtrlsctj/ just-transition-strategy-sse-final.pdf, 18 de noviembre de 2020.
(18) https://www.cnbc.com/2018/03/13/atts-1- billion-gambit-retraining-nearly-half-its-workforce. html, 13 de marzo de 2018.
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