Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), reconoció ayer que la economía norteamericana camina con paso firme hacia los objetivos que se ha marcado la institución monetaria. Cumplir estos objetivos significaría comenzar con el tapering, sobre lo que el mercado espera conocer más detalles antes de que acabe el año.
Según el análisis que realizan la mayoría de las gestoras, aunque la reunión de ayer aportó pocas novedades en materia de política monetaria, las palabras de Powell son ese “primer aviso” de que el tapering se acerca. “La Fed volvió a presentar su visión de una economía que se fortalece y que sólo ejerce presiones temporales sobre la inflación. En el comunicado de prensa se advirtió que el progreso de la economía es incompleto, pero también se señaló que se acerca el momento adecuado para retirar el apoyo”, afirma Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments.
En opinión de Zanghieri, al igual que en las reuniones anteriores, el presidente Powell señaló que aún no se ha alcanzado el «progreso sustancial adicional» en el mercado laboral que la Fed necesita ver antes de reducir el estímulo. “A medida que la economía evoluciona de acuerdo con las expectativas, se acerca el momento adecuado para el tapering. Powell admitió que el debate sobre cómo reducir las compras está en marcha, y los miembros del FOMC se esforzarán por ser lo más transparentes posible, avisando con antelación de cualquier movimiento. La opción de reducir las compras de MBS más rápido que las del Tesoro para frenar el aumento de los precios encuentra poco apoyo dentro del comité, pero se está discutiendo. Nos mantenemos en la idea de que el tapering comience en enero, con algún anuncio preliminar en la próxima conferencia de Jackson Hole”, apunta el economista senior de Generali Investments.
En opinión de Seema Shah, estratega jefe de Principal Global Investors, pese a que el FOMC ha sido algo más duro, no ha logrado suscitar entusiasmo en el mercado en torno al hecho de que la palabra «sustancial» ha sido eliminada de la declaración. “El comunicado repitió el enfoque relajado de la Fed sobre la inflación: a pesar de la sorpresa al alza del IPC y de las voces que señalan que la inflación puede ser más resistente de lo que se creía en un principio, la Fed continúa firmemente anclada en el campo de lo transitorio. Sin embargo, las actas pueden aportar otra lectura interesante, puesto que probablemente confirman la existencia de puntos de vista opuestos en el seno del comité”, afirma Shah.
Sobre el comunicado, Jordan Jackson, Global Market Strategist de JP Morgan Asset Management, destaca que si bien la Fed considera que su postura actual es adecuada para equilibrar los riesgos -sobre todo los que pueda llegar a provocar la variante delta del virus-, el FOMC reconoce una lista creciente de razones por las que el ritmo de acomodación debería reducirse en los próximos trimestres: los precios de la vivienda han aumentado sustancialmente año tras año, ayudados por los bajos tipos hipotecarios y el escaso inventario: se espera que el crecimiento y la inflación se sitúen muy por encima de la tendencia hasta 2022; los mercados laborales deberían mejorar notablemente a medida que las ayudas federales al desempleo expiren y el aumento de los salarios atraiga a los ciudadanos de nuevo al trabajo; y la creciente liquidez como resultado de la QE sigue provocando presiones en los mercados de financiación a corto plazo.
“Está claro que la reducción de la deuda está en el radar del comité a medida que la economía se acerca a la evaluación de la Fed de un progreso sustancial. Es importante destacar que la reunión de ayer refleja claramente la opinión del comité de que el apoyo fiscal y los continuos esfuerzos de vacunación sostendrán el fuerte crecimiento y fortalecerán la recuperación del mercado laboral, lo que debería apoyar los activos de riesgo y los tipos de interés más altos”, añade Jackson.
Por su parte, Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, señala que los inversores se quedan con la idea de que la Fed prefiere un modesto sobrecalentamiento en la dinámica transitoria de los precios antes que poner frenos contraproducentes a los estímulos económicos. “El comunicado de prensa inaugural parecía halagüeño al tachar por primera vez la condición explícita de un progreso sustancial (para comenzar la normalización de la política monetaria), lo que muchos ya leen como la primera señal del anuncio del tapering del programa de expansión cuantitativa. Sin embargo, Powell dejó claro que existe un notable disenso en el Comité respecto a la magnitud y la secuencia temporal de la desescalada de compras de bonos del Tesoro en las condiciones actuales. Este debate podría oscilar todavía un poco más durante los próximos meses, en tanto se espera por información consolidada que refleje una recuperación material del mercado laboral. Según destacó Powell, el empleo estadounidense sigue mermado por algunas restricciones de oferta asociadas al virus y a las políticas de subsidio promovidas por el gobierno. A medidas que estas barreras comiencen a diluirse a partir de septiembre, es posible que un panorama más claro hacia finales de año permita a la Fed iniciar decididamente el tapering”, explica.
En este sentido, Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International, apunta que la Fed ha restado importancia a la creciente preocupación que hay sobre el impacto que puede tener la variante delta del COVID-19. “Los crecientes riesgos en torno a las perspectivas desde la última reunión, así como la preocupación por las posibles repercusiones de la debilidad del mercado chino (impulsada por sus medidas reguladoras), no han sido evidentemente suficientes para que la Reserva Federal parpadee y posponga las discusiones sobre el tapering y el anuncio definitivo al respecto en los próximos meses. De hecho, las condiciones financieras de EE.UU. se han relajado aún más desde la reunión de junio, situándose ahora en los niveles más acomodaticios en décadas. Al mismo tiempo, las expectativas de inflación impulsadas por el mercado se han mantenido estables durante las últimas semanas. Esto debe haber animado a la Fed a seguir adelante con la planificación del tapering y a dar las primeras pistas sobre el calendario en las próximas reuniones”, explica.
La valoración que hace Stupnytska coincide con la del resto de gestoras en dos matices: la Fed será cauta en la reducción de estímulos. “La discusión en torno al tapering es solo teoría. Ya sabemos, por las anteriores comparecencias, que hay opiniones ambiguas entre los participantes del FOMC, pero que la mayoría de ellos -a pesar de las diferentes filosofías- comparten la opinión de que se necesitan unas cuantas reuniones para resolver las cosas. Parece que la Fed no tiene prisa por darnos una orientación definitiva sobre cuándo deben reducirse las compras, ya que siguen existiendo algunas incertidumbres”, añade Christian Scherrmann, economista para EE.UU. de DWS, desde su punto de vista.
Según las previsiones de PIMCO, en el segundo semestre de este año el FOMC anunciará que tiene previsto empezar a reducir sus compras de activos a gran escala. «De hecho, en la declaración de la reunión se reconoció que se han hecho progresos hacia los objetivos de inflación y de máximo empleo del comité, pero no se llegó a decir que fueran sustanciales. Sin embargo, el FOMC también indicó sus planes para seguir evaluando este progreso en las próximas reuniones. Creemos que estos cambios en las declaraciones dejan abierta la posibilidad de que la Fed pueda anunciar la primera reducción del ritmo de sus compras de bonos ya en septiembre, pero reafirmamos nuestra opinión de que diciembre es el momento más probable para cualquier anuncio», afirma Tiffany Wilding, economista para EE.UU. de PIMCO.