Desde BlackRock no hablan de recuperación económica, sino de reactivación o reapertura de la economía. “El comportamiento de todos los agentes es distinto en una reapertura que en una recuperación. Hay menos evidencias históricas sobre cómo se comportarán después de una reapertura. La situación es radicalmente distinta y la hoja de ruta también lo será”, ha argumentado Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable del Negocio Institucional de BlackRock en España, en la presentación de las perspectivas de la firma para la segunda mitad del año.
Esta reactivación, según se observa desde la entidad, ya se está expandiendo más allá de Estados Unidos y, ante este contexto, los expertos de BlackRock mantienen una visión favorable hacia los activos de riesgo.
A corto plazo, habrá que vigilar el ritmo de vacunación y la evolución de las variantes, y a largo plazo, la mayor incertidumbre que localizan desde la firma es entender cómo se comportará el ciclo después de la reactivación.
Respecto a la inflación, BlackRock también mantiene una visión un poco alejada del resto de valoraciones. La firma prevé una inflación estructuralmente más alta, consecuencia de los estímulos monetarios y fiscales. “Sé que el debate está abierto, hay algunos que dicen que es más puntual y transitoria. Reconocemos que hay algunos aspectos que impactarán en el corto plazo, por lo que los datos pueden ser volátiles, pero tenemos claro que estructuralmente será más alta en los próximos años”, ha explicado Gutiérrez-Mellado.
El principal factor que lleva a la firma a ponerle ese adjetivo a la inflación es la respuesta sin precedentes de los gobiernos y bancos centrales. “Es cuatro veces más fuerte que la que vimos de la Fed en 2008 para un impacto que ha sido cuatro veces más pequeño. Si ya durante la crisis financiera nos pareció que las políticas habían sido muy contundentes, en este escenario aún más”, argumenta. En este sentido, espera que la Fed no suba los tipos hasta 2023.
En este contexto, recomiendan, desde el punto de vista táctico, sobreponderar la renta variable europea, ya que consideran que se comportará mejor que la estadounidense (en la cual se bajan a neutrales). Asimismo, recomiendan la inversión en bonos ligados a la inflación. Desde el punto de vista estratégico, BlackRock guarda preferencia por la renta variable frente al crédito e infrapondera bonos soberanos.
China y la transición energética
Por otro lado, la firma pone el ojo en China, y comenzará a considerar al país como una clase de activo distinta e independiente a otros emergentes, por lo que tendrá una visión y recomendaciones específicas, al igual que hace para otras áreas como, por ejemplo, EE.UU. «El gobierno chino está llevando a cabo una reforma estructural para controlar los niveles de deuda y se muestra como un destino atractivo. Creemos que están primando la calidad de crecimiento frente a la cantidad”, explica el responsable de Negocio.
Por ello, en la táctica, tienen una recomendación neutral en renta variable y sobreponderan la renta fija, sobreponderando también los bonos soberanos chinos. Desde un punto de vista estratégico, consideran que el posicionamiento neutral implica una posición de partida más alta que la media de los inversores internacionales.
“Creemos que los activos chinos van a tener mayor protagonismo dentro de las carteras. Esto no solo responde a la reapertura de China a los inversores internacionales, también es gracias a los fundamentales más sólidos y el mayor crecimiento de China”, añade.
El segundo tema que contempla la firma es la transición a una economía con emisiones netas cero. “Hay un punto de partida y llegada, pero no hay hoja de ruta y las posibles implicaciones están pendientes de definirse. Desde BlackRock advertimos que muchos de los cambios venideros serán estructurales y abruptos”, alerta Gutiérrez-Mellado. Esta transición, además, ya está provocando flujos masivos hacia estrategias más sostenibles de manera tanto general como específica.
También afecta a las materias primas, donde el experto señala que “lejos de hablar de un superciclo, hay que ser más selectivo y diferenciar el corto plazo del largo”. En este sentido, desde un punto de vista táctico, recomiendan estar sobreponderados en el sector tecnológico. Desde un punto de vista estratégico, están sobreponderados en renta variable de economías desarrolladas y en especial, de nuevo, el sector tecnológico.
Asimismo, Gutiérrez-Mellado destaca cómo los mercados privados también jugarán un papel muy importante a la hora de financiar la transición.
Temas para tener en el radar
Concretamente, desde BlackRock localizan tres temas para vigilar de cerca: infraestructuras, márgenes empresariales y riesgos geopolíticos y de ciberseguridad.
Infraestructuras. Desde un punto de vista de construcción en cartera, para el experto, la inversión en infraestructuras potencia retornos y diversifica, por lo que considera que puede ser protagonista en las carteras. Aunque advierte de que no es una clase de activo preparada para todo tipo de inversor.
Márgenes empresariales. El mercado está esperando que los beneficios en EE.UU. se sitúen en máximos históricos y los de Asia y Europa en cuotas vistas antes de la crisis financiera global. Pero para que esto se dé es importante analizar el componente de beneficios y matizar cómo evolucionarán los costes, advierte el experto. “Merece la pena ser selectivos y ver cuáles están mejor preparados para mantener los márgenes. Recomendamos el sector tecnológico, salud o consumo discrecional. El consumo estable, por ejemplo, lo tendrá más complicado en los próximos años”, advierte.
Riesgos geopolíticos. Aunque apenas haya hueco para ellos en las portadas, desde BlackRock advierten de que no han desaparecido. “Cualquier chispazo en la volatilidad de estos riegos puede pillar con la guardia baja”. Al igual que con los temas de ciberataques, ciberseguridad o ciberterrorismo.