El inicio del segundo semestre del año se ha caracterizado por un fuerte debate en torno a la inflación. De forma general, el consenso de mercado y las perspectivas de las gestoras señalan que la subida de la inflación es algo temporal y no estructural. Por su parte, los inversores tienen la mente puesta en cómo afecta esto a sus carteras y qué deben hacer, en especial en el campo de la renta fija.
“En lo que respecta a la perspectiva de la inversión, hay dos peculiaridades de la inflación que pueden dañar el retorno de la inversión: la inflación tiene un impacto acumulativo y es un proceso de largo plazo y por lo tanto su impacto es persistente. Ambas características implican que incluso si la inflación es estable y baja en el corto plazo, sus efectos a largo plazo y la incertidumbre de su comportamiento pueden tener efectos significativos en la rentabilidad de las clases de activos. La forma más eficiente de protegerse contra el riesgo de inflación inesperada es tener un proceso de inversión que sea capaz de identificar el régimen macro predominante y el estado de la volatilidad del mercado”, explica Maria Luisa Matarrelli, Developed and Emerging Government Bonds and Forex en Eurizon.
Desde Allianz Global Investors recuerdan que el potencial aumento de la inflación este año hace que sea importante preservar el poder adquisitivo con fuentes de rentabilidad adicionales. “En general, el crecimiento económico ha vuelto con fuerza, lo que ha dado impulso a los mercados de capitales, aunque es probable que este crecimiento no recupere la tendencia anterior a la pandemia durante años. Este auge de la economía y los mercados también tiene un precio potencial y esperamos que los responsables políticos respondan de forma que los inversores quieran tener en cuenta en sus estrategias. Todavía mantenemos un sesgo hacia los activos de riesgo, aunque con cierta cautela. Por consiguiente, no creemos que los inversores deban eliminar el riesgo de sus carteras, sino más bien plantearse una posición más neutral en el espectro de riesgo/rentabilidad, al menos a corto plazo”, apunta la gestora en sus perspectivas semestrales.
Sin embargo, en opinión de Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers, los inversores también deberían considerar que la inflación sea más alta y haya algo más que temporalidad en su alza. “Los inversores deben comenzar a prepararse para tipos de interés más altos. Sin embargo, será una transición lenta y no debe cundir el pánico, ya que el cronograma muestra, al menos, otro año de tipos de interés sin cambios. El nivel general de tipos y de liquidez debería seguir siendo de apoyo para los mercados, pero tal vez sea menor de lo que ha sido durante el último año. No creo que sea el momento de volverse bajista en renta variable o en deuda corporativa, pero la era de la gran expansión cuantitativa y la política monetaria acomodaticia está lentamente llegando a su fin. Afortunadamente, los balances generales están en buena forma (excepto quizás para los gobiernos) y los inversores saben que, si el barco comienza a tambalearse, los bancos centrales ya saben qué hacer”, explica Iggo.
En cuanto al mercado de bonos, señala que la inflación se mantendrá justo por encima del 2% durante mucho tiempo, por lo que para que las rentabilidades nominales aumenten debemos ver que esas expectativas de inflación aumenten aún más o que los rendimientos reales despeguen significativamente. “El impulsor más probable del aumento de los rendimientos reales es una mayor convicción en el mercado sobre cuándo comienza el ciclo de ajuste y hasta dónde llega finalmente. Las alzas de tipos en 2023 parecen muy probables, con el riesgo en aumento de que las subidas empiecen en 2022. La conclusión es que el crecimiento es fuerte en las economías desarrolladas, la liquidez es abundante, los balances están en buen estado y los tipos se mantendrán muy bajos por ahora”, concluye Chris Iggo.
Sobre este mercado, Thorsten Runde, jefe de análisis cuantitativo de Generali Insurance AM, añade: “La presión sobre los rendimientos nominales resultante del aumento de las expectativas de inflación seguirá limitando el rendimiento de los bonos del Estado. Por lo tanto, mantenemos nuestra recomendación táctica de activos a favor de la renta variable y el crédito de la eurozona en detrimento de los bonos soberanos”.
Esta expectativa hace que la gestora se mantenga infraponderada en los bonos del Tesoro de EE.UU. y en la deuda pública de la eurozona, “ya que sus perspectivas se ven claramente afectadas por el aumento de los riesgos de inflación”, matiza Runde. Además, recomendamos mantener una pequeña sobreponderación en el efectivo y una postura moderadamente corta en la duración.
Por último, desde Capital Group consideran que el aumento actual de la inflación no es motivo para huir de la renta fija ya que una de sus funciones históricas ha sido ofrecer protección, justamente, ante la inflación.