Un elemento fundamental para el crecimiento sostenido de una economía es la inversión. La inversión significa tener mayor cantidad de plantas, maquinaria, canales de distribución e infraestructura, lo que permite aumentar la capacidad de producción de la economía. La inversión extranjera directa también contribuye a incrementar esa capacidad productiva.
Existen dos fuentes de información sobre el comportamiento de la inversión extranjera. Una es la Secretaría de Economía, pero su veracidad no es tan confiable porque depende de lo que le declaran las empresas extranjeras y si por algún motivo el proyecto se pospone o la velocidad de ejecución es menor a la prevista inicialmente ya no se notifican esas modificaciones a dicha Secretaría. La otra es Banco de México, la cual es mucho más confiable porque proviene de las entradas y salidas de divisas que se registran en la balanza de pagos. La balanza de pagos es donde se registran todas las operaciones que realiza México con el extranjero. La diferencia en la metodología hace que no sean comparables ambas fuentes y que la de Banco de México refleje con exactitud la cantidad de divisas que provienen del exterior para invertirse en México, así como las divisas que salen para que los mexicanos inviertan en plantas en el extranjero.
De acuerdo a la información de Banco de México, en 2020 la inversión extranjera directa en nuevos proyectos fue de 6.600 millones de dólares, la mitad de la registrada en 2019 y similar a la que sucedió en 2014. No es de sorprender esta disminución tan grande, ya que la pandemia generó gran incertidumbre en todo el mundo y ante la duda de la velocidad de recuperación de las economías, las empresas decidieron posponer sus proyectos de ampliación y de inversión. Las utilidades reinvertidas también disminuyeron, aunque en menor proporción (10%). Durante el primer trimestre de 2021 aún no se presenta una recuperación de la inversión extranjera, disminuyó 15,5% respecto a la del primer trimestre de 2020 y está por debajo de la registrada también en el primer trimestre de 2019. Nuevamente este comportamiento refleja que aún persiste un elevado nivel de incertidumbre sobre la velocidad de recuperación de la economía mexicana.
Por su parte, en 2020 la inversión que empresas mexicanas realizaron en el extranjero en proyectos nuevos fue de 2.200 millones de dólares, lo que implicó una reducción de 37% respecto a lo registrado en 2019. Ese comportamiento también se explica por la incertidumbre generada por la pandemia. En el primer trimestre de 2021 las empresas mexicanas han invertido en el extranjero en nuevos proyectos 640 millones de dólares, lo cual representa un incremento de 79,2% respecto al primer trimestre de 2020 y es superior al que se dio en el primer trimestre de 2019.
La diferencia en el comportamiento durante el primer trimestre de 2021 de la inversión extranjera que llega a México y la de las empresas mexicanas que invierten en otros países, refleja que los extranjeros no ven una recuperación acelerada de la economía mexicana y por ello los nuevos proyectos en ese periodo son inferiores a los del 2020, en tanto que las empresas mexicanas están percibiendo que los mercados extranjeros donde operan se van a recuperar con mayor velocidad y por lo tanto están aumentando, respecto al año pasado, los recursos asignados a nuevos proyectos.
El comportamiento de las utilidades reinvertidas también va en ese mismo sentido. Durante el primer trimestre de 2021 las utilidades reinvertidas por las empresas extranjeras en México fueron 7.000 millones de dólares, casi la mitad de lo que se reinvirtió en los primeros trimestres de 2020 y 2019, lo que representa que prefieren ubicar los recursos en otros destinos. Por su parte, las utilidades reinvertidas en el extranjero de las empresas mexicanas fue de 1.600 millones de dólares, que significa un incremento de 75% respecto al año anterior y es el nivel más elevado para el primer trimestre de los últimos 5 años. Ello evidencia que prefieren ubicar sus utilidades en los mercados del extranjero porque ven mejores perspectivas en esos países que en México.
Columna de Francisco Padilla Catalán