La inversión de impacto representa el último paso en la inversión responsable para quienes buscan marcar la diferencia. Pero medir ese impacto, el compromiso con el cambio real y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU de cara a 2030 supone un reto para los inversores, subrayan desde NN Investment Partners (NN IP).
En un reciente webinar sobre esta temática, Huub van der Riet, gestor principal de inversiones de impacto en NN IP, y Marina Iodice, gestora senior de carteras de Impact Equity, hablaron sobre los retos y las oportunidades de este tipo de activos y adelantaron algunos datos del Informe sobre Inversión de Impacto 2020 de la gestora, que se publicará a finales de este mes.
Van der Riet destacó el compromiso de NN IP en la inversión de impacto para alcanzar los ODS, e indicó que los fondos de la gestora de esta temática apoyan a compañías con soluciones innovadoras que hacen una contribución intencionada y medible a uno o más de 14 ODS (de un total de 17), que están relacionados con la salud y el bienestar de las personas; la protección del clima y el medio ambiente; y un crecimiento económico más inclusivo.
Todos estos temas continuarán cobrando importancia en los próximos años por varias razones, explicó. A medida que se acerque 2030 la sensación de urgencia en el cumplimiento de los ODS se irá haciendo más evidente. La normativa seguirá aumentando la presión, sobre todo mediante impuestos más altos a las emisiones de CO2 y rebajas a aquellas compañías que en cambio tengan una reducida huella de carbono. A ello se suma el creciente protagonismo de la crisis climática y que los inversores serán cada vez más exigentes en lo que respecta a las pruebas de que su dinero «está marcando una diferencia tangible en el mundo».
El experto señaló que la gestora cuenta actualmente con casi 2.000 millones de euros en activos bajo gestión (AuM) en inversión de impacto, relacionados con empresas que beneficiaron directamente a más de 2.900 millones de personas en todo el mundo.
Además, ahorraron 543 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono a través de sus productos y servicios, y evitaron 32.700 millones de euros en pérdidas relacionadas con el fraude. Los resultados totales incluyen indicadores clave de impacto como la salud y el bienestar proporcionados a 2.700 millones de personas (entre ellos 45 millones de pacientes desatendidos) y más de 223 millones de clientes a los que se ayudó con soluciones de financiación al no contar por ejemplo con acceso al sector bancario.
Soluciones de inversión
«Dentro de nuestra estrategia de inversión, hemos identificado tres temas clave como los más importantes a resolver: salud y bienestar, clima y medio ambiente y conectividad inteligente», explicó Iodice. Cada uno está representado por un fondo específico: NN (L) Health & Well-Being Fund, NN (L) Climate & Environment Fund, y NN (L) Smart Connectivity Fund. A ellos se suma el NN (L) Global Equity Impact Opportunities, un fondo que abarca todos los sectores de manera general.
Sobre los desafíos de este tipo de inversión, Van der Riet destacó la dificultad para definir el impacto de un activo, la falta de estándares unificados de medición, así como de información suficiente, y la dificultad para invertir en algunos ODS a través de activos cotizados. La gestora busca resolverlos mediante el desarrollo de sus propias herramientas de evaluación sobre la materialización, intencionalidad y transformación que proponen las compañías, así como con un compromiso activo con las empresas para obtener KPIs de impacto relevantes, el establecimiento de sus propios estándares de impacto y centrándose en los ODS invertibles.
Como inversores de impacto, es esencial que el capital trabaje de la manera en que genere el mayor efecto positivo posible, añadió. «Para ello es necesario evaluar con precisión las actividades principales de una empresa y los riesgos ESG a los que se enfrenta». Sin embargo, esto es complicado debido a las diferencias en la presentación de informes y la falta de datos. «A través de nuestro proceso de evaluación interna nos aseguramos de que los riesgos ESG no eclipsen las contribuciones positivas que se realizan y tenemos en cuenta los posibles impactos negativos cuando sea pertinente», consideró.
Las empresas con modelos de negocio sostenibles que contribuyen activamente a resolver los mayores retos de la humanidad estarán mejor posicionadas para resistir el actual panorama tan cambiante. «Esto podría dar lugar a rendimientos cada vez más atractivos y a un crecimiento sostenido», dijo Van der Riet, para quien «la inversión de impacto se convertirá en la nueva normalidad».