Pese a las dificultades que acarrea el control de la pandemia, este está siendo un año activo en competiciones deportivas, como acabamos de ver con la Eurocopa o la Copa América. Sin embargo, la gran estrella de este año son las Olimpiadas que, con un año de retraso, comienzan hoy en Tokio. Un gran evento deportivo que da un respiro al sector de los deportes y todo lo que conlleva esta actividad, captando de nuevo el interés de los inversores.
Según un informe elaborado por Bain & Company, la industria del deporte profesional ha atraído una cantidad significativa de capital de inversión durante los últimos cinco años. “Más del 50% de las operaciones de los últimos años han sido adquisiciones de equipos/ ligas o partnerships con medios”, apunta el documento en sus conclusiones. En cambio, el resto se ha centrado en aspectos relacionados con el ecosistema deportivo, como las apuestas online, el hardware y software de fitness, y la tecnología que respalda las experiencias y mejora digitalmente la experiencia de los seguidores y fans.
El estudio explica que la restricción de liquidez inducida por la pandemia en 2020 y 2021 ha acelerado esta tendencia a medida que los equipos y las ligas están más abiertos a las inversiones de socios limitados. “Como era de esperar, los precios de los activos están aumentando y las nuevas estructuras de propiedad necesitarán un mayor énfasis en una gestión financiera disciplinada y una mayor eficacia operativa. En otras palabras, el negocio de los deportes está a punto de empresarializarse aún más”, explica el informe.
La migración de la transmisión al streaming, el aumento de las experiencias digitales (incluidos los “e-sports”), las tecnologías que permiten una mayor participación de los fans y el aumento de las apuestas online en algunos mercados son otros de los factores que están cambiando la forma en que los seguidores se relacionan con sus equipos y jugadores favoritos, así como cómo se monetiza ese compromiso.
El equipo de Bain & Company ha analizado dónde se origina el valor en el ecosistema deportivo para determinar que todo comienza en última instancia en los seguidores y los comercializadores, y desde allí, el dinero fluye a través de los derechos de los medios, los patrocinios, la venta de entradas y merchandising y las apuestas. Actualmente, los medios suponen la mayor parte de los ingresos para la mayoría de los equipos deportivos y las ligas, como por ejemplo ocurre con el fútbol, pero esta situación puede cambiar.
En este sentido, el informe pone de manifiesto que a medida que los eventos deportivos sigan la tendencia de otros eventos y migren a las plataformas de streaming, las ligas y los equipos tendrán que desarrollar nuevos modelos para ofrecer deportes a los seguidores que aprovechen los nuevos patrones de visualización sin acelerar el declive de los paquetes tradicionales de TV de pago. Y a medida que la cuota de los ingresos de la televisión tradicional se reduce, los equipos y las ligas se ven abocados a buscar otra fuente de ingresos.