Las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos de América (CBO, por sus siglas en inglés), son clarísimas: la deuda seguirá subiendo hasta alcanzar los 150 trillones de dólares en 2050, que es un salto importante desde los cerca de 30 trillones que vale hoy. Eso llevará, sin duda, a una creciente necesidad de encontrar comprador de la deuda, por lo cual también se estima que, llegado ese año, la Fed posea el 30% de la deuda federal total, unos 45 trillones de dólares. Para financiar esta compra, no hay otra posibilidad, la Fed seguirá emitiendo dinero como hasta ahora lo ha hecho, por lo cual más allá del miedo de un taper tantrum no pasa de ser temporal. La máquina de hacer billetes seguirá prendida, funcionando de manera ininterrumpida en los próximos años.
De esta manera, tendremos liquidez para rato. Esto garantiza que los activos que se vienen apreciando basados en la liquidez global, lo sigan haciendo por un período de tiempo largo de manera sostenida (claro, existirán correcciones de corto plazo y algunas profunda durante el camino, lo cual es absolutamente normal y natural), por lo que la recomendación más lógica al día de hoy, es sigamos comprando acciones, fondos de capital privado, fondos de venture capital, fondos emergentes, entre otras cosas. Ahí está el dinero.
¿Son mucho esos 150 trillones de dólares de endeudamiento? La respuesta es un depende, aunque una cosa es clara: la relación deuda/PIB de EE.UU. seguirá siendo muy alta y quizá roce más el 200% en los próximos 30 años. Especialmente porque al mirar las proyecciones del CBO, la deuda norteamericana en valor absoluto se duplicará en los próximos 10 años (pasando de los 28 trillones de dólares actuales a algo más de 50 trillones en 2030), mientras que la economía difícilmente se doblará en este mismo período. Sí, es cierto que esta relación deuda sobre PIB, mide el PIB en valores nominales, es decir, impactados por la inflación, y con inflaciones altas, ese valor del PIB crecerá más rápido, pero aún suponiendo valores nominales de crecimiento económico de 5% o 6%, de manera sostenida, llegaremos a igualar el ritmo de crecimiento de la deuda.
Todo esto mientras la Fed está creándose un problema adicional: el mercado de repos inversos alcanzó su máximo histórico durante el mes de mayo. Esto no tendría nada de relevante a no ser por: primero, antes solo “saltaba” a final del trimestre calendario por temas de liquidez de los agentes; y segundo, porque el crecimiento ha sido sostenido y no se prevé que cambie de tendencia. Sucede lo siguiente: la Fed sigue comprando de a 120 billones de dólares mensuales de bonos, de los cuales mínimo 80 billones son deuda del gobierno federal. En los últimos dos meses, toda su artillería se ha enfocado en comprar, especialmente, bonos de corto plazo y T-Bills. Parece extraño que la Fed compre ‘toneladas’ de T-Bills, para luego, mediante los repos inversos, vuelva a ponerlos en circulación (así sea solo Overnight el mecanismo).
Lo trascendental de todo esto, es que en el mercado abierto, las tasas de interés de corto plazo, ya están negativas (los instrumentos de muy corta duración, se tranzan por debajo de cero), y los que están más afectados con toda esta situación, son los Money Markets. Recordemos que, por definición, estos fondos ultralíquidos y ultraestables, tienen como fin que su unidad nunca caiga debajo de 1, y que la vez que sucedió (en medio de la crisis de 2008), fue necesario salir a buscar formas de corregir esta situación.
Hoy en día, y con tasas negativas, los Money Markets están teniendo muchos, muchísimos inconvenientes para encontrar cómo mantener un nivel acorde a su propuesta de valor. La solución que han encontrado, es ir contra los mecanismos de repos inversos de la Fed: por reglamentación, la Fed no puede tener tasas menores a cero, por lo cual cuando el money market accede a los repos inversos, obtiene un rendimiento levemente por encima de cero, por lo cual es el único mecanismo que les permite algo de rendimiento con los instrumentos que este tipo de fondos puede comprar. Claro, en la medida en que haya más liquidez dando vueltas (liquidez alimentada por la propia Fed que sigue comprando), cada vez más grande el problema, cada vez más managers buscando los mecanismos de la Fed, cada vez más incrementándose el apetito por todas estas facilidades.
Cuando dicen que esta vez es diferente, sí es muy diferente…¡existen muchos más elementos de juicio para tomar decisiones de inversión adecuadas!
Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia Colombia