El COVID-19 trasladó a una gran parte de la población de la oficina a casa, donde continuamos con nuestras tareas gracias al teletrabajo. Ahora, el control de la pandemia y las campañas de vacunación nos sacan de casa, pero ¿queremos volver a la oficina? Según una encuesta global elaborada por PwC, solo 1 de cada 10 trabajadores quiere volver a la oficina a tiempo completo y viajar largas distancias.
La encuesta Hopes and Fears 2021 de PwC, realizada a 32.500 trabajadores en 19 países, muestra una imagen de una fuerza laboral global que considera que el teletrabajo ha llegado para quedarse. Otra de las conclusiones que arroja esta encuesta es que está creciendo el temor a perder los trabajos como consecuencia de automatización de las tareas. Frente a esta realidad, el 77% de los encuestados afirman estar listos para adquirir nuevas habilidades o volver a capacitarse por completo y al 49% les gustaría establecer su propio negocio, mientras que el 80% confía en que puede adaptarse a las nuevas tecnologías en su actual puesto de trabajo.
El informe constata que, como consecuencia de la pandemia, se han acelerado ciertas tendencias que ya existían con anterioridad: mientras al 60% le preocupa que la automatización ponga en riesgo puestos de trabajo, el 48% cree que “el empleo tradicional no existirá en el futuro” y el 39% piensa que es probable que su trabajo quede obsoleto en 5 años.
“El 75% de los colaboradores a nivel mundial expresa su deseo de trabajar para una organización que contribuya de forma positiva a la sociedad. A medida que el mundo enfrenta una crisis de salud global e incertidumbre económica, se percibe una mayor exigencia por parte de los empleados a la comunidad empresarial y afortunadamente, centrarse en el impacto social y maximizar las ganancias no se excluyen mutuamente, de hecho, ser una empresa con un propósito social ayuda a mejorar sus resultados”, señala María Fernanda Álvarez Apa, gerente de People & Organisation de PwC Argentina.
Desde PwC explican que la inseguridad económica limita la capacidad de las personas para seguir carreras alineadas enteramente con su vocación y las condiciona a elegir aquellas que brindan alguna certeza en cuanto al retorno económico y ello tiene un particular impacto en las personas más jóvenes. En general, el 54% de los encuestados manifestaron que, si se les obligara a elegir, preferirían un trabajo que les permitiera “aprovechar las oportunidades para maximizar sus ingresos”, en contrapartida con el 46% que elige un trabajo que “marque la diferencia”.
En ese sentido, la encuesta resalta un dato curioso en aquellas personas de entre 18 y 34 años que tienen más probabilidades que otras generaciones de priorizar los ingresos sobre el propósito en su trabajo: 57% prioriza “maximizar sus ingresos” sobre el 43% que prefiere “hacer una diferencia”. Por otro lado, los mayores de 55 años priorizan marcar la diferencia por un margen de 8 puntos, que se eleva a 22 puntos entre los trabajadores mayores de 65 años.
Teletrabajo
La encuesta concluye que el teletrabajo persistirá al finalizar la cuarentena. De los que pueden trabajar de forma remota, el 72% prefiere una combinación de trabajo presencial y a distancia, y sólo el 9% afirma que le gustaría volver a su entorno de trabajo tradicional a tiempo completo. Principalmente, ello se da en profesionales, oficinistas, propietarios de empresas y autónomos, quienes pueden realizar su trabajo de forma remota con el uso de la tecnología.
“La actitud de las personas hacia el trabajo desde casa también cambia según la ubicación geográfica, lo que ofrece una prueba más de cómo la pandemia ha aumentado la brecha digital mundial. Los trabajadores de áreas metropolitanas (66%) tienen más probabilidades de tener posiciones que podrían permitir el teletrabajo que aquellos que viven en zonas rurales (44%)”, destacan desde PwC.
Trabajadores: entre la privacidad y la tecnología
El 44% de los trabajadores a nivel mundial estaría de acuerdo en permitir que su empleador use la tecnología para controlar su desempeño en el trabajo, incluidos sensores y dispositivos portátiles, mientras que un 31% está en contra. Sin embargo, el 41% no permitiría que sus empleadores accedan a sus datos personales, incluidos los perfiles de las redes sociales, y sólo el 35% estarían dispuestos a ello.
“El estudio ofrece una guía a las empresas sobre el abanico de desafíos que debe enfrentar de manera responsable para con sus empleados. La pandemia ha puesto sobre la mesa discusiones que, tarde o temprano, iban a llegar. El momento de abordarlos es ahora. Escuchar las necesidades de las personas es primordial para el éxito de una organización” concluye Álvarez Apa.