Después del parón económico provocado por la crisis sanitaria mundial, el año 2021 ha comenzado con un tono esperanzador. La campaña de vacunación a gran escala hace presagiar una recuperación de la actividad en las economías desarrolladas, como muy tarde en el segundo semestre del año. Las expectativas de inflación y las recientes subidas de los rendimientos de la deuda pública sostienen este escenario, que ya ha sido incorporado por los mercados financieros. Las políticas monetarias expansivas, que se mantendrán durante algún tiempo, no hacen sino apuntalar esta idea.
Una recuperación económica robusta
Las economías nórdicas se encuentran actualmente a la vanguardia de esta recuperación. Existen varias razones que lo explican. En primer lugar, estos países tienen menos casos de coronavirus que el resto del mundo, como ocurre en Noruega y Finlandia. En segundo lugar, van por delante en el ciclo de recuperación. Lo anterior se evidencia en las previsiones de crecimiento en 2021, que se han revisado al alza en Suecia y Noruega hasta el 3% y el 4,4%, respectivamente. Este contexto es aún más favorable para este segundo país, ya que el precio del crudo Brent ha rebotado hasta casi 70 dólares por barril.
Además, la fase de rebote debería beneficiar a una moneda cíclica de manual como es la corona noruega. A consecuencia de ello, el banco central noruego espera que la brecha de producción de Noruega se cierre a finales de año y baraja la posibilidad de aplicar la primera subida de los tipos de interés en el primer semestre de 2022. Eso supone un claro apoyo para el mercado de bonos de alto rendimiento de los países nórdicos, que sufrió más que otros el año pasado después de que los diferenciales registraran una ampliación histórica. Ello se debió en parte a la debilidad que sufrió paralelamente la corona noruega, que requirió la intervención del banco central noruego.
Svein Aage Aanes, responsable del área de Renta Fija de DNB AM, señaló: «El estrechamiento de los diferenciales de los bonos de alto rendimiento de los países nórdicos continuó a lo largo de 2020, pero sin llegar a recuperar los niveles previos a la crisis. Siguen estando todavía entre 100 y 150 puntos básicos por encima del mercado estadounidense y europeo. Por ello, creemos que la compresión de los diferenciales tiene recorrido y somos optimistas sobre las rentabilidades ajustadas al riesgo, especialmente a tenor de los sólidos ratios deuda-liquidez de las empresas».
Ratios rendimiento-duración atractivos
Esta clase de activos se beneficia de la estabilidad y el dinamismo económicos de la región, que presenta una de las tasas de PIB per cápita más altas del mundo y uno de los niveles de deuda pública más bajos. Además, este mercado posee unas ventajas innegables. Casi el 40% de los bonos de alto rendimiento de los países nórdicos se emite en forma de títulos a tipo variable. Además, existen pocas emisiones con vencimientos superiores a cinco años, lo que permite a los inversores beneficiarse de una duración estructuralmente baja y unos rendimientos atractivos comparados con los ratios rendimiento-duración que se observan en Europa y EE.UU.
Además, el auge experimentado por Dinamarca, Finlandia y Suecia durante los últimos años ha transformado considerablemente la composición sectorial de este segmento de la renta fija, que actualmente está valorado en 85.000 millones de euros y se caracteriza por una mayor diversificación y una gran similitud con los principales índices internacionales. Los bonos de alto rendimiento de los países nórdicos dependen mucho menos de la industria petrolera que en el pasado, ya que estas emisiones suponen tan solo el 9 % del total, frente al 14% de las telecomunicaciones y el 13% de los servicios de consumo. Sin embargo, esta clase de activos no es muy transparente, ya que solo el 30% de los emisores cuenta con calificación crediticia.
Mikko Ripatti, gestor sénior de carteras de clientes, señaló: «Invertir en bonos de alto rendimiento de los países nórdicos requiere un excelente conocimiento y un acceso sencillo al mercado. DNB AM desarrolla su estrategia activa en bonos de alto rendimiento de los países nórdicos desde 2012 y cuenta con un equipo experimentando y con dedicación exclusiva formado por cuatro personas que gestionan 2.300 millones de euros en el DNB High Yield Fund».
En un entorno de tipos de interés bajos, el DNB High Yield Fund satisface la necesidad de diversificación de las carteras de bonos. Formado por 190 valores, el fondo se caracteriza por un vencimiento medio de alrededor de 3 años, una TIR a vencimiento del 6,5% y una duración de 0,7. Por último, este fondo aplica la política general de exclusiones de DNB AM e integra criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) en su proceso de inversión. Además, los equipos de inversión y sostenibilidad trabajan en estrecha colaboración para instar a las empresas a mejorar sus prácticas en la dimensión ASG.