Tras una jornada con las bolsas europeas cerradas por la festividad de Pascua, el mercado arranca el segundo trimestre de 2021 con sentimientos encontrados. Por un lado, los avances de la campaña de vacunación por todo el mundo y la continuidad de los estímulos, al que se suma el nuevo plan de infraestructuras de Joe Biden de dos billones de dólares, favorecen la recuperación económica. Y por otro el aumento de la inflación, del precio del petróleo y de la deuda de los países se posicionan como los principales riesgos.
Los analistas de Banca March hacen un balance de estos tres primeros meses del año y destacan que el trimestre acaba con un saldo positivo en las bolsas mundiales, siendo las bolsas europeas las que han liderado las ganancias. “El avance en el proceso de vacunación impulsa las expectativas de la cercanía de una reapertura económica en la segunda mitad del año y con ello los mercados bursátiles han continuado apoyados. Además, los estímulos monetarios seguirán en el corto plazo y a ello se siguen uniendo los estímulos fiscales”, apuntan en su análisis diario.
También hemos asistido a un auténtico incremento de los rendimientos de los bonos a largo plazo, que ha terminado con una fuerte corrección; un movimiento de mercado que inquieta a los inversores. “El aumento de los rendimientos en EE.UU. refleja una fuerte mejora de las previsiones de inflación y crecimiento. La Fed parece considerar que el aumento de los rendimientos de los bonos a largo plazo es coherente con el escenario de reflación deseado. Dado el retraso de la zona euro en la recuperación, el contagio a los rendimientos europeos es más problemático”, señala Bruno Cavalier, economista jefe de ODDO BHF AM.
Crecimiento e inflación
Ahora bien, ¿qué podemos esperar de este segundo trimestre? “El inicio de la primavera está mostrando una importante aceleración en la dinámica de la economía mundial. Varios factores apuntan a fuertes tasas de crecimiento por encima del potencial durante el segundo y tercer trimestres de 2021, como la disminución del número de contagios gracias a los constantes avances en la vacunación (aunque a ritmos diferentes) y a las temperaturas más suaves en el hemisferio norte, la flexibilización progresiva de las restricciones relacionadas con la pandemia y las políticas económicas de apoyo. Las secuelas de la recesión global más grave desde la Segunda Guerra Mundial empiezan a desvanecerse”, afirma Ann-Katrin Petersen, Investment Strategist, Global Economics & Strategy de Allianz Global Investors.
En opinión de Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM, la recuperación económica mundial avanzará lentamente durante el segundo trimestre y se acelerará en el segundo semestre del año. “Resulta probable que la inflación aumente, dado que parte de niveles reducidos (efecto base) y debido a la reapertura de la economía, si bien los bancos centrales probablemente no tengan en cuenta esta evolución. Creemos que un contexto de repunte del crecimiento y actitud pasiva por parte de los bancos centrales resulta favorable para los mercados emergentes, especialmente debido a la economía de China que también está repuntando y la de la India que terminará por hacerlo. No obstante, esta evolución tiene otra vertiente”, señala Galy.
Sin embargo, Petersen reconoce que los inversores, con cierto escepticismo, están manteniendo un acalorado debate sobre si la inflación también se está despertando de su larga hibernación. “Durante la pandemia del coronavirus, la presión sobre los precios había disminuido considerablemente en todo el mundo como consecuencia de la caída de los precios del petróleo y de una demanda mucho menor. Sin embargo, a mediados de 2021, las tasas de inflación podrían ser superiores al 3% en Estados Unidos y al 2% en la zona del euro”, añade.
Sobre las presiones inflacionarias, Axel Botte, estratega de Ostrum AM (Natixis IM), señala que el mes de marzo suele ofrecer una estacionalidad favorable para los tenedores de bonos indexados. “Sin embargo, la reponderación del índice, la volatilidad del petróleo y otros efectos transitorios invitan a la cautela, ya que las tasas de inflación de equilibrio ya se han ajustado al alza. Las valoraciones de las acciones pueden ser un lastre para la evolución de los índices bursátiles estadounidenses, lo que da lugar a violentas rotaciones sectoriales y de estilos dentro del mercado de renta variable”, puntualiza Botte.
“Aunque ha aumentado las expectativas de inflación en EE.UU. sigue entre 1,4% y 1,5%, cuando la Reserva Federal tiene objetivo del 2% y ha indicado que se va a mostrar flexible y aceptar que pase dicho nivel. Podemos ver un aumento de la inflación a corto plazo, pero es difícil que ello genere un cambio significativo en la Reserva Federal. Efectivamente, es previsible que veamos un incremento de la inflación por encima de las expectativas los próximos dos años. Es lo que la Reserva Federal quiere. La cuestión es que lo que va a ocurrir después y no esperamos que un nuevo normal entre 3% y 4%. La Reserva Federal puede tolerar cierta inflación, pero no tales niveles. Tampoco los consumidores. La consideramos algo más cíclico que secular”, añade Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, sobre este mismo tema.
Bancos centrales y rendimientos, las otras preocupaciones
Según las perspectivas de Galy, conforme la economía mejora a escala mundial, también volverá a aumentar la preocupación sobre la posibilidad de que se avecine el final de las condiciones monetarias acomodaticias. Esto, a su vez, conlleva una curva de rendimientos más inclinada en EE.UU. y presión sobre las compañías growth. “En este contexto, las empresas de infraestructuras cotizadas, las soluciones flexibles y las cédulas hipotecarias suelen reducir los riesgos de una cartera típica”, sostiene Galy.
Por último, el comentario mensual de mercados Eurizon afirma que el foco de atención estará puesto en la normalización de los rendimientos estadounidenses. “Hasta la fecha, la subida de los tipos estadounidenses ha sido bien tolerada por los mercados bursátiles, que la han interpretado como una validación del escenario favorable. Sin embargo, a medida que continúe la subida, aumentará el riesgo de que resurja la volatilidad en los mercados bursátiles. De ser así, las turbulencias serían sólo temporales. Las tensiones en los mercados bursátiles frenarían a los mercados de renta fija, permitiendo en última instancia que los activos de riesgo sigan recuperándose. Sin embargo, la estabilización de los mercados de renta fija también puede producirse de forma espontánea, sin que se produzca una corrección de la renta variable. En un mundo de tipos de interés cero, los bonos estadounidenses, ya en sus niveles actuales, atraen a muchos inversores, que podrían hacer la transición de vendedores a compradores”, explica el documento.