Me encanta leer1. Leer – al igual que viajar- da la posibilidad de conocer otras realidades, otras culturas, otras formas de vida. Otras historias.
Es el caso de este libro, en el que la periodista Suki Kim expande lo poco que conocemos de Corea del Norte y la realidad de su gente.
Hermosamente escrito, arroja luz a la totalitaria Corea del Norte, que probablemente es la sociedad más cerrada del planeta. Una realidad oscura, desconcertante para el mundo occidental que conocemos y al que estamos acostumbrados, en el que la represión da forma a la vida diaria.
A través de una cuidadosa descripción de la realidad que vivió en los seis meses en los que residió como docente de inglés en la Pyongyang University of Sciencie and Technology (PUST) -exclusiva para hijos de la elite Norcoreana- alternada por la desgarradora historia de su propia familia y la de las dos Coreas- Kim describe un país aislado y deshumanizado, regido por una brutal dictadura.
Sus ciudades – lo más ¨rescatable¨ de ese país y de lo poco que los extranjeros pueden visitar bajo la atenta mirada de cuidadores designados – son bloques de concreto lúgubres y oscuros. Las pocas personas que pudo divisar ¨por fuera del protocolo¨ parecían una descripción de esclavos maltratados física y emocionalmente.
La vida en Corea del Norte es tan diferente a lo que conocemos que cuesta imaginarlo. La arbitrariedad, vigilancia permanente y la opresión a la que sus habitantes están sometidos es agobiante. Es una realidad aterradora.
Without You, There is No Us -My time with the Sons of North Korea´s Elite– resume el trabajo periodístico de investigación realizado durante los seis meses que la escritora Sur Coreana – Americana, estuvo en Corea del Norte durante 2011, a la que accedió por formar parte de un grupo de misioneros cristianos evangélicos. A continuación, transcribo un párrafo que describe la desgarradora realidad, en la que los habitantes parecerían no tener vida sino simplemente una rutina.
“Time there seemed to pass differently when you are shut off from the world, every day is exactly the same as the one before. This sameness has a way of wearing down your soul until you become nothing but a breathing, toiling, consuming thing that awakes to the sun and sleeps at the dawning of the dark. The emptiness runs deep, deeper with each slowing day, and you become increasingly invisible and inconsequential. That’s how I felt at times, a tiny insect circling itself, only to continue, and continue. There, in that relentless vacuum, nothing moved. No news came in or out. No phone calls to or from anyone.”
(gracias a mi amiga y compañera de deportes Natalia Techera por recomendarme y prestarme el libro)
1 Heredé el amor por la lectura de mis padres, aunque la que nos supera a todos es mi hermana Valeria, no solo por la velocidad de su lectura y por su capacidad de comprender e interpretar sino porque una memoria prodigiosa la hacer recordar prácticamente todo lo que lee. Papá leía libros en más idiomas que los que me alcanza contar con los dedos de la mano y tanto mi hermana como mi madre, cuando estudiaron en la Facultad de Humanidades, decidieron aprender griego y latín antiguo para leer a los autores en idioma original.