Como ya ha quedado sobradamente constatado, los mercados de valores no tardaron en advertir el aumento en la demanda de muchos servicios y empresas online, desde Amazon hasta Zoom (y otros muchos más).
Desde la caída de marzo de 2020, muchos de ellos, incluyendo las acciones de las FAANG, han ido aumentado su valor a medida que los inversores minoristas apoyados por sus cheques de estímulo, así como las instituciones, iban volviendo en tropel a los mercados de valores. Sin embargo, la capacidad de muchas de esas empresas para suministrar sus productos virtuales depende de la infraestructura que utilizan.
Tal vez las empresas de centros de datos y las de semiconductores, en particular las que se dedican a chips de memoria, vitales para facilitar la economía digital, hayan sido subestimadas. A pesar de su importancia para la economía digital y su capacidad para generar atractivos flujos de caja y rendimientos de capital, las acciones de memoria siguen cotizando bajo la par con respecto a los semiconductores y otros valores relacionados con las TI. Además, hay también una escasez de suministro de los chips necesarios para muchas aplicaciones, incluida la automoción, lo cual debería aumentar el valor de los productores de chips hasta que la oferta alcance a la demanda. Normalmente se necesitan más de dos años para construir las instalaciones para su fabricación y aumentar la producción.
Aunque nos encontramos ante una economía digital generalmente alcista, también vemos perspectivas atractivas en las empresas de la «vieja» economía. Los grandes bancos estadounidenses están bien capitalizados y han sido conservadores a la hora de provisionar los posibles riesgos de sus carteras de préstamos y tarjetas de crédito durante la crisis COVID. Dado el importante apoyo de la Reserva Federal y del gobierno de Estados Unidos durante la crisis, la economía en general ha resistido relativamente bien.
Esto sugiere que los bancos pueden acabar compensando en exceso las pérdidas de préstamos, lo cual podría más adelante impulsar la reversión de las provisiones, favoreciendo aún más el aumento de los beneficios. Además, con el tiempo, los bancos podrían beneficiarse de una subida de los tipos de interés. De cara al futuro, nos atraen los bancos que están invirtiendo materialmente en la transformación digital y la innovación, tales como el desarrollo de aplicaciones y herramientas atractivas y sencillas de utilizar para los consumidores y las empresas. Creemos que esto debería mejorar el valor añadido para los clientes al tiempo que impulsa la eficiencia operativa en los propios bancos. A pesar de la solidez de los balances, la prudencia de las provisiones, la estabilidad de las tendencias subyacentes y las inversiones en innovación, algunos de estos bancos suelen cotizar a una fracción del valor contable, lo cual constituye un punto de entrada atractivo para los posibles inversores.
Visión a largo plazo en un periodo de cambios rápidos
Durante un período de gran innovación, disrupción y altas valoraciones, tal y como el que estamos viviendo actualmente, tenemos que mirar más allá del corto plazo y considerar las oportunidades para una empresa a medio y largo plazo y cómo está asignando su capital para apoyar esos objetivos. Si una empresa invierte en una gran oportunidad de mercado con una rentabilidad atractiva al vencimiento, aplaudimos que invierta mucho en el presente para obtener un beneficio mucho mayor en el futuro. Las inversiones a menudo ofuscan el verdadero poder de las ganancias de la empresa y pueden hacerla parecer cara en las medidas estadísticas, pero, con el tiempo, esas inversiones pueden acabar creando un valor significativo para los accionistas.
En el entorno actual, podría resultar ventajoso un proceso basado en una profunda investigación fundamental para reducir el universo de valores buscando empresas sólidas que impulsen la generación de ideas, y que utilicen un marco de valor intrínseco en un intento de comprender la probabilidad de que una empresa sea capaz de crear valor a largo plazo. A menudo, los comentaristas del mercado y los inversores intentan evaluar las valoraciones y las oportunidades simplemente en función de métricas estadísticas a corto plazo, tales como un múltiplo P/E o P/B. Estos datos pueden ser útiles, pero no reflejan la imagen completa de si una empresa está bien valorada. Creemos que los inversores deberían analizar y determinar más a fondo el valor intrínseco de un título antes de incluirlo en una cartera.
El reciente aumento de la participación minorista en los mercados de renta variable significa que hay más inversores compitiendo en el mercado, lo cual, en última instancia, debería hacer que los mercados fuesen más eficientes con períodos de movimientos de precios excesivos. Sin embargo, el aumento de la eficiencia del mercado también significa que las estrategias sencillas que utilizan múltiplos de valoración de fácil acceso u otras métricas, en promedio generarán escasos o nulos rendimientos de exceso. De hecho, una mayor participación de los minoristas supondrá que la consecución consistente de rendimientos alfa requerirá una filosofía de inversión bien pensada y un proceso riguroso para añadir valor más adelante.
Las consideraciones ASG deberían formar parte de cualquier proceso de inversión
Las consideraciones ASG (medioambientales, sociales y de gobernanza) proporcionan a los inversores un conjunto de herramientas ampliado para evaluar si una empresa está creando valor para todos sus grupos de interés, desde los empleados hasta la comunidad y los accionistas. Las consideraciones ASG también permiten analizar las perspectivas de futuro de una empresa y determinar si compite en mercados en expansión o en contracción debido a la evolución de las consideraciones medioambientales o normativas. La gobernanza es otro conjunto importante de cuestiones en las que las malas prácticas pueden provocar un riesgo corporativo sustancial, tales como acciones legales costosas y publicidad negativa. Estos conocimientos sobre donde radican los riesgos son cruciales para determinar el valor de la empresa y proporcionar una administración eficaz de la inversión.
¿A dónde vamos a partir de aquí?
Si bien la COVID aceleró muchos cambios alrededor del mundo, los mercados de valores recompensaron a muchas empresas que fueron activas a la hora de afrontar su futuro. Creemos que los inversores también deberían ser activos y diligentes con sus asignaciones de inversión de cara al futuro. Abundan las oportunidades para aquellos que realizan una profunda investigación fundamental sobre los valores que poseen, que adoptan una visión a largo plazo y que incorporan consideraciones ASG para tener una comprensión aún más amplia de los riesgos y oportunidades a los que se enfrenta cada empresa.
Miguel Oleaga es gestor de carteras y director gerente de Thornburg Investment Management.
Thornburg Investment Management es una gestora independiente de inversión global fundada en 1982 que ofrece una gama de soluciones multiestratégicas para instituciones y asesores financieros de todo el mundo. Es una empresa reconocida como líder en inversion en renta fija, acciones y activos alternativos que supervisa 45 000 millones de dólares (43 500 millones de dólares en activos bajo gestión y otros 1800 millones en activos asesorados)a través de fondos de inversión, cuentas institucionales, cuentas separadas para inversores individuales de alto patrimonio y fondos UCITS para inversores no estadounidenses (datos a 31 de diciembre de 2020). Thornburg fue fundada en 1982 y su sede central se encuentra en Santa Fe, Nuevo México, EE. UU, con oficinas adicionales en Londres, Hong Kong, y Shanghái.
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