Dado que muchas de las economías de América Latina gozan de una etapa de prosperidad, sus autoridades deberían aprovechar las actuales condiciones económicas favorables para sentar las bases de un crecimiento fuerte y sostenible, afirmó Alejandro Werner, jefe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
“En particular, se debe trabajar con más empeño para fortalecer los márgenes de maniobra para la aplicación de políticas y salvaguardar la estabilidad financiera”, expresó Werner, en referencia a la necesidad de una consolidación fiscal para blindar las economías ante shocks externos en el futuro. Werner formuló estas declaraciones en una conferencia de prensa mantenida como parte de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial que se han celebrado en Washington DC.
Werner señaló que la actual coyuntura también brinda una oportunidad para llevar a cabo reformas estructurales que potencien el crecimiento y que podrían respaldarlo en el mediano plazo si llegaran a ceder los vientos favorables.
Se proyecta que el crecimiento de América Latina y el Caribe repuntará de 3% en 2012 a alrededor de 3½% en 2013, respaldado por la gradual recuperación mundial, la continuidad de las favorables condiciones de financiamiento y los altos precios de las materias primas, así como los efectos de la aplicación de políticas más laxas en algunos países. Se prevé que Brasil, la mayor economía de la región, se recuperará de menos de 1% en 2012 a alrededor de 3% este año.
Riesgos para el crecimiento
Si bien las condiciones económicas siguen siendo favorables para gran parte de la región, Werner señaló que las perspectivas están sujetas a riesgos considerables, particularmente en el mediano plazo.
“No puede descartarse un recrudecimiento de la crisis en la zona del euro, que tendría efectos negativos en la confianza a nivel mundial, el comercio y los flujos de financiamiento externo”, advirtió Werner. Y una contracción fiscal mayor de la esperada en Estados Unidos podría obstaculizar el repunte de la actividad económica previsto para 2014, lo cual afectaría el crecimiento de las economías que tienen estrechos vínculos con Estados Unidos.
Además, persisten los riesgos a mediano plazo. La falta de medidas decisivas en las economías avanzadas más importantes para encarrilar sus finanzas públicas por una trayectoria sostenible podría desencadenar un aumento de las primas de riesgo soberano y corporativo, con fuertes efectos negativos para la confianza y la actividad a nivel mundial. “Un crecimiento marcadamente menor en las economías emergentes, especialmente en Asia, reduciría el crecimiento mundial, con grandes repercusiones en los precios de las materias primas”, destacó Werner.
Principales desafíos de política
Werner hizo hincapié en que América Latina debería aprovechar las condiciones externas, todavía relativamente favorables, para recomponer el margen de maniobra para la aplicación de políticas y salvaguardar la estabilidad del sector financiero.
Dado que las brechas del producto se han cerrado en la mayoría de los países, una orientación fiscal más prudente aliviaría las presiones sobre la capacidad y frenaría la expansión de los déficits en cuenta corriente. Una mayor solidez de los saldos fiscales reduciría la carga sobre la política monetaria y brindaría flexibilidad para responder a las cambiantes circunstancias económicas. Es aconsejable seguir recurriendo a la flexibilidad del tipo de cambio para desalentar los flujos de capitales especulativos. Y quizá deba complementársela con medidas prudenciales para proteger la estabilidad financiera ante un rápido crecimiento del crédito
Los países exportadores de materias primas que tienen marcos de política económica menos sólidos deberían ahorrar los ingresos que les generan dichos bienes. Los desafíos son particularmente difíciles en algunos países, donde se necesitan políticas macroeconómicas más contractivas para contener los crecientes desequilibrios externos y bajar los altos niveles de inflación.
Los países de América Central deben reducir la deuda pública aproximadamente a los niveles registrados antes de la caída de Lehman (2008) y corregir los crecientes desequilibrios externos. “Se requieren mayores esfuerzos para movilizar los ingresos y reemplazar los subsidios generalizados con planes de apoyo bien focalizados”, manifestó Werner.
En gran parte de la región del Caribe, el alto nivel de deuda y la debilidad de la demanda externa siguen restringiendo el crecimiento. “Los desafíos siguen siendo los mismos que en los últimos años: reducir la elevada deuda pública, fortalecer la competitividad y abordar las vulnerabilidades del sector financiero”, observó Werner.
Cada primavera, miles de funcionarios gubernamentales, el sector privado, periodistas, integrantes de círculos académicos, representantes de la sociedad civil y otros observadores interesados se reúnen en la ciudad de Washington con ocasión de las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Revisten especial atención las reuniones celebradas por el Comité para el Desarrollo, órgano conjunto del Banco Mundial y el FMI, y el Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI para discutir los avances de la labor del Banco Mundial y el FMI. Asimismo, está previsto llevar a cabo seminarios, sesiones informativas regionales, conferencias de prensa y muchos otros eventos centrados en la economía mundial, el desarrollo internacional y los mercados financieros mundiales.