Las gestoras han pasado de ver los activos de renta fija como algo “tradicional” a ser un auténtico reto en términos de rentabilidad. La pandemia del COVID-19 ha dibujado un mapa de riesgos en el mercado y llevado a primer plano el papel de los bancos centrales y sus medidas, cambiando las normas en los mercados de renta fija. Para explicar los efectos de este entorno y las oportunidades de inversión que deja, hemos organizado un nuevo evento online con la participación de Allianz GI, Capital Group y Arcano Capital.
Las tres gestoras reconocían que los programas de ayudas son un factor muy a tener en cuenta para comprender a qué nos enfrentamos en el mercado de renta fija.“Estamos en un momento único. Si comparamos con 2008, las inyecciones de capital son tres veces superiores, si tenemos en cuenta lo que viene de los gobiernos y la acción decidida de los bancos centrales”, señala Jesús Ruiz de las Peñas, director de desarrollo de negocio en Allianz Global Investors.
La gran pregunta es hasta cuándo se podrán mantener estas condiciones financieras. Según Ruiz de las Peñas, “el mercado tiene muy presente el mensaje de Draghi y no duda de que se van a desplegar todas las medidas que sean necesarias para sostener la economía. La cuestión es que hablamos de medidas convencionales y no convencionales, y estas últimas deberían ser temporales, a menos que vayamos hacia una japonización. En algún momento deberán acabar, pero, al menos, en 2021 los estímulos van a continuar”.
Si una de las reflexiones es hasta cuándo durarán todos los estímulos e inyecciones de liquidez, el otro gran debate es sobre las consecuencias que está teniendo y tendrá sobre los activos y el mercado. Sobre los aspectos positivos habla Álvaro Fernández Arrieta, Managing Director de Capital Group: “Da tranquilidad al sistema y permite ganar tiempo. Es una especie de anestesia que sirve para esperar a que el crecimiento se recupere. Para los mercados es un soporte y permite que el coste de financiación para las empresas sea bajo. En el caso de la renta fija, este soporte es mucho más evidente y directo debido a la compra de bonos tanto gubernamentales como de compañías. Se podría decir que todo esto es una vacuna monetaria transitoria esperando a que se active la vacuna física, que permitirá la recuperación de las economías”.
Al otro lado de la moneda, está la parte negativa: la avalancha de liquidez. “Para el ahorrador e inversor estas medidas tienen un efecto negativo. La curva de tipos reales, quitada la inflación, está negativizada para los próximos 20 años, lo que garantiza que los inversores van a sufrir una pérdida de poder adquisitivo”, explica Manuel Mendívil, socio y co-CEO de Arcano Capital. En opinión de Mendívil, también exige a los gestores un cambio en su asset allocation y abordar la renta fija desde otra perspectiva.
¿Una vuelta de la inflación?
Junto a la acción de los bancos centrales y los gobiernos para sostener el mercado, las gestoras han puesto en su mapa otro elemento clave que puede volverse un riesgo: la inflación. Durante los últimos años hemos escuchado el discurso de que la inflación había “muerto”, sin embargo estas tres firmas reconocen que deben preparar sus carteras para paulatina subida de la inflación.
“Es cierto que la mayoría de las medidas puestas en marcha tienen un efecto deflacionista. Pero no podemos olvidar que los bancos centrales tienen el foco puesto en la recuperación económica y en sostener la economía, por lo que pueden dejar que la inflación crezca algo más mientras vemos esa recuperación y las instituciones monetarias esperen a mover ficha”, apunta el Managing Director de Capital Group.
Para Mendívil la clave está en protegerse de la inflación evitando tener liquidez o depósitos y, en cambio, estar invertidos en activos que no pierdan valor frente a la inflación. “En este sentido, donde más opciones hay es en activos alternativos, en duraciones cortas en activos de renta fija y también en renta fija flotante mejor que a tipo fijo. En cambio, la deuda soberana ni tocarla”, señala.
Ruiz de las Peñas prefiere anticiparse a la subida de la inflación. “Es complicado encontrar una respuesta, ya que el enemigo natural de la renta fija es la inflación. Creo que una opción sería evitar las duraciones largas y bonos ligados a la inflación, así como buscar algo de valor en las deuda de mercados emergentes exportadores de divisas”, afirma.
Oportunidades de inversión
El entorno que dibujan estas tres gestoras convierte la inversión en renta fija en un reto en mayúsculas y con un factor común: ser muy selectivos. Por ejemplo, Mendívil señala que este contexto es favorable para las compañías de crecimiento sostenible, en concreto para las de pequeña y mediana capitalización. “Con una buena selección, la deuda high yield de las empresas europeas de este segmento pueden ser una buena oportunidad. Se trata de un mercado amplio y con muchos emisores. Somos muy positivos con este mercado, pero también creemos que hay que acercarse a este activo con un airbag, en este caso, con una buena diversificación”, apunta el responsable de Arco, quien recuerda que el high yield europeo ha tenido menos volatilidad y mejores rendimientos que la bolsa. En este sentido, matiza: “No es un segmento muy conocido, pero se puede invertir manteniendo un sesgo conservador”.
Por su parte, Ruiz de las Peñas pone el foco en la deuda de mercados emergentes, que define como “un activo natural” que “surge” por su rentabilidad, por el perfil de crecimientos de las economías y de los países a los que corresponde, por la debilidad del dólar y por cómo los flujos de capital internacional están soportando el activo en deuda local.
“Habría que ser muy selectivo y, en nuestra opinión, buscar deuda en moneda local. Por regiones, Asia es muy interesante porque tienen mucha diversidad de rating y también algunos países exportadores, como Rusia, que se puedan ver beneficiados de un escenario de mayor inflación”, puntualiza el responsable de Allianz GI.
Desde Capital Group, Fernández coincide con la visión de sus compañeros de profesión y lanza una reflexión más en torno a los activos que pueden encajar con el perfil de un inversor conservador. “La solución sería acudir a la deuda investment grade global, que ofrecen menor rentabilidad pero que sigue cumpliendo el papel de diversificar y proteger que tradicionalmente ha tenido la renta fija en las carteras”, apunta e insiste que “no es el año para hacer apuestas concretas, hay que ir analizando y mirando emisor a emisor para encontrar calidad”.
Además de ser muy selectivos, las tres gestoras coinciden en que la inversión es más atractiva si cuenta con los factores ESG. Según indica Fernández, se han convertido en factores que funcionan si “se analiza teniendo en cuenta las peculiaridades de cada sector” y si se “supervisa y monitorea en todas las carteras”.
En este sentido el socio y co-CEO de Arcano Capital recuerda que la ESG no tiene por qué limitarse a la renta fija o variable, sino que también se puede aplicar en private equity. Para ellos la premisa es medir el impacto que tienen estos factores en las empresas en las que invierten y tener en cuenta ciertos criterios de exclusividad con determinados sectores y compañías.
La ronda sobre la inversión ESG en renta fija la finaliza Ruiz de las Peñas con una conclusión muy clara: “La aportación de aspectos extra financieros como la ESG en mercados menos eficientes aporta más en términos de eliminar riesgos y añadir rentabilidad”. Y deja en el aire para un próximo debate cómo se está aplicando estos criterios a los activos de mercados emergentes.