Las perspectivas económicas de Amundi para el año 2021 esbozan una recuperación lenta y desigual, con visos de crecimiento a partir de la segunda mitad del año, cuando las campañas de vacunación contra la COVID-19 sean efectivas una vez superados los problemas iniciales de distribución. En un escenario global dominado por la incertidumbre, la gestora francesa aconseja aprovechar las divergencias de crecimiento, con los países emergentes especialmente del norte de Asia liderando la recuperación, como oportunidad para diversificar la cartera de inversiones y asegurar posiciones. 2021 visibilizará nuevas dinámicas internacionales aceleradas en 2020 como consecuencia no solo de la pandemia, también a raíz del Brexit y de la derrota de Trump.
El apoyo de los bancos centrales y el inicio de las campañas de vacunación han facilitado que los mercados den la bienvenida al nuevo año con una nota positiva. Sin embargo, “quizás estén siendo demasiado positivos”, apuntó la directora global de análisis de Amundi, Monica Defend, en su intervención en La Noche Amundi: “Morning Limited Virtual Edition”. Las políticas monetarias destinadas a cubrir las brechas financieras vinculadas a nuevos brotes se mantendrán hasta que no se superen los problemas asociados a la distribución de las vacunas. A partir de entonces, se espera “un impulso fiscal que vaya reemplazando las políticas monetarias, ayudando a las economías a tener un crecimiento sostenible más allá del rebote que esperamos en la segunda mitad de 2021”, apuntó Defend.
Entre los principales riesgos que podrían surgir a lo largo de 2021, además del coronavirus como problemática central, la directora global de análisis de Amundi destacó las distorsiones de mercado en un entorno volátil; la implantación de los paquetes de apoyo gubernamentales en Estados Unidos y Europa, condicionantes del esperado rebote más allá de final de año; la solvencia corporativa; y un posible repunte de inflación. El hecho de que los ahorradores confíen en una mejora y conviertan el ahorro en consumo sería un “punto de inflexión” de cara a la recuperación, añadió.
Amundi revisó en enero sus expectativas de crecimiento para el año 2021 en función de tres variantes: la evolución de la pandemia y las campañas de vacunación, el plan fiscal anunciado por Joe Biden, y las reuniones en enero de los diferentes bancos centrales. En base a estas, el director de inversiones de Amundi Iberia, Víctor de la Morena, compartió las convicciones del grupo para ser partícipes de una recuperación económica que será lenta y desigual, por lo que habrá que ser selectivos en las inversiones.
A pesar de los estímulos fiscales y monetarios, apuntó de La Morena, EE.UU. y el resto de grandes economías desarrolladas aportarán menos de un tercio del crecimiento, siendo China y los mercados emergentes el principal motor de crecimiento en 2021. Las convicciones de inversión nacerán, siempre con el foco en la liquidez dada la inestabilidad actual, de la diversificación de cartera destacando los activos de mercados emergentes, en particular en algunos países asiáticos, donde hay sensaciones muy positivas tanto en mercados de renta fija como variable. De La Morena apuntó además que la recuperación económica favorecerá la rotación de los activos hacia el value cíclico de calidad -materias primas o temáticas post COVID, entre otras- y fortalecerá la inversión socialmente responsable, fundamental en la lucha de las desigualdades acrecentadas por la pandemia.
El mundo que nace tras “el año que nunca olvidaremos”
En el discurso principal de La Noche Amundi 2021: Morning Limited Virtual Edition, Lord Hague, ex secretario de Estado y líder de la Cámara de los Comunes de Reino Unido, reflexionó sobre varias tendencias que ha acelerado la pandemia, tales como el incremento de las tensiones entre Estados Unidos y China, avances en Europa con proyectos como el Fondo de Recuperación, el mayor peso de la zona del Pacífico en la economía global, el aumento del poder de los gobiernos sobre las empresas y los individuos, el impulso a la innovación y la aceleración tecnológica; el aumento de las desigualdades y una mayor conciencia ecológica y preocupación por el cambio climático.
“Este es el efecto más positivo de la pandemia. Estados Unidos pretende impulsar esta transición y la política de cambio climático va a ser radicalmente distinta en 2021 y los años posteriores», dijo.