La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas inglesas) apuesta por que los fondos de inversión a largo plazo europeos (FILPE) sean vehículos más atractivos para los inversores profesionales y una alternativa viable para la canalización del ahorro de inversores minoristas. Para ello, insta a la Comisión a encontrar un equilibrio entre flexibilidad y protección.
La propuesta de la ESMA llega en forma de carta, que se publicó el pasado 3 de febrero, y en ella subraya la necesidad de que los FILPE ayuden a canalizar la inversión en la economía real, es decir, “en proyectos de infraestructuras, bienes inmuebles y pequeñas y medianas empresas (pymes)”.
El objetivo es contribuir a acelerar la recuperación económica tras la pandemia de la COVID-19. Por ello, la ESMA considera que, en la próxima revisión del Reglamento (UE) 2015/760,1 es importante: asegurar que las modificaciones permanecen alineadas con el espíritu de la normativa original; evitar excesivos desajustes de liquidez y posibles riesgos para la estabilidad financiera en el caso de que el mercado de los FILPE se incremente; y, por último, garantizar una adecuada protección al inversor minorista.
“Tras la consulta a la ESMA y al resto de partes interesadas, la Comisión presentará al Parlamento Europeo y al Consejo su informe final sobre el funcionamiento de los FILPE en la Capital Markets Union (CMU) y propondrá modificaciones a su actual régimen”, recuerdan desde finReg360.
Desde la firma especializada en consultoría, destacan cuatro de las consideraciones que propone ESMA: “La autoridad europea considera conveniente aclarar qué inversiones son activos aptos para los FILPE y ampliar su definición en algunos casos. En particular, definir qué se entiende por “activos reales” y por “inversiones a largo plazo que contribuyan a un crecimiento sostenible, inteligente e integrado”. También, permitirles invertir en otra tipología de instituciones de inversión colectiva (IIC) cuyos activos aptos sean similares a los de los FILPE, reducir el importe requerido para la participación directa o indirecta en compañías (actualmente, 10 millones de euros), y, por último, suavizar el requisito de «filial de participación mayoritaria» y permitir la coinversión minoritaria”. Además, propone ampliar los activos aptos para permitir a las pymes acceder a la financiación que ofrece un FILPE.
Desde finReg360 también consideran relevante la propuesta sobre los procedimientos de autorización. En este sentido, destacan que “se plantea la posibilidad de eliminar la necesidad de autorización para la gestión del FILPE, distinta de la autorización para crearlo. Esta doble autorización plantea confusión y puede dar lugar a un conflicto entre las responsabilidades de las autoridades nacionales competentes involucradas”.
Además, la ESMA solicita aclaración sobre qué situaciones podrían dar lugar a un conflicto de intereses. La falta de claridad actual podría subsanarse incluyendo un régimen similar al previsto para los fondos de capital riesgo europeos (FCRE) o los fondos de emprendimiento social europeos (FESE).
Otro aspecto delicado es la política de reembolso. Los inversores del FILPE no pueden solicitar el reembolso de sus participaciones o acciones antes del vencimiento del fondo. Aunque esta limitación resulta lógica, dado el grado de iliquidez de los FILPE, es posible que este hecho esté desincentivando la inversión de los minoristas. “En consecuencia, la ESMA propone constituir mecanismos que permitan a los inversores desinvertir del FILPE antes de su vencimiento, aunque siempre sujetos a unas condiciones de liquidez. Entre las posibles alternativas, la ESMA sugiere la creación de fondos de duración indefinida”, explican desde finReg360.
Además, plantea también la posibilidad de reducir el límite mínimo de inversión a menos de diez activos diferentes cuando el FILPE va dirigido solo a inversores profesionales. Según la firma de consultoría, el motivo es que, en el caso de invertir en proyectos de gran envergadura, en especial de infraestructuras, este límite mínimo puede ser difícil de alcanzar además de costoso en términos de capital. Por último, ante la gran cantidad de información que debe contener el folleto del FILPE, la ESMA propone reducir su contenido para que sea más claro para el inversor minorista y entienda que se trata de un producto ilíquido y a largo plazo.
“El regulador estima también que se deberían reducir y flexibilizar los requerimientos aplicables a los inversores profesionales, de forma que se fomente la inversión en este tipo de productos. No obstante, señala los problemas que podrían surgir si se crean FILPE específicos para inversores profesionales, sobre la base del principio de no discriminación entre minoristas y profesionales. Por último, dada la baja aceptación de este tipo de productos financieros desde que se regularon en 2015, se propone que cada Estado miembro considere la posibilidad de flexibilizar su tratamiento fiscal, para hacer más atractiva la inversión”, destacan desde finReg360 sobre otras cuestiones que propone la ESMA.