«Fondo de inversión» es un término amplio que abarca todos los tipos de fondos y esquemas colectivos de inversión, incluidos los fondos mutuos, los hedge funds, los fondos inmobiliarios y los fondos de private equity o venture capital.
Se trata de acuerdos mediante los cuales un grupo de inversores aporta bienes o dinero a un esquema colectivo cediendo el control diario y la propiedad directa de los activos correspondientes, de forma tal que la propiedad pase a ser gestionada en su totalidad por el operador del esquema, generalmente el gestor de inversiones o investment manager.
Un «fondo de inversión offshore», por su parte, es un esquema de inversión colectiva establecido en un centro financiero offshore, generalmente las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Bermudas, Bahamas o Luxemburgo.
Los fondos offshore ofrecen a los inversores beneficios significativos en comparación con muchas jurisdicciones onshore tales como los Estados Unidos o el Reino Unido.
Los gestores de fondos de inversión han destacado las siguientes ventajas al escoger domicilios offshore en lugar de domicilios onshore para la creación de los fondos que administran:
- flexibilidad a la hora de establecer las estrategia y objetivos de inversión o, lo que es lo mismo, ausencia de las restricciones que en general imponen los reguladores onshore alegando como principal motivo para ello la protección al consumidor;
- los centros offshore tienden a tener gobiernos que reconocen la importancia de trabajar estrechamente con el sector privado para asegurar que la legislación vigente satisfaga las necesidades del mercado;
- los centros offshore, en particular aquellos a los que nos hemos referido anteriormente, cuentan con un alto nivel de experiencia en fondos, y es habitual encontrar en los mismos estudios jurídicos especializados, administradores experimentados, custodios y firmas contables y/o de auditoría, etc.;
- gran parte de estas jurisdicciones de fondos offshore son consideradas amistosas para con los inversores y son vistas internacionalmente como seguras desde el punto de vista financiero y de la propiedad privada; y
- las jurisdicciones offshore ofrecen claras ventajas fiscales.
Tanto los fondos offshore como los onshore pueden ser vehículos abiertos o cerrados. En el primer caso, los inversores tienen derecho a exigir el rescate de sus acciones a intervalos regulares y específicos en caso de que deseen retirarse del fondo. El producto del rescate se calcula entonces como una parte del valor neto de los activos del fondo al día de rescate correspondiente. Esto significa que los incrementos y disminuciones en el valor de los activos del fondo se reflejan directamente en el monto que un inversor puede retirar.
Los fondos cerrados, por su parte, son aquellos en los que los inversores no tienen este derecho. Se utilizan generalmente para proyectos inmobiliarios o para iniciativas de inversión donde los socios son sólo unos pocos y se conocen bien.
La industria mundial de fondos es una parte muy significativa del sistema financiero, con fondos de diversos tipos, estrategias y tamaños que, a Julio de 2015, tenían un total de 74tn * de dólares bajo administración.
Durante los últimos años hemos sido testigos de un aumento sostenido en el número de familias que están creando sus propios fondos de inversión. Y lo han hecho por múltiples razones que trataremos de explicar en este artículo.
La utilización de fondos offshore para la planificación del patrimonio familiar
Las familias, y especialmente los activos familiares, son cada vez más móviles. Tienen sus bases en distintas jurisdicciones y están sujetos a una variedad de leyes y regulaciones.
Como tales, algunos de los retos principales de las familias son, entre otros, asegurar el retorno razonable sobre el capital, la continuidad del negocio familiar y la gobernanza de la familia.
En este contexto, se puede utilizar una estructura de fondos para asegurar un marco independiente y profesional en el que los bienes familiares puedan ser agrupados, salvaguardados y los ingresos individuales de los miembros de la familia puedan ser adaptados a sus necesidades.
Cuando se estructura un fondo familiar, un gestor de inversiones nombrado por la familia se encarga de las decisiones de inversión cotidianas; un administrador calcula los valores de los activos netos y un auditor independiente verifica los registros financieros y los métodos de contabilidad. Esta configuración garantiza el acceso a las mejores prácticas de la industria y el cumplimiento de las normativas locales e internacionales vigentes.
Objetivos principales
Además de las razones a las que hemos hecho referencia en la sección anterior (rendimiento razonable sobre el capital, la continuidad del negocio familiar y la gobernanza familiar), hay otras razones por las que las familias están mostrando una tendencia hacia estas estructuras en lugar de las de un trust o una fundación.
Otros objetivos incluyen los siguientes:
- la salvaguarda de los activos familiares;
- evitar gastos excesivos;
- la flexibilidad en la reclasificación de los ingresos;
- evitar desacuerdos familiares;
- optimización fiscal;
- la posibilidad de planificar/estructurar según las Normas de Compañías Extranjeras Controladas (“Normas CFC”);
- la flexibilidad que ofrecen con relación a los derechos a voto;
- organización de fondos de caridad;
- mantenimiento del patrimonio en un ambiente estable;
- fortalecimiento de las oportunidades de inversión, diversificación y liquidez (aspectos en los que el tamaño del vehículo de la inversión importa);
- facilidad de acceso a mercados emergentes;
- mantener el patrimonio bajo una estructura segura y evitar obstáculos al acceso al mismo; y/o
- cuestiones vinculadas a la seguridad personal si la familia vive en países de alto riesgo.
* Para mayor información, vea la encuesta anual de Boston Consulting «Group Global Asset Management 2015: Sparking Growth with Go-to-Market Excellence»
Primera parte del artículo de Martín Litwak – Managing Director at Litwak & Partners (U.S.)