Es natural que muchos inversionistas, especialmente las personas naturales, se encuentren un poco preocupadas por sus inversiones, pues el primer mes del año no fue fácil. Y los últimos seis meses del año anterior, tampoco lo fueron. Generalmente, ésta es la forma de reacción de las personas naturales, las cuales salen corriendo en momentos de caída de los mercados, y entran cuando los mercados están subiendo. Así, encontrarse con inversionistas que quieren salir corriendo a comprar un depósito a tasa fija no es una excepción, es casi la generalidad. Pero, y aquí nace el problema, lo estarían haciendo en el peor momento posible. Justo, cuando están muchas inversiones (especialmente las de países emergentes) en mínimos.
Estas inversiones van a rebotar, con seguridad. Muchos inversionistas, en ese punto, no entienden razones, no creen en el mercado y mucho menos en su asesor financiero. Pero la historia se ha repetido una y otra vez, y los mercados no duran en caída libre sin fondo, en algún momento para, se estabiliza, rebota y da ganancias. Algunas veces, dan muchas ganancias.
Estamos en un momento en el cual las señales muestran que quizá en activos emergentes estamos casi que llegando al mínimo en el que se vuelve muy interesante comprar. Muchas métricas muestran que esto sería así hacia mitad de año, aunque dependiendo de cómo vayan evolucionando las cosas, podría ser antes. La historia tiende a repetirse en los mercados, y esto se parece mucho a lo que sucedió entre 1988 y 2005. La siguiente gráfica es explicativa de esta situación:
Lo que se observa, es que luego de un momento en que acciones emergentes rentaron proporcionalmente más que las desarrolladas, la tendencia se revierte y son las acciones desarrolladas que rentan más que las emergentes. Luego, viene otro cambio de tendencia y son las emergentes las que vuelven a rentar más que las desarrolladas. Este momento, como se observa en la gráfica, correspondería con el mes de julio de este año.
Este momento lo refuerzan varios hechos, uno de esos es que los años en que hay Mundial de Fútbol, existe una coyuntura particular: los meses de mayo y junio tienden a ser muy malos para los emergentes, pero luego, desde julio, la cosa se pone positiva. Esto se da, específicamente, en los años futboleros. Suena extraño, pero así es.
Finalmente, trabajo con un equipo magnífico que realizó una gráfica que no admite discusión: el momento actual se parece a lo ocurrido durante la crisis asiática y la crisis rusa (verla). Y el rebote debe ser inminente. Por eso, lo peor que podría hacer en este momento es dejarse llevar por el miedo, liquidar, asumir la desvalorización, y perder el rebote que debe darse. Recuerde que “soldado advertido no muere en guerra”.
Columna de opinión de Manuel García Ospina, analista financiero.