El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) hacía pública durante este pasado fin de semana la lista de 106.000 clientes que, acogiéndose al secreto bancario, llegaron a ocultar hasta 100.000 millones de dólares en las cuentas suizas de HSBC.
Las conclusiones de ICIJ están basadas en los datos que Hervé Falciani, informático empleado en HSBC, filtró a las autoridades francesas en 2008. Posteriormente, estos archivos llegaron a manos del diario francés Le Monde que los compartió con otros diarios resultando en la publicación de la lista. En total, 106.000 nombres de clientes de HSBC Ginebra que a los que el banco aseguró de “forma continuada”, que nunca desvelaría su detalles a las autoridades nacionales de sus países de origen, amparándose en el secreto bancario suizo, e incluso llegó a “discutir con sus clientes una serie de medidas cuyo objetivo final era que los clientes no pagaran impuestos en sus países de origen”, según detalla la documentación analizada por ICIJ.
Ahora todos conocemos la lista de implicados, pero los gobiernos de múltiples países la tienen desde hace años, dado que Francia la compartió con países como Reino Unido, Grecia o España, provocando en este último caso una regularización fiscal por la que España logró recuperar 260 millones de euros de liquidaciones de euros no declaradas. A su vez, HSBC ya no es el banco que era entonces. En un comunicado enviado por HSBC a ICIJ aseguran que el banco “ha sufrido una transformación radical durante los últimos años”, mediante reformas que dificultan la evasión fiscal y el lavado de dinero. El comunicado reconoce que “la cultura y los estándares de compliance y due dilligence de la división de banca privada de HSBC en Suiza, así como los de la industria en general, eran significativamente menores que los que hay hoy”. En el mismo comunicado HSBC explicaba como el número de clientes de su banca privada ha caído hasta unos 10.000, desde los 30.000 que tenía en el año 2007.
La publicación de la lista está haciendo correr ríos de tinta en la prensa local de los países implicados. Son muchos los evasores de impuestos entre las filas de los políticos y los gobiernos de numerosos países –el ex presidente egipcio Hosni Mubarak por ejemplo, el el ex presidente tunecino Ben Ali, o al actual dirigente de Siria, Bashad al-Assad-. En la lista también hay políticos (actuales o pasados) de Reino Unido, Rusia, Ucrania, Ruanda, Senegal, República del Congo, y un largo etcétera.
Dos países latinoamericanos destacan en la lista. En primer lugar Venezuela, que por monto total de dinero oculto se sitúa en tercer lugar, por delante incluso de EE.UU. o Francia, con 14.800 millones de dólares ocultos en Suiza según el análisis de ICIJ. Brasil es el otro, que por número de individuos con cuentas opacas ocupa el cuarto lugar, con 8.667 individuos (explore la lista a través de este link).
Entre 2006 y 2008, un técnico informático del banco HSBC en Ginebra, Hervé Falciani, copió presuntamente datos de su empresa, que contenían los nombres de clientes defraudadores de varios países de la Unión Europea e intento informar a las autoridades suizas según su versión. Al no tener éxito huyó a Francia con esa información.
En enero de 2009, las autoridades francesas, después de detener a Falciani ya que Suiza había emitido un orden de arresto internacional, la policía hizo una redada en la casa de Falciani en Francia y encontró archivos informáticos con 130.000 potenciales evasores fiscales (de los cuales, 24.000 eran de toda Europa) y se comenzó una investigación. El gobierno francés luego transfirió la información a algunos gobiernos de Europa, como el Reino Unido y España, para ayudarles a afrontar y tomar medidas en la evasión fiscal de sus países.
Posteriormente Falciani se trasladó a España, donde de nuevo fue arrestado por la orden de arresto internacional emitida por el gobierno suizo. La Audiencia Nacional decidió no extraditarlo y lo dejó en libertad. Actualmente Falciani también colabora con la justicia española.