Según el Índice Mundial de Jubilación 2015, un análisis de 150 países publicado por Natixis Global Asset Management, España ha caído hasta el puesto 55 del ranking mundial de seguridad en la jubilación, desde el 29 que ocupaba hace solo un año. En general, las conclusiones indican que la seguridad de la jubilación es dudosa para la mayor parte de los jubilados dada la insostenible demanda de recursos públicos y los factores macroeconómicos que afectan al valor del ahorro de los jubilados, y asignan más responsabilidad a los inversores individuales sobre su propio bienestar durante la jubilación.
El índice analiza en 150 países 20 indicadores que se agrupan en cuatro grandes categorías: ingresos y finanzas personales, salud y calidad de la sanidad, factores medioambientales y factores socioeconómicos. En conjunto, estas tendencias ofrecen una guía sobre las condiciones de vida y bienestar que pueden esperar los jubilados y los próximos jubilados en cada uno de los países analizados.
El tercer Índice de Jubilación Mundial anual de Natixis Global AM muestra que España ha caído desde el puesto 29 de 2014 hasta el puesto 55. Es más, a causa de la debilidad económica de los últimos años, el sistema de jubilación español ha perdido posiciones durante dos años consecutivos. El alto nivel de desempleo, la renta per cápita gradualmente decreciente, la debilidad de los balances de los bancos y el aumento de la deuda pública se han combinado en los últimos años para crear un contexto menos favorable para los jubilados. Sin embargo, parece que la marea está cambiando para la economía española, lo que muy probablemente contribuirá a una mejora para los jubilados en los próximos años, y a su vez podría dar lugar a la estabilización y la mejora de la posición de España en el ranking.
Según Sophie del Campo, directora general para Iberia y Latinoamérica de Natixis Global AM, «las perspectivas de España son positivas, con la recuperación a la vista. La economía crecerá el próximo año, lo que podría empezar a traducirse en un aumento del empleo, los ingresos y la recaudación tributaria. Aunque se ha puesto en marcha una amplia gama de reformas estructurales para volver a encarrilar la economía, aún quedan cosas por hacer. Una economía más fuerte podría impulsar aún más el consumo y la confianza empresarial, lo que a su vez podría acelerar el crecimiento y estabilizar los niveles de bienestar de los jubilados españoles».
La crisis ha afectado al bienestar material de España
España ha perdido 26 puestos en el Índice de Jubilación Mundial y la mayor parte de esta caída se explica por el deterioro del bienestar material de la población. Aunque el país aún ocupa una buena posición en salud y calidad de vida durante la jubilación, ahora está entre los últimos 30 países del subíndice de bienestar material del estudio, que examina la capacidad de los jubilados de vivir con comodidad en términos monetarios.
El resultado de España en el subíndice de finanzas durante la jubilación también deja mucho que desear. Los préstamos morosos aumentaron a pesar de la masiva transferencia de activos de riesgo a la Sareb, el «banco malo» español, si bien este aumento también podría ser una señal de que las pérdidas ocasionadas por la burbuja inmobiliaria están siendo finalmente reconocidas en su totalidad por los bancos.
Sophie del Campo explica que «el retroceso de España en el Índice de Jubilación Mundial es un claro ejemplo de cómo la debilidad económica ha afectado al bienestar de los ciudadanos. Aunque consideramos que esta situación mejorará en los próximos años, los inversores deben asumir un papel más importante en la seguridad de su propia jubilación. Necesitan concentrarse en lo que pueden controlar con el aumento de su ahorro y sus inversiones, y asegurarse de tener un plan financiero sólido con objetivos definidos».
Para muchas personas, el ahorro para la jubilación y los ingresos pueden ser conceptos abstractos. «La naturaleza humana nos lleva a aproximarnos a los objetivos a largo plazo con un sentido general de lo que se necesita y no con objetivos específicos y parámetros para medir nuestro avance», comenta Del Campo. «Una de las funciones que pueden asumir los asesores financieros es ofrecer a sus clientes estrategias que prioricen el riesgo, minimicen la volatilidad y utilicen nuevos enfoques para generar rentabilidades estables a largo plazo».
Europa destaca en los 10 primeros puestos
Muchos países europeos siguen disfrutando de una mayor seguridad financiera durante la jubilación, y copan ocho de los 10 primeros puestos, con Suiza y Noruega a la cabeza por segundo año consecutivo. Australia (en tercera posición) y Nueva Zelanda (en décima posición) son los únicos países no europeos que figuran entre los líderes.
Los principales movimientos de 2015 han estado protagonizados por Japón, Catar y Kuwait, que han subido más de 10 posiciones en el ranking; Japón pasa del puesto 27 al 17 gracias a la mejora de su ranking de salud, Catar pasa del 31 al 21 y Kuwait del 40 al 26. Los países donde hay menos seguridad durante la jubilación se encuentran sobre todo en las zonas en desarrollo del África subsahariana, Oriente Medio y el Sudeste Asiático.
Los países mejor clasificados se enfrentan a problemas fiscales y al envejecimiento de la población
En general, los países líderes cuentan con economías en crecimiento, regulaciones y sistemas financieros sólidos, políticas públicas que proporcionan un amplio acceso a la salud y otros servicios sociales e inversiones públicas sustanciales en infraestructura y tecnología. Para los trabajadores, ofrecen programas de ahorro para la jubilación obligatorios o cuasi-obligatorios.
Como economías desarrolladas, estos países también se enfrentan a retos. El número de ciudadanos que llegan a la edad de jubilación es mayor, y un alto porcentaje de ellos vive varias décadas más. Al mismo tiempo, hay menos personas en edad de trabajar para sostener los programas sociales de los que dependen los jubilados. Como en muchos de estos países los impuestos ya son altos y sus gobiernos soportan una pesada carga de deuda, la viabilidad a largo plazo de sus programas de jubilación podría estar en peligro.
«Idealmente, una jubilación segura implica el compromiso de gobiernos, empresarios y ciudadanos», dice Del Campo. «Si la capacidad de los gobiernos para realizar su aportación al bienestar de los jubilados es limitada o se ve comprometida, la responsabilidad recaerá en otros, y se esperará que trabajadores, ahorradores e inversores individuales asuman una parte mayor de la tarea».
Para una descripción más detallada del Índice de Jubilación Mundial de Natixis, incluyendo el ranking de los 150 países evaluados, visite este link.