Tras las movilizaciones del mes de julio y una nueva sesión del comité de ministros, la presidenta de la República de Chile, Michelle Bachelet, comunicaba la intención del gobierno de fortalecer el sistema de pensiones solidarias, incrementar la igualdad de género y mantener el ahorro obligatorio del modelo de capitalización individual.
En su mensaje, Bachelet ratificó la creación de una AFP Estatal y propuso medidas en el corto y largo plazo que todavía están sujetas a debate con los distintos actores políticos, sociales y empresariales. Una de las propuestas más destacadas es el aumento de la tasa de cotización al 15% con cargo exclusivo al empleador, desde su actual nivel del 10%.
Esta propuesta se realiza con la idea de avanzar hacia un modelo “verdaderamente mixto y tripartito, que incorpore el esfuerzo compartido de los trabajadores, los empleadores y el Estado” y se implementará gradualmente en un periodo de diez años. Este dinero no irá de forma directa a las cuentas de capitalización individual administradas por las AFP, sino que serán destinadas a la creación de un Cuarto Pilar de Ahorro Colectivo Solidario, una parte del cual permitirá elevar las actuales pensiones y otra parte será destinada a lograr una mayor equidad en las pensiones futuras de los actuales trabajadores que cotizan.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, especificó que el Estado es uno de los grandes empleadores del país, por lo que el aumento planeado de las cotizaciones de los trabajadores implicaría una mayor carga fiscal. Según los cálculos realizados por el ministerio de Hacienda, cada punto porcentual de la cotización equivale en torno a 0,3 puntos del PIB, 765 millones de dólares y el costo del plan podría elevarse hasta los 4.000 millones de dólares, de los cuales, la hacienda chilena debería desembolsar cerca de 1.500 millones.
Otras propuestas que entraron a debate fueron la discusión sobre la edad de jubilación en hombres y mujeres; y ligar el pago de las comisiones de la administración de los fondos de pensiones a la rentabilidad del fondo. Esta última propuesta ha despertado una cierta preocupación entre las AFPs, pues implicaría que en los periodos en los que los afiliados obtengan rentabilidades negativas, las AFPs tendrían que devolver en su cuenta las comisiones cobradas durante ese tiempo.
El modelo chileno
El sistema privado de pensiones se introdujo en Chile en el año 1981, impulsó la tasa de ahorro nacional, apuntaló la expansión de los mercados de capitales y alimentó más de 30 años de crecimiento económico. A pesar de ello, paga unas pensiones muy reducidas para chileno medio, siendo las pensiones recibidas el equivalente al 38% de los ingresos finales, una de las tasas más bajas de los países de la OCDE. El sistema ha sido copiado, al menos parcialmente, en países como Perú, Colombia y México.