Las compañías financieras europeas podrían tener más tiempo para adaptarse a MiFID II. Según publica Bloomberg, la Comisión Europa afirmó el martes que probablemente no hay tiempo suficiente para poner en práctica MiFID II en enero de 2017, y sugirió que podría ser necesario un retraso de un año para dar a la industria el tiempo necesario para adaptar sus negocios y sistemas a estas nuevas normas.
El retraso podría deberse a factores de este tipo pero también a la presión que está ejerciendo la industria, dice Bloomberg, sobre todo en cuanto a las normas que obligan a ofrecer más transparencia en la negociación de bonos y al pago por el análisis de las inversiones. Así, de enero de 2017 la normativa podría retrasarse hasta 2018.
En concreto, la Comisión alude a la complejidad de la legislación y sus estándares técnicos, y la gran cantidad de trabajo para los reguladores y las compañías como argumentos para ese posible retraso. ESMA, el supervisor de los mercados europeos, ya avisó de que podría ocurrir que no hubiera tiempo para implementar ciertos aspectos a tiempo y la Comisión se muestra de acuerdo. El organismo debatirá la posibilidad de un retraso con el Parlamento Europeo y los estados de la UE antes de tomar decisiones.
Algunas voces hablan también de una implementación a tiempo, en 2017, de algunos aspectos de la normativa y de solo un retraso en otros.
Para los expertos consultados por Bloomberg, las implicaciones de un retraso podrían ser mixtas, ya que por el lado positivo se permitiría a la industria tener más tiempo para adaptarse y se reducirían así las posibilidades de colapso en algunos negocios pero por el negativo, también se relajaría el momento para las reformas y la industria contaría con más tiempo para “diluir” la normativa.
No hay que olvidar que la normativa, que nació a raíz de la crisis de 2008, afecta a todo el sector financiero, desde grandes bancos como gestoras, distribuidores de producto, comercializadores y asesores, entre otros.